Guía básica para crear una rutina facial efectiva en 2024, según una dermatóloga

La doctora Leire Barrutia, especialista en dermatología cosmética, nos descubre los tres sencillos pasos para llevar a cabo una rutina de cuidado facial efectiva dependiendo de las necesidades de la piel de cada una. 
El serum, el primer paso en toda buena rutina de belleza facial.
El serum, el primer paso en toda buena rutina de belleza facial.
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El serum, el primer paso en toda buena rutina de belleza facial.

Hacer una rutina de cuidado facial, o skincare, es una tarea delicada que solo deberían de realizar los expertos los doctores o farmacéuticos expertos en dermatología cosmética. Sin embargo, son cada vez más los influencers que a través de las redes sociales se atreven a dar consejos sobre productos en forma de crema o serum para tratar la piel y prevenir y combatir, por poner un ejemplo, una de las grandes preocupaciones conforme se van cumpliendo años: el envejecimiento prematuro del rostro

Pero eso no es todo porque además hay que tener en cuenta las peculiaridades de cada persona. Ni que decir que cada rostro es un mundo con sus propias características: piel seca, grasa con tendencia al acné, con manchas oscuras, con arrugas profundas o con las primeras líneas de expresión, con cicatrices o incluso rosácea. A todo ello hay que sumarle que a la hora de confeccionar una rutina de cuidado del rostro, hay que tener en cuenta que los productos dermatológicos no suelen ser baratos y, por lo tanto, no están al alcance de todos los bolsillos. 

Guía básica para crear una rutina facial efectiva en 2024

"Para conseguir una piel sana y bonita no es necesario llevar a cabo tantos pasos". Esta es la premisa con la que arranca el video la Doctora Leire Barrutia, médico especialista en dermatología. El primer paso es estructurar una rutina de cuidado de la piel: una para la mañana y otra para la noche. Este skincare va a contar, como máximo, con cuatro pasos, incluyendo un contorno de ojos, aunque como veremos más adelante es opcional. 

El primer paso: la limpieza facial

Tanto para la rutina de mañana como para la de la noche, la dermatóloga recuerda que la limpieza facial es esencial en ambos momentos del día. Sin embargo, lo cierto es que en muchas ocasiones supone un esfuerzo, especialmente en el caso de las pieles secas, porque no siempre es fácil elegir un gel limpiador que no nos de esa sensación de tirantez. 

El agua micelar es un clásico en la limpieza facial que elimina partículas de grasa, suciedad y maquillaje de forma efectiva.
El agua micelar es un clásico en la limpieza facial que elimina partículas de grasa, suciedad y maquillaje de forma efectiva.
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Ahí reside la magia de elegir un producto con principios activos que restauren y reparen nuestra barrera cutánea. Dicho de otro modo, que nos hidrate a la vez que nos limpie. Por ejemplo, en el caso de las pieles sensibles, la doctora recomienda la Crema Espuma Limpiadora Facial para piel sensible de Cetaphil. Por otra parte, para las pieles grasas, habrá que seboregular. Una buena opción sería Cerave Limpiador Hidratante.

El segundo paso: elegir un activo con acción antioxidante

Toca elegir un producto que nos proteja de los agresores externos como el sol, la contaminación y los distintos agentes que estamos expuestos a diario. En el caso de las pieles secas o maduras, la mejor opción es la vitamina C para tratar de prevenir la pérdida de colágeno. Sin embargo, este principio activo tiene sus contraindicaciones en el caso de las pieles grasas o pieles con rosácea. 

Descubre las características que hacen de un sérum de vitamina C, un buen sérum.
Descubre las características que hacen de un sérum de vitamina C, un buen sérum.
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En estos casos, lo ideal es usar otros activos antioxidantes como la niacinamida. En el caso de las pieles con manchas, también se aconseja usar fórmulas con niacinamida y activos despigmentantes, como el ácido glicólico

El tercer paso: el fotoprotector

La protección solar es esencial, no solo para combatir la aparición de manchas a causa de la radiación solar, sino también para combatir los signos de la edad. Incluso en invierno. Es importante elegir uno que os guste y no os resulte pastoso. Entre los factores a tener en cuenta, es importante saber el tipo de fotoprotección: que proteja frente a la radiación ultravioleta A (UVA), ultravioleta B (UVB), luz visible y luz infrarroja. Es decir, que sea de amplio espectro. Otro punto interesante tiene que ver con el tipo de fórmula: que sea libre de grasa y no comedogénico, sobre todo si tenemos la piel mixta o grasa.

¿Y qué hay de la galénica? Este término responde a la necesidad de escoger la textura y el acabado, es decir, una crema más fluida o compacta, mate o satinada. Otro aspecto tiene que ver con las características específicas: según el lugar donde se vaya a utilizar y la actividad que se vaya a realizar. Además de, tener en cuenta patologías de la piel como la rosácea, cicatrices o manchas. 

Por último, y no por ello menos importante, según el fototipo cutáneo: hay que tener en cuenta el conjunto de características que decide si una piel tiene la capacidad de broncearse y a qué nivel lo hace. A menor capacidad de adaptación, menos se contrarrestarán los efectos de las radiaciones solares.

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