El hijo de Mar Flores y actor, Carlo Costanzia, ha sido resuelto culpable de un delito de estafa por la Audiencia de Málaga. El joven ha aceptado de conformidad la condena de 21 meses de prisión, que también le obliga a devolver el dinero a los compradores afectados, que adquirieron vehículos de lujo a través de la empresa del joven y que nunca recibieron.
A través de la empresa CCR Luxury Rent a Car 2020 S.L., Carlo empezó una actividad de compraventa, importación, exportación, fabricación y alquiler de vehículos, ayudado por otra persona que también ha resultado condenada.
Para la entrega de los coches, estos pedían una suma inicial a los compradores, que quedaban a la espera de recibir un coche que nunca llegaba. Estas cantidades variaban dependiendo del modelo de vehículo, desde los 5.000 hasta los incluso 30.000 euros se llegaron a dar en concepto de señal. Y es que los coches que prometía el hijo de Mar Flores no eran modelos baratos.
Coches de más de 100.000 euros
Por ejemplo, uno de los compradores afectados habría pagado por recibir un Audi RS3, un compacto GTI de 400 CV que cuesta más de 100.000 euros en su nueva versión. De la misma marca alemana, otro de los coches era un Audi Q8, uno de los SUV de Audi que cuesta más de 85.000 euros, con carácter deportivo para su tipo de carrocería y 170 CV de potencia.
También había un Mercedes Clase G en la lista de coches que Costanzia debería haber entregado a sus clientes: cuesta nuevo más de 148.000 euros. Es el mítico G Wagon que tanto triunfa entre los adinerados de Estados Unidos, entre otros países (Kim Kardashian tiene uno de estos en su garaje).
En el listado también había un Range Rover, otro coche de grandes dimensiones que cuesta entre 50.000 y 150.000 euros, dependiendo de la versión que escojamos. Este fue el coche que, por ejemplo, escogió Violeta Mangriñán cuando cambió de vehículo, y está considerado un todoterreno de lujo.
Por último, otros de los coches de la lista, aunque no se sabe el modelo, era un Lamborghini valorado en 79.9000 euros. Las excusas que Costanzia puso en todo momento cuando los compradores le reclamaron los coches fueron supuestos problemas en Aduanas o con Hacienda.
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