La guerra comercial entre Estados Unidos y China, la escalada de la tensión entre Washington y Teherán y su impacto en el petróleo, el Brexit, el último órdago fiscal de Italia a Bruselas o las elecciones europeas y las municipales y autonómicas, con España aún pendiente de la formación de gobierno... El avispero de la política se cuela en la bolsa y los inversores tratan de ponerse a cubierto.
Lo hacen, incluso, renunciando a obtener rentabilidad y pese a que, al contrario de lo que sucede con la estadounidense, los precios de la deuda europea están absolutamente hinchados. La prima de riesgo española vuelve a caer de los 100 puntos básicos y el bono a diez años ha llegado a marcar su mínima rentabilidad desde septiembre de 2016.
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