Borja Terán Periodista | Comunicación | Madrid (España) | Idioma: Español
OPINIÓN

Sardá y Buenafuente, juntos: el arte del periodismo que crece en la travesura

Javier Sardá y Andreu Buenafuente, bien juntos, en 'Late Motiv'
Javier Sardá y Andreu Buenafuente, bien juntos, en 'Late Motiv'
Borja Terán
Javier Sardá y Andreu Buenafuente, bien juntos, en 'Late Motiv'

¿Qué pasa si se juntan Javier Sardá y Andreu Buenafuente en un mismo plató? Fluye la televisión en estado puro. Esa televisión que nos enseñó que en el matiz hay una gran historia. Así ha sucedido esta semana, cuando Sardá visitó a Buenafuente en 'Late Motiv' de Movistar Plus. Y no, no podía ser una entrevista cualquiera: fue una simbiosis entre dos maestros de la televisión que no se quedan en lo evidente, viajan desde el detalle.

Así, al mirar a la grada del plató, Sardá incidió en que veía al público que estaba y al que no estaba, que eran incluso mejores que los que estaban. Parece un trabalenguas, pero simplemente el comunicador se refería a los huecos de los sillones sin nadie por la distancia de seguridad. "Me imagino las sillas vacías como yo quiero", recalcó. Por eso mismo es un artista de la televisión: por su capacidad de atinar sin miedo a la imaginación. Tan importante. 

De hecho, uno de los grandes superpoderes de Javier Sardá de siempre ha sido su inteligencia a la hora de entremezclar la curiosidad del periodismo clásico con la creatividad de la travesura. Tiene mucho de periodista, tiene mucho de cómico.  Y la combinación es perfecta en un directo: le hace libre, le hace único. Atesora la destreza de la ironía, maneja los tempos constructivos de aquel que se curtió en una radio y la tele en la que lanzándose a las ideas prácticamente todo era posible. 

En un momento dado, Buenafuente tiró al aire las tarjetas con las preguntas escritas por su equipo de guionistas. Una pregunta demasiado evidente tenía la culpa, Muy rápido, Sardá las recogió del suelo y empezó a formulárselas al propio Andreu. Lección: los platós están para darlos la vuelta. Después, se levantó y se sentó junto Andreu en el sofá del invitado de late night. De esta froma, creó una desternillante estampa icónica. Sardá y Buenafuente pegados, dejándose llevar. Por eso no se puede resumir en un artículo la charla, porque se perdería el disfrute real de ver a dos profesionales que son artesanos del matiz.

Y ahí está el aprendizaje que nos ilumina el camino a muchos. La televisión y la radio era poderosamente cómplice con el espectador porque salía al directo con la generosidad del que se atreve. Hasta desmontando el guion del show si es necesario. Hoy muchos directivos no lo entenderían. Incluso para muchos sería una osadía tal cosa. No vaya a no entenderse o, tal vez, a molestar a alguien en esa tutela mal entendida del espectador. Por suerte, ahí siguen Sardá y Buenafuente demostrándonos que hemos venido a jugar.

Periodista | Comunicación | Madrid (España) | Idioma: Español

Licenciado en Periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca. Desde 2011 trabaja en La Información escribiendo sobre televisión, comunicación, medios y redes sociales.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento