Llegar a la madurez emocional es un proceso de crecimiento personal que implica desarrollar una profunda comprensión de uno mismo, de las emociones y de cómo estas influyen en nuestras acciones y relaciones. Los psicólogos en España orientan a los pacientes en sus consultas para que encuentren la capacidad de comprender, gestionar y dar respuesta adecuadamente a las emociones, tanto propias como ajenas, que no siempre es tarea fácil.
Normalmente, esto suele incluir saber actuar con empatía, autorregularse correctamente (control emocional), actuar con resiliencia y ser capaz de establecer relaciones interpersonales saludables. Hablamos con un experto sobre este proceso y cómo influye en nuestro día a día.
Factores de la madurez emocional
"La autoconciencia nos permite conocer y reflexionar sobre lo que sentimos, nuestras motivaciones y pensamientos. Esto facilita actuar con empatía y relacionarse con otras personas de una forma constructiva. La autorregulación, por su parte, nos permite gestionar y responder de manera adecuada a nuestras emociones. Esta habilidad va más allá de la mera contención emocional; implica entender las emociones y utilizar esa comprensión para reaccionar de manera constructiva y adaptativa", sostiene Unai Aso, psicólogo de Buencoco.es.
El experto explica que el reconocimiento emocional implica entender las causas y efectos de las emociones en el comportamiento, y esto es esencial para la autorregulación emocional porque nos permite evaluar y adaptar nuestra conducta y respuestas emocionales a cada contexto, en función de las características y demandas de cada situación.
El manejo de emociones y el poder de transformar las respuestas emocionales en conductas adaptativas, es clave para un buen ajuste psicológico: "Por ejemplo, una persona que reconoce su tendencia a responder con ira en situaciones estresantes puede, a través del reconocimiento y la autorregulación emocional, aprender a identificar los signos tempranos de esta emoción y aplicar técnicas de manejo del estrés, como la respiración profunda o la reevaluación cognitiva, para modificar su respuesta y no reaccionar impulsivamente", destaca.
Cómo afecta la madurez emocional en las relaciones
"Una mejor autorregulación emocional facilita la comunicación efectiva, actuar con empatía, y la resolución de conflictos, ya que permite abordar desacuerdos y resolver tensiones de una forma más constructiva, evitando reacciones impulsivas y buscando soluciones efectivas para ambas partes", mantiene.
Según el experto, hay estudios que muestran que las personas 'emocionalmente maduras' son más capaces de construir relaciones interpersonales satisfactorias: "Esto implica la capacidad de establecer y respetar límites saludables o reconocer y respetar las necesidades de los demás, entre otras cosas, aspectos clave para tener éxito en las relaciones interpersonales".
Madurez emocional y resiliencia
"Esta capacidad de regular las emociones en situaciones de tensión ayuda a reducir los efectos negativos del estrés. Por ejemplo, una persona 'emocionalmente madura' puede enfrentar una situación estresante en el trabajo, reconociendo primero su ansiedad o frustración, y luego, en lugar de reaccionar impulsivamente, podría reevaluar la situación para entenderla desde otra perspectiva más realista o manejable", explica.
En cuanto al desarrollo de la resiliencia, los estudios indican que existe una correlación positiva entre esta y la inteligencia o madurez emocional: "Esto significa que son más resilientes o capaces de recuperarse y adaptarse frente a situaciones adversas que tengan un fuerte impacto emocional. Esto es así, en parte, porque una mejor autorregulación emocional también facilita generar respuestas que contrarrestan a las emociones desagradables y adoptar una perspectiva más optimista ante las dificultades", matiza.
Señales de alerta: falta de madurez emocional
"Uno de los más notorios es la tendencia a reaccionar de manera impulsiva y desproporcionada a situaciones menores, por ejemplo arrebatos de ira o pánico ante problemas pequeños, lo que refleja dificultades en la regulación emocional", sentencia.
Otro indicador puede ser la dificultad para manejar críticas o enfrentar dificultades: "Por ejemplo, personas que se toman comentarios constructivos como ataques personales o sentirse desmesuradamente afectado por los fracasos", matiza.
La falta de madurez emocional también puede resultar en insensibilidad, egocentrismo o dificultades para mantener relaciones satisfactorias: "La tendencia a evitar responsabilidades y culpar a otros por problemas personales también puede indicar una falta de regulación emocional, así como la resistencia al cambio, la dificultad para adaptarse a nuevas situaciones o la incapacidad para manejar situaciones imprevistas", sentencia.
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