OPINIÓN

Alberto Núñez Feijóo, calienta que sales…

Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP
Alberto Núñez Feijóo, calienta que sales…. 
CONTACTO vía Europa Press
Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP

Alberto Núñez Feijóo debería aprender de Pedro Sánchez algunas cosas. No tanto las marrullerías o falta de escrúpulos políticos del presidente, sino la astucia y su táctica de juego. Debe aprender de la contundencia de Sánchez que no se despeina aunque le caigan chuzos de punta, ni aunque se orinen en él o le llamen de todo en la calle. El presidente sigue avanzando y pensando que tan sólo es un poco de lluvia fina lo que cae y que ya escampará; y si no escampa, ya montará él otra tormenta para marear la perdiz y cambiar el sentido informativo de los problemas. Reconozcámoslo, Sánchez está aprendiendo a ser un político con más conchas que un galápago taimado, con escasos respetos por la verdad pero con una gran arrogancia y persistencia.

Por su parte, Núñez Feijóo se creyó el cuento de la lechera (pero las leches se derraman fácilmente) y que podía ganar el partido sin apenas mancharse de barro, y eso es imposible en estos tiempos duros y sucios y populistas en los que dar una patada en la espinilla es lo mínimo que se le da al rival. A Feijóo hay que decirle claramente: “Calienta que sales”… y para salir a ganar hay que atarse los machos y sobre todo tener unas ideas claras y una mayor inteligencia estratégica que tu rival. Como sucede en el fútbol, en política no vale todo pero hay mucho contacto y entradas fuertes, sin intención aparente de lesionar, aunque si alguien cae por el camino, y no miro a ningún Casado, patada a seguir, cambio de cromo y calienta que sales.

El que se examina dentro de un año no es tanto la oposición como el Gobierno. Son ellos los que deben demostrar que han hecho sus deberes, mejorando la economía y rebajando la inflación, renovando las instituciones públicas en lugar de desprestigiarlas, optimizando leyes en lugar de hacerlas conflictivas y en auxilio de intereses independentistas… pero el líder de la oposición también juega aunque su tablero sea distinto, debe mantener el tipo y dar la imagen y la sensación de ser el repuesto perfecto para que se produzca el cambio deseado por la mayoría. Una mayoría que hoy día trina porque no funciona su bolsillo, y necesita un líder que le dé garantías para que las cosas puedan cambiar, y no un líder que se enroque con las trampas políticas que sagazmente le organiza Moncloa.

No basta con decir que uno no ha venido a Madrid a insultar a Sánchez, pero tampoco ha venido a vivir de la suficiencia y a esperar que el cadáver del presidente del Gobierno pase por Génova,13, porque seguramente pasará de largo. El éxito debilita y la entrada y ascensión triunfal de Feijóo por Pablo Casado alegró tanto a la mayoría, incluida buena parte de la izquierda insatisfecha, que todos vieron en el gallego una alternativa fuerte y digna, pero se olvidaron de recordarle que había que jugar cara a cara con un verdadero doberman que es capaz de morder a quien se cruce por su camino.

La clave sigue estando en ganar la batalla del relato, esa que va de boca en boca y que calará en el imaginario social de los votantes, que a su manera van tomando nota de lo que sucede a su alrededor, y no siempre el que más grita es el que más gana. Casi siempre son los detalles, en apariencia insignificantes, los que mueven los cerebros y los sentimientos de los electores. Sánchez ha empezado a podar a Feijóo, no le ha dejado que crezca tranquilamente a la sombra de las buenas encuestas, y ahora el líder del PP es quien tiene que mover ficha y utilizar su “gambito de dama” para demostrar que tiene la talla que exigen las circunstancias.

El combate continúa y las dudas acerca de los contendientes también. Sobre Sánchez hay menos dudas porque ya sabemos bastantes cosas de las que es capaz, tiene la habilidad de sorprender aunque no sea para bien. Incluso inventarse alguna estrategia de “distracción” masiva. Es cierto que Feijóo llevaba mucho tiempo aguantando estoicamente los golpes verbales de Sánchez y sus ministros, y eso siempre desgasta. Ahora, el del PP ha visto que debe entrar en un nivel menos pausado y dejarse de florituras, pero ¿sabrá hacerlo con la crudeza y ferocidad que exige su oponente? A veces, hay que tener un cierto estilo “killer” para amedrentar y noquear a los rivales.

Feijóo debe torear pero sin entrar en las cornadas ni ir a rebufo de lo que dicten Sánchez y sus asesores. El PP, por su parte, debería crear y alimentar sus propias expectativas y ofrecer a la sociedad una imagen distinta de hacer política, menos kafkiana, menos empobrecida y menos “trans”-formadora de una realidad que nadie sabe muy bien a dónde nos lleva. Y sobre todo hay que conocer a tu adversario, y Feijóo parece que no ha tomado bien las medidas de un Sánchez que no es traidor porque lleva mucho tiempo avisando de que es capaz de cualquier cosa para seguir en La Moncloa, incluido destruir a su rival.

Por último, un consejo gratuito pero vital. Yo de Núñez Feijóo me leería el clásico de “El arte de la guerra” de Sun Tzu, y aplicaría sistemáticamente muchos de sus consejos. Se trata simplemente de vencer al enemigo y conseguir tu objetivo, algo sencillo que todos quieren alcanzar pero que muy pocos saben cómo lograr. Y si tiene dudas, que se lo pregunte a Pedro Sánchez, que él sí conoce “El arte de la guerra” y lo practica a las mil maravillas… a las pruebas me remito. 

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