Desaparecieron los míticos Estudios Buñuel, los más grandes de nuestro país, ahora son pisos de lujo. También desapareció la sede de TVE en el Paseo de la Habana, el lugar donde nació la tele. Sobre su solar se han construido, también, pisos. De lujo, por supuesto. Y, en estos días, también va desapareciendo otro lugar clave en la historia de la televisión y el cine. Estaba escondido junto a la madrileña Plaza Mayor y está viviendo su metamorfosis en, de nuevo, pisos. Bonitos pisos.
Pisos hay muchos, platós históricos cada vez menos. Se pierden, porque la historia industrial del audiovisual no se valora. Pero, al menos, en la Plaza del Conde de Barajas sobrevivirá la fachada de este inmueble que ha visto crecer el cine de Almodóvar y donde, además, estuvo el plató en el que se rodaron parte de los interiores de 'Curro Jiménez', pilar de la ficción española.
Se trata de las míticas instalaciones de Cinearte, uno de los estudios más longevos de producción y postproducción de sonido. El gran cine español siempre se ha sonorizado dentro de este caserón que esconde la mejor acústica. En su interior, se encontraba un estudio de 1850 metros cúbicos y otro de 180 metros cúbicos. Perfectos para acabar con la minuciosidad que requiere un buen filme.
En sus casi 80 años de historia, por ese desapercibido edificio-estudio de la Plaza Conde de Barajas han pasado los más grandes. Han grabado sus canciones Joaquín Sabina, Alejandro Sanz, Antonio Vega, Camarón de la Isla, Joan Manuel Serrat, la Orquesta Sinfónica de RTVE. Han producido sus películas Garci, Campanella, Cuerda, Díaz Yanes, Almódovar... Ha sido un taller de creaciones del audiovisual en donde hay más artesanía fruto de horas y horas del trabajo de lo que el glamour de las alfombras rojas muestra.
Ahí, en el interior de Cinearte, Luz Casal grabó su 'Piensa en mí' para 'Tacones lejanos'. Cuando salió por el portal, característico portal, y miró a la tranquila y recatada plaza Conde de Barajas se percató de que el resultado era especial, de que había interpretado el que sería un icono de la cultura popular. Fue ahí dentro, en un complejo que atesoraba una gran sala de cine perfecta para aislarse del ruido de la gran ciudad y armar el sonido de las películas hasta el más mínimo detalle. Quizá, por eso mismo, pasa tan invisible a los ojos del peatón. Cinearte ha sido silencioso, sí, como tal vez deba ser el trabajo que está detrás de cualquier creación audiovisual, pero cuando se inauguren esos maravillosos pisos y pasemos por ahí, levantemos la mirada y atendamos a esa fachada, detrás estaba la factoría donde se han elaborado con precisión tantas grandes historias del cine y la tele que nos parió.
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