OPINIÓN

¿A quién le conviene más que Vox exista: a Sánchez o a Feijóo?

Núñez Feijóo y Abascal
¿A quién le conviene más que Vox exista: a Sánchez o a Feijóo?
EFE
Núñez Feijóo y Abascal

Muchas elecciones pero quizás no tantas lecciones se puedan sacar de lo sucedido en las urnas estos últimos días. En el Reino Unido pierden los 'tories' de manera abultada e incluso estrepitosa. Principalmente por dos motivos: un desgaste de catorce años en el poder, que por mucho que se diga acaba agotando al más pintado y a cualquier sociedad por muy conservadora que sea o quiera ser. De ahí también que en un arrebato isleño que en inglés sonaría a 'lost to the river', la versión castiza 'de perdidos al río', en el Partido Conservador eligieron en su día al “pobre” y poco carismático Rishi Sunak, ahora cabeza de turco del descalabro, que no supo frenar la sangría que se avecinaba y que se confirmó el jueves pasado.

El otro gran motivo de esta caída lo encontramos en el estilo populista que le entró en los últimos años a los 'tories' con sus golpes de efecto sobre el Brexit, las mentiras variadas sobre los presupuestos, las locuras de Boris Johnson y todos los líos de la falsa y no tan falsa inmigración. Veremos qué hacen a partir de ahora los 'laboristas' con su oportunidad en el poder. Oportunidad que el nuevo líder, Keir Starmer, tiene claro que pasa por situarse en el centro izquierda, lejos de cualquier extremismo que le lleve a complicarse la vida y a alejar del poder a su partido como ha sucedido durante tantos años.

Lo de Francia es distinto y tiene su enjundia particular. Se confirma que el centro sigue siendo la zona ideológica que más voto capta en las urnas, pero realizando una política más marcada y menos neutral desde el punto de vista de las actuaciones. En Francia se han confabulado una vez más todos los partidos para frenar la llegada al poder del partido de Marine Le Pen, 'Reagrupación Nacional' (R.N.). Sin embargo, a la postre esto será ‘pan para hoy y hambre para mañana’ ya que la extrema derecha aunque ha perdido en escaños en votos crece y saca un millón y medio más que el segundo.

La clave ha estado en que los partidos de izquierda no se han 'pisado la manguera' entre ellos y se han repartido las zonas electorales para poder crecer en escaños sin competir entre ellos. Tampoco hay que olvidar la bofetada que las urnas le han dado a Emmanuel Macron, que esperaba ser la alternativa y se ha quedado en cenicienta despechada pero con la obligación y la necesidad de unir el gran lío político que él solito ha montado, y sin ninguna necesidad real que le apremiara pues aún le quedaban (y le quedan) casi tres años en el poder para rectificar y corregir el fracaso de las elecciones europeas. No supo esperar ni tener la paciencia suficiente y ha caído en su propia trampa.

El partido de Marine Le Pen, 'RN', sigue teniendo mucho peso, ha podido perder esta batalla pero no la guerra; y su representación en la Asamblea Nacional se hará notar dada su cuantioso número de escaños. Le Pen apuesta por las próximas elecciones presidenciales dentro de tres años, ese es su objetivo principal y puede lograrlo fácilmente. La partida de la extrema derecha versus extrema izquierda sigue abierta. Pero hay algunos matices que habría que aclarar y diferenciar. Por ejemplo, la extrema derecha en España la representa Vox. Tiene un papel de ilustre telonero pero sin grandes pretensiones de alcanzar un gran éxito electoral.

A pesar de ello juega un papel importante a la hora de votar en las urnas por el “miedo” que provoca en gran parte del electorado. Es una especie de 'espanta-votos' que el PSOE utiliza con sutileza para frenar al PP. En estos últimos días, Vox amenaza con romper sus 'alianzas' en algunas autonomías con los populares si estos no rechazan el posible reparto forzoso de inmigrantes. Muchos creen que es un simple farol de Santiago Abascal para hacerse notar ya que su papel es mínimo en todo el entramado político. Y sobre todo, porque a quien más le interesa seguir en el poder autonómico es al propio Vox, ya que su abandono se vería como una liberación para el PP.

La relación entre ambos partidos situados en la órbita conservadora siempre ha sido problemática. Existe la teoría nada desdeñable de que la existencia de Vox principalmente interesa a Pedro Sánchez y a su partido, el PSOE, porque a la postre es a quien más beneficia. Los motivos son variados pero concluyentes. Cualquier politólogo puede asegurar que la ultraderecha española es menos sólida y tiene menos arraigo y futuro que la italiana o la francesa, y por tanto es más fácil de disolver. Pero ¡ojo!, ¿a quién le interesa realmente que desaparezca Vox? Sin duda alguna, al Partido Popular. Y usted en buena lógica dirá: "y también al PSOE y a la izquierda en general" que se pasan el día criticándola y asustándonos a todos de que viene la extrema derecha. Pues no, no se engañen. El presidente del Gobierno es el que más y mejor aprovecha la existencia de un partido de extrema derecha. Nadie habla de extrema izquierda, pero todo el mundo subraya la condición de Vox como extrema derecha, una y otra vez, como si la izquierda estuviera deseosa de que existiera.

No lo duden, el mejor aliado de Vox es sin duda Pedro Sánchez y la izquierda satélite. Para que vean que mi locura no es tal, les ofrezco los datos de un señor cabal, escritor ilustre, que vota a los socialistas. El otro día en “El País” Javier Cercas relató en su artículo del domingo cómo ve él está suma de intereses entre dos supuestos antagonistas: "Piénsalo bien: ¿de verdad nos interesa que desaparezca Vox? Me refiero a nosotros. A la izquierda. A los moralmente superiores a la derecha. A los que hemos levantado un muro frente a ella. ¿Nos interesa que Vox no exista? ¿Qué ocurriría si no existiese? Evidentemente, que sus votos irían o podrían ir a parar al PP, que ya no podríamos usar contra el PP el miedo a su alianza con Vox, que el PP podría llegar al poder y que nosotros tendríamos que pactar con él o volvernos a casa. En resumen, a nuestro país le interesa muchísimo que desaparezca Vox, pero a nosotros no nos interesa nada".

No es una caricatura de la política española, es la cruda realidad bien explicada por Javier Cercas. En su texto también se atreve a señalar a los 'Maquiavelo de pacotilla' que según él se pasan el día inventando argumentos según los cuales es bueno para todos lo que solo es bueno para ellos, "consideran que contra la derecha todo está permitido y que quien protesta o lo niega es un facha, aunque los haya votado". El escritor profundiza en su reflexión y se pregunta si a esta “gente” le importa de verdad el futuro de su país, de la izquierda y de la democracia; "o si lo único que le importa es el poder. Dejo a su criterio la respuesta". Palabras de Javier Cercas que sirven para que todos reflexionemos un poco más acerca de lo qué hacen los políticos por nosotros y con nosotros, o si solo están allí, en el poder, para servirse ellos y servir a sus intereses.

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