Nunca es tarde para una mala decisión

Estáis hartos de oír hablar (y de hablar no os escondáis) de la boda de Tamara. Yo no. Aprovecho esta ocasión para traer a este mismo marco el texto que escribí cuando la Nasa lanzó una nave no tripulada para que colisionara contra un asteroide: 

"La Nasa ha lanzado una nave espacial no tripulada para que colisione contra un asteroide (pequeño objeto rocoso que orbita alrededor del Sol. Sí lo he buscado en el diccionario, necesitaba precisión.) y varíe su órbita. La primera parte se ha conseguido, la colisión ha sido un éxito (y tan complicado como "acertar en un hoyo de golf… en la luna", contaba mi compañera Marta Gascón en este artículo de 20bits). ¿Estábamos en peligro? No. ¿Existía la remota posibilidad de que Dimorphos, que así se llama el asteroide, colisionara con la tierra? No (...) Ha sido una prueba ante una posible amenaza, que sí se detecte, claro, si no, poco podemos hacer. Me parece una suerte poder hacer pruebas ante posibles amenazas, algunas improbables, para quitártelas del medio antes de que sea demasiado tarde. No siempre es fácil hacerlo, pero hay quien puede y, lo que es mejor aún, sin saberlo. Igual ahora duele pero, como dice mi amiga Mabi: ¡qué bala ha esquivado Tamara!".

Pues resulta que no la esquivó. Parece que ni aquel desliz ni todos los demás fueron suficientes para que el 'engagement' no se produjese. Él fue a la boda como quien llega a casa deseando pillar cama, como quien se acuesta vestido sin ni siquiera bajar la persiana. Ahora bien, ya le dijo su cuñado Manolo Falcó en la boda, micrófono en mano: "antes de casarte puedes hacerlas cuadradas pero una vez casado... ahí estás". Pues nada Íñigo, ahí estás. ¡Que vivan los novios!

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