Cristina Triana Subdirectora de La Información
OPINIÓN

Criteria ensaya una tercera vía en activismo accionarial

El presidente de CriteriaCaixa Isidro Fainé (i), acompañado por el consejero delegado, Ángel Simón (d), durante la presentación hoy en Barcelona del nuevo plan estratégico de la compañia, que establece la hoja de ruta del holding entre 2025 y 2030.
El presidente de CriteriaCaixa Isidro Fainé (i), acompañado por el consejero delegado, Ángel Simón (d), durante la presentación hoy en Barcelona del nuevo plan estratégico de la compañia, que establece la hoja de ruta del holding entre 2025 y 2030.
Agencia EFE | EFE
El presidente de CriteriaCaixa Isidro Fainé (i), acompañado por el consejero delegado, Ángel Simón (d), durante la presentación hoy en Barcelona del nuevo plan estratégico de la compañia, que establece la hoja de ruta del holding entre 2025 y 2030.

Nos estamos acostumbrando a ver a las minorías marcar líneas rojas a las mayorías. La legislatura española, con la gran influencia de Junts que con tan sólo siete escaños está marcando el paso de la legislatura del Gobierno de Pedro Sánchez es un ejemplo de ello, pero también lo es cómo accionistas con pequeñas participaciones en cotizadas logran mover montañas con el único apoyo de una pequeña parte del capital.

Sin tener que recurrir al comodín de los gigantes del activismo en Wall Street, miren lo que Chris Hohn logró primero en Aena -la inclusión en los estatutos de la sostenibilidad- y luego en Cellnex -acelerar el proceso de sucesión del anterior presidente, Betrand Kan, y de Tobías Martínez- con participaciones minoritarias. O el vuelco que, por sorpresa, dio Amber capital en la polémica junta de Indra en 2022, que acabó con el cese de varios consejeros independientes; un movimiento sin el que hoy probablemente Marc Murtra no habría logrado conquistar ciertos poderes ejecutivos. En nuestra vecina Francia -y en este caso sin una posición definida en el capital- una campaña de Bluebell forzó a Danone a cambiar de primer ejecutivo y decir adiós a Emmanuel Faber.

Ya no manda -sólo- el primer accionista, sino que se ha ido imponiendo y ganando visibilidad el que realmente es capaz de influir… sea porque cuenta con una estrategia de comunicación mediática que puede ejercer de arrastre para fondos de inversión menos activos (Chris Hohn) o sea porque, de una manera más discreta, mueve voluntades en el consejo o fuera de él (Norges)… y el plan estratégico de Criteria deja claro que el holding pretende jugar en los próximos años en este campo.

Con un ‘track récord’ más que reconocido en la gestión de inversiones estratégicas como primer accionista -Caixabank o Naturgy y antes Abertis- el brazo inversor de “la Caixa” ve en su capacidad de influencia un as para generar valor y asegurar un flujo de dividendos creciente para la Fundación Bancaria “la Caixa”. Más allá de la participación que construya en Telefónica -por ahora del 5%, pero dentro de la cartera ‘core’ a largo plazo- planea no pasar inadvertida en el resto de las cotizadas en las que participe. Y la reciente incorporación al capital de ACS, acompañada de un puesto en el consejo de administración, ha puesto una de las primeras piedras de este giro estratégico; opuesto al que había mantenido en los últimos años, donde las ‘otras’ inversiones de Criteria, las que el grupo denomina “diversificación”, eran invisibles.

Ahora se verán y podrían no ser pocas. De hecho, esta es la parte de la cartera que ganará más peso en los próximos cinco años dentro del grupo, pasando de una representatividad del 13% del valor bruto de los activos, al 25% en cinco años. Este salto supondría crear una cartera con este perfil valorada en 10.000 millones de euros de cara a 2030, frente a los 3.510 millones actuales.

Auguro, en consecuencia, que vamos a escribir mucho sobre Criteria en los próximos años por este giro de guion. Primero, porque se ha autoimpuesto realizar una operación ‘acordeón’ en sus posiciones en cotizadas para concentrarse en unas pocas -pasará de unas 80 a unas 20 o 30- y previsiblemente sus movimientos aflorarán en los listados públicos de “participaciones significativas”; segundo, porque sus movimientos no se van a circunscribir a España, dándole una nueva dimensión pública en los mercados internacionales.

La intención del holding -que lleva años diversificando cartera no estratégica en el exterior tras la venta de Abertis- es que en esta reconversión se cree una apuesta mixta entre valores nacionales e internacionales, pero más concentrados y, por tanto, no necesariamente 'desconocidas'. Unas veces con sillones en el consejo y otras, no. Es decir, adoptando un modelo mixto entre el activismo tradicional y el más ‘pasivo’, pero también influyente, por ejemplo, que practica el fondo soberano de Noruega a través de su voto en las juntas de accionistas. Y esto dará vida a la marca España como ‘inversora’ minoritaria, más allá de las adquisiciones de nuestras grandes empresas. Sin un fondo soberano, como cuentan otras economías, hasta el momento nuestro papel en este segmento es inexistente.

A la espera de que Criteria nos aporte unas líneas más profundas sobre su ‘stewardship code’ en cotizadas no estratégicas, en su nueva hoja de ruta perfila que quiere influir en la gobernanza de su participadas y también en acompañarlas en su crecimiento; concretamente en “impulsar empresas punteras con valor a largo plazo”. Es decir, que su intención sería más ser socio para ellas que un agitador… abriendo una tercera vía al modelo de activismo que hemos visto hasta ahora en el mercado, aunque será el futuro el que dibuje si este será siempre su enfoque para todas sus inversiones en cotizadas.

Por el momento, Criteria, ha puesto sobre la mesa sus sectores objetivo para ordenar su creciente cartera de “diversificación”: tecnológicas, pharma, biopharma y ‘retail’. Seguro que los 'oteadores' de objetivos ya están trabajando. Y, no… para que no se equivoquen, en esa lista no está Grifols, aunque parezca un objetivo óptimo para un inversor activista.  

Subdirectora de La Información

Periodista con amplia trayectoria en prensa económica. Formó parte del equipo fundador de 'El Economista', cabecera en la que ostentó diversas responsabilidades, desde la coordinación de Ecotrader, a ser jefa de redacción de Mercados, Empresas y Finanzas y delegada en Cataluña en distintas etapas. También ha dirigido Social Investor, colaborado en medios audiovisuales, como Telecinco, y desarrollado su carrera en comunicación corporativa, como directora de comunicación financiera en Kreab en Barcelona. Es analista ESG acreditada por CESGA y Executive Máster en Dirección Financiera por el Instituto de Empresa.

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