El próximo cambio de camiseta del futbolista portugués de 37 años mantiene en vilo a las marcas de ropa deportiva Nike, Adidas y Puma, pero sobre todo a los accionistas de su futuro equipo.
Las multinacionales europeas de bienes de consumo se enfrentan a las consecuencias a corto plazo de la inestabilidad del rublo, el creciente boicot a Rusia, las sanciones y la guerra en Ucrania.
La firma de ropa deportiva alemana ha puesto fin así a una colaboración que comenzó en el año 2008 y que se había renovado en 2018, coincidiendo con la celebración de la cita mundialista en territorio del Kremlin.
El organismo supervisor concluye que la compañía alemana ha cumplido durante un año con sus deberes. La vía judicial para los franquiciados seguirá abierta hasta el próximo mes de julio.
La empresa alemana se hizo con una de sus competidoras en el ámbito de las zapatillas y la ropa deportiva hace 14 años. La transición se llevaría a cabo en 2021.
Sus títulos pasarán a negociarse en el segmento OTCQX del OTC, que reúne a cerca de 500 compañías internacionales y que capitaliza 1,4 billones de dólares.
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