La aprobación final por un error del PP de una norma tan importante echa por tierra las alianzas de Sánchez y rompe una estrategia que pretendía demostrar que había una alternativa política frente a ERC y el PNV.
Sánchez tiene suerte, aunque hay que reconocer que, a veces, se lo curra bastante. Este jueves, su nunca suficientemente venerado ángel de la guarda volvió a rescatarle del fango.
El Gobierno saca adelante una de las votaciones más relevantes de la legislatura con Ciudadanos, partidos minoritarios y un voto erróneo del PP. El bloque de investidura se rompe, pero seguirán negociando leyes.
Ambos parlamentarios, en el punto de mira del Gobierno de Sánchez: su voto a favor de la reforma pactada con los agentes sociales o su abstención desbloquearía la situación; el voto en contra, hundiría el proyecto.
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