Cuatro son las fábricas que tiene Michelin en España, una en Aranda de Duero, que en 20Minutos ya hemos visitado y que es la más grande de Europa en cuanto a producción de gomas para camiones, otra en Valladolid, una tercera en Vitoria y, también en el norte, la de Lasarte (Gipúzcoa), a pocos kilómetros de San Sebastián. Esta fue precisamente la primera de todas las que colocó en nuestro país el fabricante francés, y una de las primeras plantas de Michelin fuera de Francia. Ahora, 20Minutos se ha desplazado hasta esta importantísima fábrica para visitarla.
En 1934 se inauguraba la planta de Lasarte. 90 años después, esta fábrica española es una de las más importantes en cuanto a fabricación de neumáticos de moto pues, aunque también tienen otras en Brasil, Tailandia o Serbia, la de Lasarte es la joya de la corona en cantidad y en calidad. Del norte de nuestro país salen más de 12.000 toneladas de neumáticos anuales con distintos destinos a lo largo y ancho del globo. Tan sólo el 10% de esta gigantesca producción se queda en España, el 90% restante se exporta a Europa y Estados Unidos, entre otros. De sus instalaciones salen gomas para todo tipo de motos, desde custom, scooters, de tacos (off-road) o deportivas, hasta neumáticos para la competición; como los nuevos neumáticos para la MotoE.
Visitamos la fábrica
Visitando la planta cuesta creer que en un principio Michelin fabricase en Lasarte neumáticos para coches y bicicletas, pues el nivel de perfeccionamiento y de especialización que manejan en el sector de las dos ruedas, es impresionante.
Entre sus paredes se esconden los secretos que hacen que cada compuesto firmado por Michelin cumpla con unos estándares de calidad únicos en el sector.
Un neumático, paso a paso
Todo comienza con el diseño y el desarrollo del neumático, pasa por su modelaje virtual y por su construcción en forma de prototipo, seleccionándose los compuestos adecuados, dimensiones, dibujo o anchura para cada goma. Tras estas primeras verificaciones, los materiales pasan a ser los protagonistas, uniéndose para crear la carcasa, fabricada con tejido (algunos montan el mismo material que equipan los chalecos antibalas en su interior), compuestos de caucho y unos aros exteriores de metal que refuerzan la estructura. Tras esto se pasa al importante proceso de vulcanización, una 'ciencia' precisa que mezcla temperatura y presión (secretas) para lograr sus propiedades. Posteriormente se coloca la banda de rodadura con su correspondiente dibujo y se añaden distintos elementos que mejoran la durabilidad del neumático. Por último, un operario especializado inspecciona meticulosamente a mano cada neumático, dando así el 'OK' final un humano.
Y mencionamos esto porque a lo largo de todo el proceso cuesta ver a seres humanos trabajando. En Lasarte hay mucho robot, mucho AGV circulando y transportando de manera autónoma todo, y muy poco operario. Sin embargo, la tarea del sellado de la banda de rodadura o la inspección final, dos puntos críticos en la fabricación; los realizan seres humanos. De momento, los robots son más que buenos, pero la mano humana sigue siendo primordial para Michelin.
Lo cierto es que tras haber visitado ya muchas fábricas y, dos ya de Michelin, no sorprende por qué están donde están. El nivel de tecnología y de atención al detalle es espectacular, con innovación e investigación en un campo que, aunque para muchos es tan simple como el de una goma redonda y negra, para Michelin es un lienzo en blanco en el que llevan plasmando sus ideas y sus innovaciones en seguridad ya 135 años.
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