Como el 99% de la población yo también tengo mis propósitos para 2023. La diferencia con los de otros años es que ahora responden más bien a un solo objetivo: la paz mental. Parece fácil y difícil a la vez. Ya os contaré si lo consigo. Aquí van, uno detrás de otro.
- Relativizar y darle a cada cosa la justa importancia a pesar de la que le den los demás.
- Pararme a pensar (en general y en cualquier aspecto de la vida, sobre todo si tengo algún e-commerce abierto en el móvil).
- Hacer una cosa después de otra (no, no es ninguna perogrullada).
- Decir que NO a las cosas que sé que NO quiero hacer y que no sean imprescindibles para que alguien que me rodea o yo misma sigamos sanos y con vida.
- Rebajar el tiempo que paso mirando el móvil y emplear ese tiempo en mirar por la ventana, o al frente cuando voy caminando por la calle.
- Aceptar las críticas, buenas y malas, sin ofenderme por las segundas ni desplegar falsa modestia por las primeras.
- Pensar más en todo lo bueno que tengo y me pasa y no en lo que no me pasa o no tengo.
- Dejar mails sin contestar a las 9 de la noche (incluso a las 7 de la tarde).
- Esperar en calma (aprender a hacerlo, más bien).
- Disfrutar de los momentos que lo merezcan y tener ‘nevera’ de recuerdos para cuando la situación se complique.
- Ser agradecida. Aunque ya crea que lo soy, nunca es suficiente.
- Valorarme bien y en bonito, siempre, aunque a veces crea que no lo merezco.
- Cumplir los doce propósitos anteriores.
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