Acelera de 0 a 100 km/h en poco más de cinco segundos y es capaz de alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h, datos de auténtico “petrolhead” sobre todo si tenemos en cuenta que solo mide 4,43 metros de largo.
Es la versión más prestacional de la nueva gama Countryman y uno de los coches más especiales que podemos encontrar dentro de su categoría con el mismo ADN que muestra un Mercedes Clase A AMG o un Audi RS Q3.
Corre que se las pela y a sus mandos la diversión está asegurada. Para ello este fabricante ha implementado un desarrollo muy particular con varios modos de conducción (el denominado “Go-Kart” es el más explosivo) para poder disfrutar de los 300 caballos que ofrece el dos litros turboalimentado que monta y que incluye un cambio automático con levas en el volante.
Cien por cien deportivo
No hay trazado que se le resista. Desde luego, en aquellos más revirados se desenvuelve a las mil maravillas y eso que su batalla es bastante corta. Aún así, desliza con total franqueza (para eso está provisto de tracción a las cuatro ruedas) y su abultada cifra de potencia es capaz de sacarnos de cualquier emergencia.
Como no podía ser de otra forma, la personalización tanto del exterior como del interior sigue los mismos pasos para crear un ambiente de lo más deportivo.
De puertas hacía dentro, este coche se diferencia abiertamente por una instrumentación muy particular, con la característica pantalla circular del tipo OLED de 9,4 pulgadas situada en el centro, que le hace ser único en este sentido.
Los asientos, por su parte, ofrecen una sujeción impecable y la sensación de calidad está presente en todos los ajustes y en los nuevos revestimientos de tela para el salpicadero o los paneles de las puertas que igualmente son bastante exclusivos.
Casi 60.000 euros
La carrocería del tipo bitono, por su parte, está decorada con todo tipo de detalles para imprimir carácter y deportividad. El diseño de las llantas, el del alerón posterior, el de los paragolpes o el de la parrilla le identifican enseguida.
Como comentábamos al principio, la mayor pega se encuentra en su precio final. Hablamos de 59.400 euros, una cantidad que puede descartar su elección, eso sí, a sabiendas que vamos a renunciar a un coche de lo más prestacional, generosamente equipado y dotado de toda esa caracterización que solo una marca como Mini es capaz de conseguir.
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