Con el cambio de estación y la llegada del calor, nuestra piel es la primera en reaccionar. Seguro que ya estás sintiendo picores, y si tienes dermatitis puede ser algo incómodo a la hora de realizar cualquier actividad del día a día. Estos picores son cada vez más comunes. De hecho, aproximadamente 1,5 millones de personas en España tiene eczemas cutáneos. Para dar con una manera de tratar esta afección, se han expuesto múltiples técnicas, (remedios caseros, cremas, etc.). Sin embargo, ahora ha salido a la luz un elemento basado en ácidos grasos que puede ayudar a reducir la inflamación de la dermis.
Se trata de la vitamina F, y no solo puede tratar la dermatitis, sino que también incluye otros muchos beneficios, como la prevención del acné, de la psoriasis o incluso del envejecimiento. Así lo han confirmado diversos estudios y expertos. Pero antes de determinar qué puede hacer por tu piel esta vitamina, querrás saber qué es y para qué sirve.
¿Qué es la vitamina F y qué función tiene?
La Vitamina F es un ácido graso que funciona como restaurador de la barrera hidrolipídica de la piel. Así lo explica la Clínica + Cueto de Madrid.
Junto a otros compuestos emolientes como las ceramidas o la fosfatidilcolina, la vitamina F o ácido linoleico, actúa como si fuera un "cemento que rellena los huecos entre las células del estrato córneo". Se trata de la capa más superficial de la epidermis. Así, se favorece la cohesión entre las células.
Según la NIH (National Library of Medicine) estos ácidos grasos omega-3 y omega-6 se encuentran en muchos alimentos de origen vegetal, como aceites, frutos secos y semillas.
Asimismo, se puede encontrar en diferentes cosméticos que señala la clínica madrileña. Los especialistas afirman que se puede aplicar mañana y noche sin ningún problema. También encontramos la vitamina F como compuesto de activos anticaída en productos de cosmética capilar por su acción relipidizante del cuero cabelludo.
Vitamina para combatir la inflamación de la piel
La vitamina F puede ser beneficiosa para quienes padecen problemas inflamatorios de la piel, como dermatitis y psoriasis. Es perfecta para pieles secas, y también en cremas para las pieles con acné. De hecho, un estudio de 1998 descubrió que las personas con acné podían reducir el tamaño de las pústulas en un 25% en tan solo un mes aplicando ácido linoleico por vía tópica. Asimismo, los ácidos grasos de la vitamina F combaten la irritación.
Esta vitamina es perfecta para nutrir tu piel con dermatitis. ¿Por qué? Muy sencillo, mantiene en equilibrio la barrera protectora de la dermis. De esta manera, genera una red lipídica que previene la pérdida transepidérmica de agua. Todo esto ayuda a mantener tu piel hidratada, e impide la entrada de agentes externos que la infecten o la irriten.
Ahora bien, los especialistas de la clínica no aconsejan combinar la vitamina F el mismo día con exfoliantes (físicos o químicos como los AHAs o retinoides), ya que "su función es restaurar estos huecos entre corneocitos y la de los exfoliantes hacer que se desprendan los corneocitos".
Lo que sí sería útil es buscar un cosmético con vitamina F, para los días de transición o descanso de los retinoides "para prevenir la famosa dermatitis por retinoides", apuntan.
Alimentos ricos en vitamina F y dosis recomendadas
Para optimizar los beneficios de la vitamina F, mantener una proporción saludable de LA y ALA en tu dieta puede ser clave.
Algunos expertos estiman que la proporción de grasas omega-6 y omega-3 en las dietas occidentales puede llegar a ser de 20:1. Según algunos estudios, esto puede contribuir a la inflamación y a un mayor riesgo de enfermedades cardiacas.
Como bien hemos comentado, la vitamina F es un conjunto de ácidos grasos, así que debemos incorporar a nuestra dieta alimentos ricos en omega-3 y omega-6.
- Omega 3: Sobre todo, en el pescado azul, como sardina, caballa, arenque, salmón y atún. También son ricas las semillas de lino, semillas de calabaza y los frutos secos, sobre todo las nueces. El aceite de oliva, de chía, el marisco, la quinoa, los aguacates y algunas verduras de hoja verde, también son fuentes de omega 3.
- Omega 6: Se encuentran, sobre todo, en los aceites de semillas de plantas, como la onagra, girasol, maíz, coco, soja, borraja, aguacate… entre otros.
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