El Mercedes GLA 200 cautiva por su nueva imagen, sentido práctico y equilibrio

  • La versión con motor gasolina turboalimentado de 163 caballos brilla más por su eficiencia y buen rodar que por su deportividad.
El nuevo GLA de Mercedes es más alto y mejora en su estilo. Del frontal destaca la parrilla con la única barra central y el gran logo de la estrella en el centro.
El nuevo GLA de Mercedes es más alto y mejora en su estilo. Del frontal destaca la parrilla con la única barra central y el gran logo de la estrella en el centro.
D.P.
El nuevo GLA de Mercedes es más alto y mejora en su estilo. Del frontal destaca la parrilla con la única barra central y el gran logo de la estrella en el centro.

En su segunda generación, más allá del restyling al que fue sometido en 2017, el Mercedes GLA ha cambiado ostensiblemente. Primero porque pasa de ser un SUV deportivo, o crossover, a un SUV compacto más tipo todoterreno, y segundo porque la imagen y la habitabilidad mejoran claramente.

La estética gana en sobriedad, con mayor volumen y robustez de todo el conjunto. En ello influyen las nuevas formas, claro, pero es que respecto a su predecesor este GLA es 10 cm más alto, quedando el resto de cotas prácticamente iguales.

Del frontal destaca la gran parrilla y la banda horizontal con el logotipo enmedio, así como las entradas de aire inferiores y las modernas ópticas por LED. Lateralmente se percibe una mayor superficie acristalada y una muy leve caída del techo, mientras que por detrás son los modernos faros, la doble salida de escape y el difusor los que le dan personalidad.

Mercedes GLA 200.
Las nuevas ópticas aportan mayor elegancia a la zaga. En la parte inferior están las dos salidas de escape.
D.P.

Por dentro el ambiente rezuma calidad y los acabados son de muy buena factura. En el frente destacan las dos pantallas dispuestas horizontalmente, una pegada a la otra, en el caso de la versión a prueba con 10,25 pulgadas, que son las más grandes (y caras). También llaman la atención los aireadores estilo “turbina” y la sencillez de la consola central, que en su parte inferior no cuenta ni con los mandos del cambio –la palanca que lo gestiona sale de la columna de la dirección– ni con el tradicional freno de mano, ya que este es electrónico y se activa mediante un botón a la izquierda del volante.

Mercedes GLA 200.
El ambiente interior destaca por el lujo y la tecnología, que se hace patente con las dos pantallas digitales.
MERCEDES

Todo bajo control

La posición de conducción es elevada, con lo cual hay mayor visibilidad y el confort es alto. Los asientos son cómodos y la información llega con claridad a los ojos, aparte de por las pantallas digitales, por el Head-Up display (opcional) que la proyecta en el parabrisas.

La segunda generación del GLA ha ganado en habitabilidad, con mayor espacio disponible en las plazas traseras y una mejora del maletero

Casi todas la funcionalidades quedan aglutinadas en las mencionadas interfaces digitales, y al igual que comentamos en la prueba del Clase A 250e, requiere de cierto período de aprendizaje, dadas sus múltiples posibilidades. Los mandos del volante son útiles, pero muy sensibles al tacto, aunque también se puede recurrir al asistente por voz para interactuar con el sistema.

En cuanto a habitabilidad, la segunda generación del GLA también ha ganado en este sentido, con mayor espacio disponible en las plazas traseras y una mejora en la capacidad del maletero, aunque los 435 litros de volumen se quedan algo cortos para cinco ocupantes y su equipaje.

Mercedes GLA 200.
Los ocupantes de las plazas traseras disponen de más espacio.
MERCEDES

La mecánica del GLA 200 es actualmente la segunda más potente en el apartado de gasolina, es decir, la de motor turbo de 1,3 litros con 163 caballos de potencia. Para el tamaño del conjunto y el peso, que es de 1.485 kg, es más que suficiente, y al volante, a menos que se busque mucha deportividad –para lo que existen versiones más potentes, sobre todo las AMG–, apenas se echa de menos fuerza. Es una mecánica equilibrada, y la respuesta del cambio automático de 7 velocidades es adecuada.

Un gasolina poco “gastón”

A lo largo de nuestra prueba, que realizamos a ritmos tranquilos por un recorrido mixto, obtuvimos una cifra de consumo muy similar a la homologada por Mercedes para este motor (6,7 litros a los 100 km), de modo que en este apartado la calificación es sobresaliente. Por supuesto, el propulsor saca “genio” si se le requiere, para lo que basta con hacer el “kick down” (pisar a fondo el acelerador de golpe) y aprovechar toda su potencia, sobre todo en el modo de conducción "Sport". A ritmos altos recurrentes, eso sí, el consumo puede subir de manera notoria.

Mercedes GLA 200.
Aunque gana en capacidad de maletero respecto a su predecesor, puede ir algo justo si hay que llevar el equipaje de cinco personas.
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Por lo demás, la suspensión es blanda y confortable, y en carreteras abiertas tipo autopista se muestra como un gran rodador. Si las equipa, como era el caso de esta unidad del GLA 200, las ayudas a la conducción permiten conducir muy relajadamente, siempre prestando atención a la carretera y con las manos en el volante.

El precio de partida de esta versión gasolina es de 40.800 euros e incluye un interesante equipamiento, pero si se le quiere añadir detalles de imagen, tecnología y equipamiento, la factura se puede llegar a incrementar en unos cuantos miles de euros más.

FICHA TÉCNICA

Motor: Gasolina.

Potencia (kW/CV): 120/163.

Cambio: Automático, 7 velocidades.

Largo (mm): 4.410.

Ancho (mm): 1.834.

Alto (mm): 1.611.

Maetero (litros): 435.

Velocidad máxima (km/h): 210.

De 0 a 100 km/h (seg.): 8,7.

Consumo medio (l/100 km): 6,7.

Emisiones CO2 (gr/km): 151.

Precio (euros): 40.800.

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