STLA AutoDrive, esa es la denominación de uno de los sistemas tecnológicos que Stellantis está poniendo a punto de cara a ofrecer una tecnología que pueda brindar al usuario de un Opel Corsa, un Peugeot 3008 o un Jeep Avenger, por citar a tres de los modelos que comercializa, disfrutar de una experiencia de conducción semiautónoma que le permita apartar la vista de la carretera y conducir sin las manos en el volante.
La mayoría de las marcas ya tienen muy avanzados estas funcionalidades y Stellantis, desde luego, no se quiere quedar atrás. El objetivo de STLA AutoDrive es aumentar significativamente el tiempo y la distancia ininterrumpidos de la conducción asistida en combinación con las distintas ayudas en materia de seguridad. De hecho, la tecnología “eyes-off” estará lista a finales de año para ofrecerla a sus clientes en 2025.
La inteligencia artificial manda
"En poco más de dos años hemos dado un giro decisivo, pasando de una mentalidad tradicional de la industria automovilística a un funcionamiento mucho más parecido al de una compañía startup” ha manifestado Yves Bonnefont, director de Software de Stellantis. “Esto incluye un fuerte enfoque en la velocidad y el desarrollo de nuestras propias capacidades de creación de software. Ahora damos el siguiente paso y empezamos con la preparación tecnológica para la integración de nuestras plataformas impulsadas por la inteligencia artificial”.
Las novedades en este apartado no acaban aquí. Según lo anunciado por este grupo en la mañana de ayer, junto a STLA AutoDrive, sus coches también incluirán otros sistemas como es el caso de STLA Brain. La finalidad de esta función es reducir el número de unidades de control electrónico (lo que conocemos como centralitas) a la mitad. Como cabría imaginar, la aparición de STLA Brain permitirá unos superiores niveles de operatividad y funcionalidad.
Y por último, Stellantis se refiere a STLA SmartCockpit como una plataforma que utilizará menús interactivos más sencillos que harán posible manejar la navegación, la climatización o la música, por ejemplo, de forma rápida e intuitiva y con menos clics, aprovechando el aprendizaje automático y la inteligencia artificial.
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