Borja Terán Periodista | Comunicación | Madrid (España) | Idioma: Español
OPINIÓN

'La isla de las tentaciones' engulle a 'Gran Hermano' en tiempos de incertidumbre

Telecinco hace desaparecer el verano 2020 de su estrategia de márketing

Fani olvida a su novio y acaba en la cama con Rubén en 'La isla de las tentaciones'
Fani olvida a su novio y acaba en la cama con Rubén en 'La isla de las tentaciones'
Fani olvida a su novio y acaba en la cama con Rubén en 'La isla de las tentaciones'

Este verano pinta tan extraño que se ve que en Telecinco han decidido hacer, directamente, como que no existe. Y es que, en pleno julio, Mediaset ya está promocionando la vuelta al cole con un spot que desvela sus "grandes" apuestas estelares para otoño. Así, sin anestesias. 

Antaño, recordar septiembre a principios de verano era antipático, pues se cortaba el rollo de los refrescantes planes de vacaciones. Ahora, en cambio, es casi una necesidad. Telecinco aprovecha las audiencias de sus últimos prime time estelares ('La casa fuerte', 'La última cena') para calentar expectación con lo que ya se cocina para el nuevo curso. De esta manera, la cadena proyecta la imagen de que sigue viva, que no baja la guardia, aunque haya anulado televisivamente este periodo estival en el que nos encontramos. Y lo hace sin medias tintas. Hasta poniendo dibujos de hojas marchitas, cayendo hacia el suelo. Lo nunca visto... en pleno estío. Es un verano extraño, con todo a medio gas ante la situación sanitaria que estamos viviendo. Como consecuencia, Telecinco consuma su particular magia y hace desaparecer el periodo estival de su mapa mental.

Grafismo (otoñal) de la promoción de Telecinco
Grafismo (otoñal) de la promoción de Telecinco
Borja Terán

Pero tampoco es que el anuncio desvele sorpresivas novedades. En tiempos de incertidumbre, Telecinco va a lo seguro: 'Volverte a ver', 'Sábado Deluxe' y 'La isla de las tentaciones'. Este último promete ser su gran baza para el último trimestre del año.

Ya se ha empezado a producir en República Dominicana este programa de parejas puestas a prueba con vista de ser ese gran reality de cabecera que inyecta de contenido a toda la programación. Sandra Barneda será la nueva presentadora que, además, cuenta con larga experiencia para moderar después largas horas y horas de debates en el plató de Madrid.

Los datos de audiencia avalan el tirón del formato producido por Cuarzo: fue un fenómeno social, arrasando entre las audiencias más jóvenes. El acierto de 'La isla de las tentaciones' es su guion. No se quedó en el morbo de la infidelidad y se dibujaron con destreza las motivaciones de los participantes.  Cada trama se ha planificó con un suspense que favoreció el enganche progresivo de la audiencia, con la habilidad de mezclar elementos que funcionan y funcionarán siempre en la televisión, ya que apelan a los instintos más básicos del público, más aún si estás en la edad del pavo: un cóctel de crueldad, intimidad espiada, contradicciones, giros inesperados como en la mejor serie y desamor con el que siempre es fácil identificarse.  

'La isla de las tentaciones' es la salvación de Telecinco en un otoño en el que no hay ni rastro de 'Gran Hermano'. En cierto sentido, los 'infieles' engullen al reality que se está tomando un descanso, dicen. En tiempos de inseguridad y tras la marcha de anunciantes del reality de convivencia por el caso Carlota, un presunto abuso sexual en 'GH Revolution', es menos arriesgado empresarialmente relegar este veterano formato de éxito y dar su protagonismo a un competitivo 'La isla de las tentaciones': aún no tiene pasado oscuro, arrasa entre los jóvenes y encima es más barato de producir. Incluso ha roto con un mito que planeaba por las cadenas: los realities ya no funcionaban con anónimos. Mentira.

Si embargo, tras el mal rendimiento de aquel controvertido último 'Gran Hermano' con anónimos, que pasó más desapercibido a nivel social, en Telecinco se autocreyeron que el público ya no tenía paciencia para conocer a desconocidos en un reality (se ve que no vieron 'OT' o 'MasterChef'). Parecía que la audiencia de Mediaset sólo quería enfrentarse a programas de tele-realidad con tramas ya construidas desde hace meses. Por tanto, se optaba por repetir participantes que son protagonistas habituales de los dimes y diretes de la cadena. Ya sólo parecía que podían entrar a los realities Isas Pantojas, Kikos Riveras, Adaras o Maestros Joao. Un bucle de mismos personajes resultones con historias muy prefabricadas, que ya empiezan a sumar años. 

Esa percepción de que ya no interesa un reality compuesto por desconocidos y sin anzuelos famosos es una falacia que ha evidenciado 'La isla de las tentaciones'. Es más, ha recordado que los realities sin populares son fundamentales como trampolín para crear nuevas 'estrellas' exprés que, más tarde, nutren a esos otros concursos en los que se vende que compiten celebrities pero a los que, en realidad, ninguna celebrity real quiere ir. Bueno, menos Isabel Pantoja.

A la vez, 'La isla de las tentaciones' deja atrás aquello de que los realities de Telecinco siempre tiran mejor si son en directo. Por aquello de que contagien constantemente la percepción de esa imprevisibilidad incontrolable que se define casi a medida de las necesidades de la audiencia. Pero todo depende, si están bien planteado en guion, lo enlatado no es obstáculo para el público de Mediaset. Hasta puede ayudar a subsanar el problema que, como todos los realities, también tendrá la segunda temporada de 'La isla de las tentaciones': los concursantes ya saben a qué van, creen conocer el funcionamiento de las tripas del juego y hasta saborean las mieles de la egolatría de la fama antes de saber si habrá fama. Esa codicia resta la fuerza de la espontaneidad. En el ingenio del equipo está descolocarles para que el show siga transmitiendo esa candidez de lo desconocido de la primera vez, que suele diluirse en una segunda temporada con la energía de la expectación del recuerdo y, al mismo tiempo, con la contraindicación de la avaricia de la nostalgia.

Borja Terán
Periodista | Comunicación | Madrid (España) | Idioma: Español

Licenciado en Periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca. Desde 2011 trabaja en La Información escribiendo sobre televisión, comunicación, medios y redes sociales.

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