Borja Terán Periodista | Comunicación | Madrid (España) | Idioma: Español
OPINIÓN

La trampa de la entrevista de Oprah Winfrey a Barack Obama

Los platós de Oprah Winfrey fueron demolidos y, ahora, son ocupados por la sede de McDonalds en Chicago.

Juntos, pero no revueltos.
Juntos, pero no revueltos.
Borja Terán
Juntos, pero no revueltos.

Barack Obama y Oprah Winfrey no están juntos. Pero lo parece. Él está en un plató en Washington, ella en su casa de Santa Bárbara. Sin embargo, los trucos de la tecnología permiten que dé la sensación de que están en el mismo lugar, mirándose bien cerca, durante la entrevista de la gran estrella de la televisión norteamericana, que ya no necesita un gran estudio de televisión como antaño.

De hecho, los platós de su propiedad ya son historia. Los míticos Harpo Studios -Harpo es su nombre al revés-, que ella misma fundó y desde los que realizaba su recordado talk show desde el 15 de enero de 1990, fueron demolidos en 2016 para construir la sede de una marca de comida rápida, McDonalds. Metáfora, quizá, del lugar hacia el que se ha encarrilado la televisión: más de usar y olvidar.

Pero Oprah sigue queriendo trascender. Aunque, eso sí,  hace tiempo que se ha percatado de que no necesita dos amplios platós como aquellos que inauguró en 1990. Ahora, con su propia casa basta. Incluso mostrar su salón de estar favorece una cercanía íntima entre espectador y comunicadora, sobre todo dentro del consumo bajo demanda en el que se mueve en la actualidad a través de programas especiales que no van pegados a la frenética televisión en vivo y en directo. Y así ya lleva años, indagando entre la combinación del docushow y la conversación de apariencia casera.

Sin embargo, en tiempos de pandemia, la grabación en localizaciones reales tiene sus impedimentos. Hay que mantener distancia de seguridad, evitar viajes e intentar proteger las burbujas familiares minimizando contactos, así que la crisis del covid ha acelerado técnicas digitales que permiten que parezca que varias personas comparten mismo espacio. Aunque estén a miles de kilómetros de distancia. El nuevo show de Drew Barrymore utiliza este truco de realidad virtual aumentada para huir de la fría videollamada y acercarse lo máximo posible a la sensación de que los invitados están en el mismo decorado. Y el resultado es magnífico: da el pego. Sólo hay que colocar una silla idéntica en el sitio en el que esté el invitado a distancia y la creatividad técnica hará el resto. Oprah sigue esta estela y también apuesta por esta narrativa más de ciencia ficción. Nada de la menor calidad de imagen de Skype, Zoom y la manida ventana partida en dos, mejor romper las barreras espaciales con la magia digital. Es más, el espectador se podría creer que están de verdad sentados, cara a cara, en el mismo set. Pero no sería ético no explicar la realidad. Hasta sería contraproducente.

Porque lo inteligente de realizar este despliegue es hacer al espectador partícipe del invento. Eso lo ha hecho Oprah de siempre construyendo lazos de complicidad con su público: primero con su emocional desparpajo dialéctico a través de la televisión tradicional, ahora también con sus guiños en las redes sociales donde muestra hasta cómo hace 'piececito' con Barak Obama antes de grabar. Sus pies se rozan pero no se chocan. Así evidencia la trampa de una entrevista desde una habitación que existe, pero en la que nunca estuvieron entrevistado y entrevistada juntos. Simplemente es un efecto especial. 

Un efecto especial que hay que explicar. O el público percibirá algo raro en este encuentro, como que la cercanía es de plástico. Y es que, en efecto, el covid ha acelerado un salto tecnológico que abre posibilidades en narrativas audiovisuales y va a ser un punto de inflexión en la reinvención sorpresiva de las liturgias de las conexiones vía satélite. Pero, al final y en el fondo, este truco técnico jamás podrá sustituir la entrevista íntima, jamás podrá transmitir la empatía de la proximidad de verdad, la que puede terminar en un imprevisible, afectuoso y descriptivo abrazo.

Borja Terán
Periodista | Comunicación | Madrid (España) | Idioma: Español

Licenciado en Periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca. Desde 2011 trabaja en La Información escribiendo sobre televisión, comunicación, medios y redes sociales.

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