Borja Terán Periodista | Comunicación | Madrid (España) | Idioma: Español
OPINIÓN

Por qué 'MasterChef 8' produce inquietud a los espectadores fieles del concurso

El talent show culinario mantiene su gran rendimiento de audiencias gracias a una planificación de guion que no da tregua al espectador.  Aunque perturba al seguidor más fan del  lado aspiracional  del concurso. 

MasterChef expulsó a Carlos a sólo una semana de recuperarlo de los descartes del casting.
MasterChef expulsó a Carlos a sólo una semana de recuperarlo de los descartes del casting.
Borja Terán
MasterChef expulsó a Carlos a sólo una semana de recuperarlo de los descartes del casting.

Ocho ediciones de 'MasterChef' son muchas temporadas del concurso de cocineros. Tantas, que el programa ha descolocado a sus más fieles seguidores. La tensión del formato ha ido creciendo como, tal vez, aliciente para que la competición no se tuerza en repetitiva y siga sorprendiendo.

Porque los creadores de 'MasterChef' son sabios del consumo televisivo. Conocen bien a la audiencia y a su propio show, así que van incorporando técnicas narrativas para descolocar: no sólo al público, también a los participantes que se han visto todas las entregas del talent y creen saber cómo actuar para triunfar. Pero no, no lo saben.

Para pillar desprevenidos a los aspirantes, el show va introduciendo giros de guion inesperados. Pero cada vez es más complicado innovar con estos vuelcos dramáticos sin ser injusto con la evolución natural del concurso. Sin ir más lejos, hace unos capítulos, se optó por hacer una repesca. Pero, sorpresa, ningún concursante expulsado de la edición fue repescado. El programa rompía con lo pronosticable y lograba un impacto. No el único. Después, se abría otra repesca pero ya no era ni repesca, pues se pretendía elegir a un concursante que había sido descartado en el casting final.

Un nuevo concursante que en ningún caso está en igualdad de condiciones. Todos los aspirantes ya han evolucionado durante las semanas de un juego que, además, está muy avanzado. El novato no tiene tiempo de aclimatarse.  Resultado: sólo siete días después, en el siguiente episodio, es expulsado en su primera y única prueba de nominación.

Carlos, que así se llama este concursante tardío y fugaz, en realidad es utilizado como reclamo narrativo para revolver y dotar de más tensión en desarrollo del show. Pero los personajes ya estaban hechos. Cumplió su dinamizadora función puntual y el espectáculo continuó sin él.

Lo que nos recuerda que 'MasterChef' sólo es un programa de televisión. Triunfa porque no cansa su visionado, ya que sus creadores arman muy bien las tramas para que, entre prueba, emplatado, degustación y prueba, no dejen de suceder situaciones apoteósicas, dignas de un culebrón. El problema surge cuando es difícil identificarse de forma orgánica con algún protagonista del talent por la verdad que transmite, como es el caso de esta temporada. Entonces, hay que escudriñar los sesos del guiso para crear un inesperado volteo creativo que impulse el relato antipático hasta hacerlo simpático. O, al menos, jocoso de comentar en redes sociales.

Y esa habilidad del programa por mantener el interés en esta etapa se está torciendo en una inquietud difícil de explicar por parte de los espectadores más fieles. Ver 'MasterChef' porque el formato les gusta, pero no conectan  con la misma empatía que en otras ediciones. Porque quizá, ahora, no pueden aspirar a identificarse con los concursantes. Es más difícil, son más personajes repelentes que personas empáticas. No se comprenden sus motivaciones de forma orgánica.

El concurso arrasa en audiencias, aunque no evoluciona con su destreza tradicional para trazar la inspiradora historia de un grupo de aspirantes a chef con un talento que se supera ante la adversidad. A falta de ese talento creativo de los protagonistas, da la sensación de que 'MasterChef 8' ha tenido que tirar por la desazón del conflicto para seguir vivo y no frío. Pero, quién sabe... tal vez todo sea otra de esas tácticas de buen guionista para ir calentando un nuevo giro dramático final, que provoque un humanizador, esperanzador y reconfortante desenlace que nos reconcilie con un casting que apuntaba maneras. Pero sólo las apuntó.

Periodista | Comunicación | Madrid (España) | Idioma: Español

Licenciado en Periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca. Desde 2011 trabaja en La Información escribiendo sobre televisión, comunicación, medios y redes sociales.

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