Del "ghosting" al ''negging'': 4 malas prácticas para ligar que pueden afectar a tu salud mental

La instrumentalización de las relaciones se ha extendido como reguero de pólvora en la sociedad actual. A la naturalidad y espontaneidad que se le presupone al 'coqueteo' les sustituyen ahora sofisticadas técnicas de manipulación poco saludables.
Unhappy young couple. Shadow DOF. Developed from RAW; retouched with special care and attention; Small amount of grain Pareja joven infeliz.
La manipulación en las relaciones puede provocar serios problemas de autoestima.
Getty Images
Unhappy young couple. Shadow DOF. Developed from RAW; retouched with special care and attention; Small amount of grain Pareja joven infeliz.

El ritual de la seducción, que existe entre los seres humanos desde el comienzo de los tiempos, se ha ido sofisticando en España (que en esto somos muy buenos, copiando las tendencias menos recomendables para nuestra salud mental que llegan del otro lado del charco).

Prueba de ello es que al tradicional encuentro 'sorpresa' y charla con un café de testigo como primera aproximación se suman innumerables técnicas en las que se emplea todo, menos la espontaneidad.

A muchos les van sonando ya términos como 'ghosting' o 'negging', que vamos a desentrañar (y desenmascarar, para que no nos pillen desprevenidas) con la ayuda del psicólogo sanitario y psicoterapeuta Buenaventura del Charco Olea. 

Como nos comenta el experto, detrás de cada una de estas nefastas y manipuladoras prácticas (hemos elegido las cuatro más prevalentes) se esconde un miedo universal: "el miedo al rechazo".

1. Ghosting, una bomba de humo cargada de daños colaterales

Una mujer consultando su teléfono móvil.
El ghosting se produce cuando una pareja desaparece 'sin dejar rastro' y no vuelve a llamar
MIHAILO MILOVANOVIC

Como explica del Charco Olea, el ghosting consiste en desaparecer (de ahí la raíz 'ghost', 'fantasma' en inglés),  dejar de responder al otro sin dar absolutamente ninguna explicación ni 'pista' previa. Da igual que la relación sea formal o informal, quienes lo practican, deciden hacer bomba de humo definitiva de un día para otro, y nunca más vuelven a hacer acto de presencia.

El ghosting no es inofensivo, ni mucho menos. Esta deleznable práctica, cada vez más habitual, "provoca intensos sentimientos de rechazo, frustración, preocupación y abandono en la persona que lo sufre". 

Llevado al extremo, el ghosting puede provocar tensión también en quien lo lleva a cabo, ante el hecho de la posibilidad de encontrarse a esa persona y tener que dar explicaciones". Al final, y aunque el perjudicado sufre mucho al no tener respuestas a sus dudas, también el 'fantasma' vive esa intranquilidad ante el riesgo de un encuentro fortuito. 

2. Negging, el poder de la ambigüedad

Una experta en citas da las claves para ligar con mujeres.
Un piropo no siempre es espontáneo ni positivo, hay que saber diferenciarlos.
©EUROIMAGEN

Por lo que respecta a la práctica del negging, Buenaventura nos cuenta que es una idea diabólica puesto que "consiste en 'echar' un piropo ambiguo a la otra persona, de manera que, aunque formalmente se puede considerar un halago, en realidad conlleva una crítica implícita. Es algo así como un refuerzo, pero en negativo".  

La sensación que queda en la persona que recibe ese presunto piropo "es ambivalente, la deja fuera de juego al no saber cómo asumirlo. Puesto que se trata de algo, en teoría, positivo, no puede ofenderse, y la posibilidad de ser más asertivo se reduce casi por completo".

Este tipo de cumplidos sutiles y envenenados persiguen la necesidad de validación en la persona que los recibe, y suelen ser habituales en relaciones desiguales y abusivas, con el consiguiente peligro para la autoestima.

3. Atención intermitente, el germen del desconcierto

Pareja dándose la mano
El refuerzo intermitente puede generar un enganche poco saludable.
Pexels

Contestar e ignorar. El objetivo de esta tercera técnica nefasta para ligar pretende ante todo descolocar a la víctima. "Primero se valida y se premia a la pareja, para después 'castigarla' con el silencio. Ésta, al no entender qué ha pasado, pregunta por el motivo del enfado o el desdén. De esta manera, el torturador nos tendrá en vilo siempre".

Conocido en psicología como el 'refuerzo intermitente', "fomenta un enganche en la relación muy potente, al mantener a la víctima expectante ante esa recompensa que no siempre llega, y para la que no hay tampoco un motivo específico. Se trata, exactamente, del mismo poder de enganche que generan los juegos de azar", comenta el psicólogo.

4. Stalkear perfiles falsos en redes para vigilar de forma encubierta

En este caso, el objetivo suele ser mantener el control del otro sin que él se entere, ni piense que tenemos interés alguno en su vida o actividad diaria. 

En la mayoría de las ocasiones implica tener que usar perfiles falsos para vigilar a nuestra pareja en las redes sociales de forma encubierta, "lo cual convierte este hábito en algo muy grave".

Cuando convertimos a nuestra pareja en un instrumento

El trastorno de la personalidad narcisista es entre un 50 y un 75% más común en hombres que en mujeres.
El trastorno de la personalidad narcisista es entre un 50 y un 75% más común en hombres que en mujeres.
Getty Images

Las cuatro prácticas de las que nos hemos ocupado con el experto entrevistado, "reflejan un alto nivel de manipulación e instrumentalización, en el que lo único importante (sí, sí, lo único) es conseguir causar un efecto potente de anulación del otro", explica Buenaventura.

Detrás del gusto por estas prácticas "subyace la necesidad de satisfacer el narcisismo, las ganas de ser atendidos y validados, y obtener lo que desean de la pareja, ya sea sexo, disponibilidad, citas… Es fundamental en estas personas que practican cualquiera de estas técnica para ligar sentir la sensación de control.

"Dar rienda suelta a sus propias necesidades a través de la instrumentalización de la otra persona es su objetivo. Sus parejas no son un fin en sí mismas, sino un medio. Por supuesto, sobra comentar que en estas personalidades manipuladoras existe una enorme falta de empatía, respeto y ética", añade el psicólogo.

¿Qué hay detrás de estas prácticas deleznables?

Soñar con un ex, en una de sus interpretaciones más comunes, puede reflejar miedo a iniciar una nueva relación y revivir los peores momentos.
Detrás de muchos comportamientos manipuladores por parte de un miembro de la pareja hay un gran miedo al rechazo.
Drazen Zigic. Freepik

En palabras del experto, "quienes practican estas técnicas de manipulación tan sofisticadas suelen perseguir compensar problemas de valía personal, y esconder su miedo a la vulnerabilidad, que les aterroriza en realidad".

Para finalizar, y "como explico en mi último libro, 'Te estás jodiendo la vida. Olvídate de tu mejor versión y sé tú mismo', las personas que llevan a cabo estos comportamientos tienen un miedo atroz al rechazo". 

Estas cuatro prácticas son consecuencia del miedo al rechazo que experimenta la sociedad en general. Esa circunstancia convierte en (muy) tentadoras las técnicas de manipulación que se centran en instrumentalizar a las personas para sacar provecho", concluye Buenaventura del Charco.

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