Los neumáticos son una parte fundamental de nuestro vehículo y jugarán un papel vital para mantener la seguridad en la conducción por las carreteras de España y resto del mundo. Una de las principales causas de siniestros es debido a un mal estado de las ruedas, por lo que mantenerlas en buen estado y adaptarlas a las distintas épocas del año es esencial para no tener 'sustos innecesarios'.
Por ello, la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV) hace tanto hincapié en sustituir los neumáticos cada vez que existe un cambio meteorológico, ya que las condiciones en carretera cambian y los factores son muy distintos entre una y otra época del año.
Tipos de neumáticos
En la actualidad, hay disponibles tres tipos de neumáticos para poder realizar los cambios pertinentes en las distintas estaciones del año: las ruedas que se ajustan a los meses de verano, las de invierno y los universales. El último tipo de rueda citado solo podrían utilizarse durante los meses con clima y temperaturas cálidas.
No obstante, no son los mejores para los meses extremos de verano e invierno, pues tienden a desgastarse de forma más rápida y perderían adherencia con la carretera, afectando a la seguridad del vehículo y de sus ocupantes.
Ventajas de los neumáticos de invierno
Los procesos de fabricación de los diferentes tipos de neumáticos son totalmente diferentes debido a que el clima repercuta directamente en los materiales que los componen. Por ello, las características de las ruedas invernales son totalmente distintas al resto, ya que cuentan con una evacuación más rápida de agua, poseen gomas más flexibles o tienen un dibujo más recortado, entre otras más.
Las empresas encargadas de fabricar los neumáticos de invierno se encargan de que estos alcancen su máxima adherencia en temperaturas inferiores a los cinco grados, por lo que en verano serían muy peligrosos. Así pues, deberían sustituirse para mantener la seguridad y alcanzar un mayor rendimiento de las ruedas. Las ventajas principales de este tipo de rueda es que se adaptan muy bien a las abundantes lluvias, son más seguras frente al hielo, pueden actuar como una alternativa a las cadenas de nieve, tienen una mayor frenada ante temperaturas bajas, aumenta el ahorro y, por último, son más duraderas.
Inconvenientes de los neumáticos de invierno
Uno de los inconvenientes más comunes y, a la vez, peligrosos es que hay que tener un cuidado exhaustivo de este tipo de neumático. Desde la AECA-ITV, indican que su mantenimiento es muy importante para mantener la seguridad en carretera. Por ello, la ITV revisa con detenimiento todos aquellos elementos relacionados con esta pieza: ejes, ruedas, neumáticos, suspensión...
El principal error que realizan los usuarios es no mantener una presión adecuada, ya sea baja o demasiado alta, en sus ruedas. Esto hace que los neumáticos no se ajusten a la carga y haya un fallo en los frenos. Por último, cabe destacar que estos problemas representan el 21% del total de los defectos graves que se detectan en el momento de pasar la ITV a los vehículos, un dato preocupante.
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