Las claves de una buena prevención

Según apunta la Asociación Española Contra el Cáncer, la detección temprana del cáncer de mama puede reducir entre el 25% y el 31% la mortalidad. Anticiparse a la enfermedad o identificarla en una fase inicial resulta determinante para frenar su avance y recuperar la salud, una cuestión viable gracias a las pruebas de detección.

"Los exámenes radiológicos de screening son la herramienta con la que realmente realizamos un diagnóstico precoz. La edad de inicio de estas técnicas y el tipo de técnica a realizar (mamografía, ecografía, resonancia) lo valoramos en consulta en función del riesgo individual de padecer un cáncer de mama", explica la doctora Lourdes Fernández de Bobadilla, profesora adjunta de la Universidad Europea de Madrid y coordinadora de la Unidad de Patología de Mama del hospital HLA Universitario Moncloa.

"Una autoexploración mamaria no debe sustituir ni este tipo de pruebas ni la consulta médica, aunque es una técnica sencilla donde podemos detectar anomalías por las que acudir al médico", matiza la experta.

Cómo y cuándo

La doctora indica que la autoexploración mamaria puede realizarse todos los meses "después de la menstruación", y que el síntoma de alerta fundamental es un bulto. "Sin embargo, cualquier otra alteración nueva, sobre todo de un solo lado, como puede ser una inflamación mamaria anormal, una secreción por el pezón o una invaginación de la piel debe hacernos acudir al especialista", añade.

Acerca de la realización de esta exploración, las guías médicas recomiendan comenzar con una exploración visual, frente a un espejo, y comprobar, con los brazos caídos, si las mamas tienen la misma forma y tamaño, si la piel está listao presenta irregularidades. Después, hay que levantar los brazos hasta ponerlos verticales, y comprobar de nuevo si hay alguna diferencia entre un pecho u otro o en las axilas.

La exploración manual puede realizarse de pie o tumbada, colocando una mano sobre la nuca y examinando la mama contraria con la otra. Se debe palpar el pecho con movimientos circulares o de forma radial, desde fuera a dentro del pezón, primero de forma superficial y luego con más profundidad.

También hay que explorar y revisar la zona de las axilas y comprobar que no existen bultos, ya que un cáncer de mama se puede llegar a propagar a los ganglios linfáticos de esta zona.

Buscar un diagnóstico

La doctora Fernández de Bobadilla indica que no siempre la detección de alguna de estas irregularidades es sinónimo de cáncer de mama: "Hay muchos bultos que en una autoexploración podemos detectar y son benignos, como quistes simples o fibroadenomas. A veces, el tejido mamario normal es difícil de explorar y una mujer puede notar un bulto que sea un cúmulo glandular normal", detalla.

No obstante, la doctora incide en la importancia de mantenerse alerta: "Hay que estar con los pies en la tierra y saber que el cáncer de mama es el más frecuente de la mujer: una de cada 10 mujeres lo padecerá, por lo que es fundamental el screening adecuado y ante cualquier bulto acudir al especialista", concluye. 

Programa de cribado

El Sistema Nacional de Salud de España puso en marcha en 1990 un programa de cribado de cáncer de mama. Consolidado en 2005, permite que todas las mujeres de entre 50 y 69 años pueden acceder a la realización de una mamografía cada dos años. En algunas comunidades autónomas, el programa comienza incluso antes, a los 45 años. Según apunta la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la mamografía digital tiene una sensibilidad de entre el 81% y el 87% para detectar el cáncer de mama. 

A pesar de sus limitaciones intrínsecas de sensibilidad y especificidad, apunta la SEOM, esta es la principal herramienta para el cribado, con eficacia demostrada en la reducción de la mortalidad a causa de esta enfermedad. Además del programa de cribado, existen otros protocolos de actuación y valoración específicos para aquellas mujeres que cumplen criterios de alto riesgo personal, familiar o hereditario.