Borja Terán Periodista | Comunicación | Madrid (España) | Idioma: Español
OPINIÓN

'El Principe de Bel-Air', un 'Verano Azul' a la norteamericana

Expresiva foto de promoción de la serie con la que alcanzó la fama Will Smith
Expresiva foto de promoción de la serie con la que alcanzó la fama Will Smith
Borja Teran
Expresiva foto de promoción de la serie con la que alcanzó la fama Will Smith

Se recuerda mucho la reposición de 'Verano Azul', un clásico. Pero, en realidad, sólo se ha recuperado 12 veces en TVE. Que son muchas, aunque no tantas como da la sensación. Sin embargo, existe otra ficción, norteamericana, que se ha repetido en bucle durante décadas y que ni siquiera es sencillo contabilizar cuántas ocasiones se ha retransmitido. Se trata del 'El Príncipe de Bel-Air'.

Corría 1990 cuando esta serie nos descubrió a un joven rapero en bancarrota que apuntaba maneras como actor de Hollywood. Su nombre, Will Smith y daba vida un adolescente conflictivo, criado en un barrio marginal, que era enviado a la mansión de sus tíos multimillonarios para rehabilitarse (y, de paso, liarla con sus ocurrencias). Mezcla de realidad y ficción, nunca falla. 

'The Fresh Prince of Bel-Air' fue emitida por la NBC y estuvo a punto de ser cancelada en la cuarta etapa, pero el movimiento de fans impulsó dos tandas de episodios más. La fuerza de crear comunidad propició que la historia continuara como, en cierto sentido, en España sucedió con 'El Ministerio del tiempo'. 

En nuestro país, esta sitcom empezó a emitirse por la autonómica catalana TV3 para, más tarde, pasar al mediodía de Antena 3, donde fue un rotundo éxito. Desde entonces, la forma de programar la televisión ha cambiado mucho, aunque El Príncipe siempre ha ido encontrando su hueco como infalible compañía.  Y es que hay series con historias que no caducan, aunque su estética se vaya observando vintage. 

'El Principe de Bel-Air' no contaba con grandes derroches de puesta en escena. Era la época que aceptábamos telecomedias centradas en un ajustado decorado de cartón-piedra en un plató que no disimulaba su artificio. El talento lo ponían unos guiones ejecutados por un grupo de actores en su punto dramático exacto: El tío Phil (James Avery), la sensata tía Vivian (Janet Hubert-Whitten/Daphne Maxwell Reid, fue interpretada por dos actrices), el inolvidable mayordomo Geoffrey (Joseph Marcell), la prima pija Hillary (Karyn Parsons), la pequeña cómplice Ashley (Tatyana Maria Aliy) y, por supuesto, Carlton (Alfonso Ribeiro, antes había sido bailarín de Michael Jackson en un anuncio de Pepsi), que encarnaba al hijo menor y empollón que, al escuchar la música, movía el esqueleto con una peculiaridad que aún hoy sigue provocando imitaciones de espontáneos en EE.UU. Y es que allí también han repetido hasta la saciedad este ficción.

No obstante, el gran triunfador de El Príncipe de Bel-Air fue el propio Príncipe de Bel-Air, Will Smith, que supo aprovechar el tirón mediático para labrarse su carrera como actor. Así, en esta serie, comenzó a sentar las bases de uno de sus mejores secretos: sus habilidades sociales. Incluso, en pleno furor de la telecomedia, Smith se vino a España para rodar unas promociones exclusivas para Antena 3 jugando al basket en uno de los madrileños platós de la cadena en San Sebastián de los Reyes: ya sabía la importancia de la promoción de proximidad, algo que ha hecho a la perfección después con sus mastodónticos filmes. Una proximidad calculada que crea vínculo con la audiencia. Incluso logra amistades personales. Que se lo digan a Pablo Motos.

Borja Terán
Periodista | Comunicación | Madrid (España) | Idioma: Español

Licenciado en Periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca. Desde 2011 trabaja en La Información escribiendo sobre televisión, comunicación, medios y redes sociales.

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