La propaganda oficial trata de asegurar el apoyo de los prescriptores externos para dibujar un país de las maravillas donde las percepciones falsean a conveniencia la realidad económica y social.
El documental que Moncloa prepara sobre Sánchez no es más que el NODO de una campaña electoral en la que tan básico es explotar las opciones de victoria como dejar todo atado y bien atado en caso de derrota.
El presidente del Gobierno ha decidido atacar la inflamación de los precios con una receta de ibuprofeno administrado en vena y agitado con aceite de ricino para castigar a las grandes empresas y bancos del país.
Las encuestas en Andalucía barruntan una derrota histórica socialista como preludio de un cambio de ciclo que obligará a Sánchez a incorporar los más grandes instrumentos de Defensa para blindar su futuro político.
Resulta paradójico que un Gobierno empeñado en adoptar el amable papel de Robin Hood se obstine en actuar como el sheriff de Nottingham, estrujando a sus contribuyentes con una subida encubierta de impuestos.
Nadie sabe el papel que desempeñará Unidas Podemos dentro de la plataforma, ni el liderazgo que tendrá la ministra en un giro vital para sus objetivos y en el que no ha incluido a sus socias Montero y Belarra.
La ministra parece totalmente perdida en el laberinto de la gran crisis energética. Lo último que faltaba era que Sánchez se pusiera ahora del lado de Marruecos frente a Argelia en el conflicto del Sáhara
El actual titular del Ministerio de Seguridad Social fue en la lista del Grupo de Estudiantes Progresistas de la facultad de económicas de la Universidad Complutense junto al exlíder de Podemos Juan Carlos Monedero.
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