Así es la enóloga tras una de las bodegas más singulares de la Ribera del Duero

Teresa cuenta que nació el 16 de octubre, en plena vendimia. Como si el destino marcase su camino con aromas y colores, su corazón se ligó para siempre a esos días. “Aunque madrileña de nacimiento, de corazón me siento manchega”, cuenta.

Descendiente de una familia bodeguera de la provincia de Toledo, fue su padre quien le animó a estudiar enología. “Yo siempre digo que el mundo del vino me ha dado y me lo está dando todo”, asegura convencida. “Tanto mi vida personal como profesional siempre ha estado ligada a él”.

El mundo del vino me ha dado y me lo está dando todo”

Hoy, esta enóloga está al frente de Tarsus, una bodega fundada en 1998 y situada en pleno corazón de la Ribera del Duero, en un entorno único y elegante que evoca a los singulares Château franceses. La personalidad que destila, singular, valiente y hedonista, se refleja en cada uno de sus vinos, todos ellos con D. O. Ribera del Duero.

Una vida dedicada al vino

Teresa habla del vino como su gran amor. “Cursando mis estudios me enamoré del vino y de un compañero vallisoletano que fue quien me trajo a vivir a Castilla”, recuerda. “Hoy tenemos dos hijos y uno de ellos sigue nuestros pasos: también es enólogo”.

Con 31 años de experiencia a sus espaldas, esta experta es hoy una de las mujeres más reputadas en el entorno vinícola de España, aunque asegura que sigue “aprendiendo y disfrutando de este apasionante mundo que es el vino”. Su expertise se refleja en la Bodega Tarsus y todas sus referencias: cuidadosamente seleccionadas, comparten una línea muy ligada al terroir, desplegando en su máxima expresión el significado de la Ribera del Duero, su fuerza y su magnetismo.

“La uva tiene que ser la Reina, la verdadera protagonista, pero los vinos Tarsus son también frescos, con una gran carga frutal; vinos ágiles y a la vez complejos y elegantes”, explica Teresa, que los define como “vinos modernos, pero sin perder la esencia y la identidad”. 

Una nueva imagen

Recientemente, la bodega Tarsus ha presentado una nueva imagen adaptada a su vertiente Premium, que refleja la pasión, el cariño y la personalidad que guardan en el viñedo. “Con este rediseño se quiere reflejar el magnetismo y el alma de un lugar único, trasladándolo en una imagen renovada”, explica la enóloga.

Además, destaca la imagen de su etiqueta, que parece pintada a mano y que firma la ilustradora madrileña Alicia Aradilla, que “ha sabido transmitir la singularidad de Tarsus” en cada uno de sus vinos. 

“Con este rediseño se quiere reflejar el magnetismo y el alma de un lugar único”

Referencias imprescindibles

La gama de vinos de Tarsus, compuesta hasta ahora por los tintos Tarsus Roble, Tarsus Crianza, Tarsus Reserva, Tarsus Terno y Tarsus Finca El Canto, adscritos a la D.O. Ribera del Duero, ha sumado en la última temporada tres nuevas referencias.

La enóloga tras la bodega explica cada una de ellas: Tarsus Verdejo es “el vino más refrescante y joven” de esta nueva tanda. Tarsus Selección de viñedos, por su parte, es “un vino de nueva generación buscando la delicadeza de la Tinta del País de la Ribera del Duero”.

Por último, se añade una nueva referencia en edición limitada: Tarsus La Despistada, “un blanco elaborado con mucha ilusión, con la variedad Albillo Mayor, la uva blanca de la Ribera”, explica.

Este nuevo vino cuenta con una peculiar uva, el Albillo Mayor, blanca y conviviendo entre viñedos de tinta. Por ello, es especialmente compleja, ya que su vendimia es todo un reto. De color amarillo dorado, da un vino blanco con aroma afrutado, elegante, carnoso y estructurado.

Así, La Despistada se sitúa como una referencia exclusiva y limitada a 1.600 botellas, un secreto muy bien guardado en la viticultura española y todo un “capricho” que lleva la firma de autora de Teresa Rodríguez. Criado en barrica, en depósito de cemento, y con estancia posterior en botella, este vino es complejo e interesante como acompañamiento de mesa.

¿Qué son, para Teresa, los vinos Tarsus? “Son vinos para ser disfrutados desde el primer momento que abres la botella, permitiendo un momento de autorrecompensa con algo especial”, sonríe.