Las aerolíneas querrán olvidar este primer semestre del año. La coyuntura no ha podido ser más adversa para el sector. Primero, la escalada del precio del petróleo (del 15% en el año y por encima del 4% solo en las últimas sesiones a raíz del ataque a dos buques en el Estrecho de Ormuz) y el impacto en sus márgenes; después, los costes 'extra' que supusieron los dos accidentes del Boeing 737 MAX en Nigeria y en Indonesia; y además, el golpe que ha supuesto la desaceleración del comercio a raíz de la guerra comercial o el Brexit, en el caso de las europeas -un asunto que a la hispanobritánica IAG trae de cabeza-.
Todo ello ha llevado a la quinta compañía a nivel mundial por volumen de pasajeros, Lufthansa, a lanzar un profit warning que ha puesto patas arriba al sector en bolsa. No es para menos si tenemos en cuenta que la alemana se hunde ya alrededor del 20% en lo que va de año y que la matriz de Iberia y British Airways pierde un 27% y es el segundo valor más castigado del Ibex 35 en lo que va de ejercicio.
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