Borja Terán Periodista | Comunicación | Madrid (España) | Idioma: Español
OPINIÓN

La brillante idea de Andreu Buenafuente

Andreu Buenafuente visto desde el cielo de Lavapiés
Andreu Buenafuente visto desde el cielo de Lavapiés
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Andreu Buenafuente visto desde el cielo de Lavapiés

Andreu Buenafuente se ha subido a las azoteas que sembraron la inspiración del programa en el que demostró que no era uno más en Radio Reus. Son dos azoteas, enfrentadas, y que se asoman desde Lavapiés al océano de tejados de Madrid. Tejados llenos de frustraciones, de ilusiones. De vida, en definitiva.

Son las azoteas que sirvieron de localización de la película 'Bajarse al moro' en 1989. Ahí sobreviven, tal cual, con nuevos inquilinos y con un nuevo rodaje, el de las dos últimas ediciones de 'Late Motiv' de esta temporada. Espectaculares dos últimas ediciones, que terminan siendo un gran homenaje a los barrios. Porque desde esas azoteas hasta el propio Madrid se ve de otra manera. No se escuchan los ruidos de las trincheras políticas y se asiste a la convivencia emocionada. Es, al fin y al cabo, lo que representa Andreu Buenafuente, la curiosidad de la convivencia. Y, por eso mismo, escribiendo este artículo este autor de ustedes se percata de que le ha ido cogiendo una estima personalmente íntima. 

Buenafuente representa la resistencia de la televisión de autor que se afana por seguir tomando el pulso a la sociedad sin descuidar esa creatividad que abraza el matiz artístico que nos hace la existencia más armónica, más acogedora, más detallista y menos gruesa, más imprevisible.  

Azotea en catalán se dice terrat. Como se llama la productora que Buenafuente fundó, como se llamó aquel primer programa que es ejemplo de que da igual cuál sea el que sea el género de un espacio en radio o tele: hay siempre que formatearlo con una premisa contundente. Él, entonces, no quiso hacer un magacine cualquiera, subió a una azotea y grabó el ruido de fondo e inventó un show con un universo propio. No se parecía a nada, tenía personalidad que daba alas al oyente a imaginar. Dice que le inspiró la película 'Bajarse al moro', pero su programa iba más allá, en directo, reinventando la fórmula clásica para narrar la vida desde el bullicio de una azotea en la que irrumpían vecinos. Como consecuencia, no buscó colaboradores al uso y creó un abanico de particulares personajes a los que los oyentes terminaban amando. 

Y 'Late Motiv' ha subido a esas dos azoteas reales que un joven Andreu vio en una mítica película para celebrar un fin de fiesta de curso tan íntimo como especial, con esa complicidad de cuando subes al tejado a ver qué pequeños somos en realidad. Y lo ha hecho poniendo banda sonora al cielo de Madrid con Pancho Varona y la banda de 'Late Motiv'. Falta nos hace. Todo plasmado con una realización espectacular que vuela sobre la ciudad, que humaniza la silueta de un Madrid que abraza pero también asfixia.  

Y, ahora, que parece que todo está cambiando. Y que todo va a cambiar. Quizá sea el momento de dar las gracias, muchas, muchas y muchas gracias, a Buenafuente por seguir creyendo en las ideas. Ir al matiz y no a lo evidente. Incluso tomarse su tiempo para arriesgar y pararse a escuchar a una sociedad que los medios ya no siempre muestra. Y radiografiarla a través de una televisión elaborada con un trabajo en equipo que busca la belleza de la complicidad. No puede estar en peligro de extinción esta televisión con la honestidad de la imaginación, por favor.

Periodista | Comunicación | Madrid (España) | Idioma: Español

Licenciado en Periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca. Desde 2011 trabaja en La Información escribiendo sobre televisión, comunicación, medios y redes sociales.

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