Ruben J. Lapetra Coordinador de Mercados
OPINIÓN

Salvar al depositante, matar al accionista: la caja de Pandora del rescate al SVB

Oficina del Silicon Valley Bank.
Oficina del Silicon Valley Bank.
Contacto vía Europa Press
Oficina del Silicon Valley Bank.

El Gobierno de EEUU ha orquestado un rescate este fin de semana sobre el Silicon Valley Bank (SVB Financial), aunque desde el Tesoro de Janet Yellen lo han intentado vestir de otra cosa. Lo cierto es que la solución presentada para la quiebra de la entidad es la menos mala pero no por ello tendrá menos efectos secundarios. Ha sido una detonación controlada que siembra un peligroso precedente en lo que parece el inicio de una crisis.

La buena noticia es que la FDIC -una suerte de FROB, JUR y Fondo de Garantía de Depósitos- garantizará todos los depósitos de los clientes del banco, no solo hasta el límite legal de 250.000 dólares. Se busca evitar un doloroso efecto dominó de impagos entre los clientes de la entidad, en su mayoría altos patrimonios, fondos de capital riesgo y startups tecnológicas. El SVB Financial tenía 175.000 millones de dólares en depósitos de la clientela a cierre de 2022 y la mayoría de ellos no entraban en el esquema tradicional de protección minorista de hasta 250.000 dólares.

La mala noticia es que la FDIC ha recibido orden de enterrar el banco californiano -resolver, en la jerga financiera- con lo que sacrifica a todos los accionistas de una entidad que valía 10.000 millones de dólares en bolsa hace solo una semana. También lo perderán todo la mayoría de bonistas que tenían algún tipo de instrumento con el SVB como emisor. El mensaje que se busca trasladar al mercado es que esto no es como en 2008 y no habrá coste para los contribuyentes como consecuencia de una 'mala praxis' bancaria.

La caja de Pandora para la banca y los bonos

Como parte de la intervención, y para evitar un efecto contagio a otras entidades, el Tesoro ha puesto a disposición de la Reserva Federal (Fed) una línea de financiación especial de corto plazo, a 1 año, con 25.000 millones de dólares que permitirá a otros bancos acceder a liquidez sin necesidad de que malvendan su cartera de renta fija para atender a los reembolsos, como le ha ocurrido al Silicon Valley Bank (SVB). 

Se llama BTFP (Bank Term Funding Program) y es un nuevo mecanismo de emergencia que permitirá a las entidades valorar sus bonos "a la par" -al 100% de su valor nocional- a la hora de acudir a la ventanilla de la Fed. Pero esos bonos cotizan por debajo de ese nivel en el mercado debido el impacto de las subidas de tipos. Automáticamente se ha creado un precedente y una situación de 'riesgo moral' que salvará a entidades que no han gestionado como debieran su liquidez o el pasivo de sus clientes.

Pese a que las fugas de depósitos que sufrió el SVB Financial la semana pasada fueron provocadas por un episodio de pánico entre los clientes, no hay que olvidar que la entidad ya venía sufriendo esas salidas desde antes. El dinero de sus clientes -recordemos, un perfil de altos patrimonios y startups no rentables con altos niveles de tesorería- iba minorando por el descenso de las operaciones de financiación del capital riesgo. 

Paradójicamente, a su vez, ha ido migrando hacia la renta fija de corto plazo que ofrecía máxima seguridad y altos niveles de rentabilidad frente a los depósitos. Para poder dar la contrapartida, el Silicon Valley Bank tenía que vender sus propios bonos en cartera pero a la fuerza y asumiendo pérdidas. El rescate del Tesoro y de la Fed pone sobre la mesa un problema similar para muchas otras entidades pero con el precedente de que el Estado garantiza todos los depósitos y esa será la norma a partir de ahora si vuelve a suceder. 

Ruben J. Lapetra
Coordinador de Mercados

Periodista especializado en finanzas y tecnología. Escribo desde hace más de dos décadas en diarios líderes de información económica. He participado en el desarrollo de producto del área de mercados en los medios digitales en los que he trabajado. Me apasionan los nuevos proyectos y el aprendizaje continuo. Formé parte de Expansión.com durante cerca de cuatro años hasta que me involucré, sin dejar de escribir, en lanzamientos como ElEconomista.es (2005), Cotizalia y Teknautas en ElConfidencial (2007-2012), LaInformacion.com (2009), Hemerotek (2013) y ElEspañol.com (2015). Ayudé a crear un índice de bolsa, otro de vivienda y trabajé en dos fintech (WebFg y Finect). A finales de 2018 me reincorporé a LaInformación.com para relanzar su área de mercados y cotizaciones.

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