El edadismo: la discriminación por edad que afecta más a las mujeres que a los hombres en el cine

Desde Andie MacDowell hasta Sarah Jessica Parker, pasando por Ana Belén, han hablado acerca de cómo cumplir años dificulta sus carreras en el cine. Sin embargo, a Jude Law le está ayudando a tener grandes papeles. Analizamos este injusto fenómeno con diferentes expertas.

Andie MacDowell en 'La Asistenta'
Andie MacDowell en 'La Asistenta'
RICARDO HUBBS/NETFLIX
Andie MacDowell en 'La Asistenta'

"Nunca he sentido que haya tenido predilección por interpretar a hombres guapos, pero es cierto que había papeles que requerían una energía atractiva. Estaba tratando de jugar en contra de mi apariencia cuando tenía 20 años, y ahora que estoy flácido y calvo, desearía haberlo hecho. Aun así, recientemente he accedido a papeles que eludían cualquier tipo de atractivo, y ha sido satisfactorio no haber tenido que encender ese botón", explica Jude Law a la revista DuJour. Más allá de que "flácido" y "calvo" no son los adjetivos que me vienen a la cabeza al ver al actor, sus palabras sí indican que los hombres pueden permitirse 'el lujo' de no estar perfectos para conseguir papeles interesantes, algo que sin duda, no es tan sencillo para las actrices.

No olvidemos el escrutinio al que han sido sometidas las protagonistas de And just like that. Entre quienes señalan a algunas por "haber abusado del botox" hasta quienes critican las canas de Sarah Jessica Parker, queda clarísimo que las mujeres, al parecer, han de detener el paso del tiempo para poder actuar sin que medio mundo se escandalice. "Existe una gran presión social para que la mujer se mantenga sin canas, libre de arrugas, sin sobrepeso, estilizadas, sin dolores… Hay estudios en los que 45,4 % confiesa que le gustaría tener menos años, sobre todo a las mujeres de mayor edad, quienes a los 48 años, les gusta decir que tienen 40", asegura Judith Mesa, terapeuta y responsable de teleasistencia en Vivofácil.

El edadismo implica discriminación, prejuicios y una serie de estereotipos

"El edadismo implica discriminación, prejuicios y una serie de estereotipos tanto en hombres como en mujeres, que no siempre se corresponden con la realidad. En el caso de algunas mujeres, provoca un impacto en la autoestima, generando cuadros de ansiedad y depresión por temor a envejecer y verse menos atractivas", señala.

Una prueba más de que la presión estética es asfixiante para las actrices fue una imagen que Julia Roberts subió a Instagram junto a su sobrina, Emma Roberts. Ella pensaba que era una cariñosa fotografía entre dos familiares que se aman, y en la fotografía lucían sonrientes, sin maquillaje. Lo que no esperaba era que las redes sociales estuvieran ya armadas con sus mejores insultos. "Hay mucha gente que se sintió absolutamente obligada a decir lo horrible que me veía en la foto, que no estaba envejeciendo bien. Me sorprendió cómo me hizo sentir. Soy una mujer de 50 años, sé perfectamente quién soy y, sin embargo, me dolió tanto que la gente no pudiera ver el sentido de esta publicación, la dulzura, la alegría luminosa y absoluta que surgía de esta foto...", explicó a Viola Davis, que compartió la imagen en sus propias redes acompañada de un audio en el que Roberts explicaba lo sucedido.

Los personajes interesantes con vidas interesantes siguen siendo los de los hombres

Pero, ¿es el edadismo especialmente palpable en el cine, donde ellos tienen papeles de peso y se relacionan con actrices décadas más jóvenes mientras que ellas son sometidas a la crítica por cumplir años? Responde Raquel Pérez, actriz y directora de Raquel Pérez Formación actoral. "Por supuesto. Los personajes interesantes con vidas interesantes siguen siendo los de los hombres, y las mujeres de más de 40 se ven relegadas a personajes que son, mujeres de X o madres de adolescentes, en la mayoría de los casos. Actualmente, hay excepciones y empiezan a escribirse papeles interesantes de mujeres de más de 50 años, no digo que no, pero es absolutamente insuficiente", explica. 

"Un momento complicado para mis compañeras actrices es cuando rebasan los 40 años. Hay un limbo alucinante mayor para las mujeres que para los hombres, en el que no saben qué tipo de papeles darles, si de madre, esposa… Menos mal que poco a poco, esto va cambiando", añade Abel Álvarez, actor y cantautor.

En 1972, Susan Sontag hablo del "doble estándar/rasero del envejecimiento", que dictamina que mientras los hombres maduran, las mujeres envejecen. Por ello, el paso de los años disminuye las posibilidades de las mujeres de situarse en el mundo y de ser consideradas atractivas e interesantes, mientras que ellos continúan disfrutando de las libertades y oportunidades.

Amamos a los hombres a medida que envejecen. Me encantaría tener las mismas expectativas para las mujeres

Andie MacDowell explicó a la revista Vogue cómo la industria del cine siempre se ha empeñado en que pareciera más joven. "No quiero que la gente tenga la expectativa de que necesito parecer más joven para tener valor o ser bella o deseable. ¡No les hacemos eso a los hombres! Amamos a un hombre mayor. Amamos a los hombres a medida que envejecen. Me encantaría tener las mismas expectativas para las mujeres", explica. 

Andie MacDowell en 'La Asistenta'
Andie MacDowell en 'La Asistenta'
RICARDO HUBBS/NETFLIX

En este punto, la Doctora Mar Gonzálvez, especialista en cirugía maxilofacial y medicina estética, aconseja a las mujeres priorizar la autopercepción positiva y su aceptación, algo que aclara, no está reñido con la realización de tratamientos médicos o quirúrgicos. "A mis pacientes les animo a considerar la medicina estética y la cirugía plástica facial como una herramienta más para realzar su belleza natural y no para transformarse en alguien que no son. La verdadera belleza radica en la armonía y el equilibrio, en respetar nuestras proporciones y en recurrir a estos tratamientos bien informados y con las expectativas acordes al tratamiento realizado para no perder nuestra esencia. El objetivo es ayudar a sentirse seguras y felices con lo que ven en el espejo, asegurando que los tratamientos que eligen complementen su belleza natural y les acompañen de manera respetuosa en todas las etapas de su vida", dice.

Las consecuencias del edadismo en el trabajo

A la hora de hablar del edadismo en el ámbito laboral, Judith Mesa hace referencia a tres momentos importantes para la mujer y lo que se dice de ellas:

  • Las mujeres de más de 25 años "son demasiado jóvenes para crear una empresa y ocupar cargos de referencia".
  • Lo mejor es que las mujeres de más de 40 años "se queden dónde están. No es momento de hacer algo nuevo o ya no tienen edad para empezar a trabajar".
  • Se consideran un factor de riesgo a las mujeres de más de 50 años, tanto en nuevas contrataciones, como dentro de las propias empresas, que son las que no se han ocupado del desarrollo y crecimiento profesional de las mismas.

"Esta discriminación nace desde los departamentos de recursos humanos y selección, dando lugar a un desaprovechamiento de mujeres preparadas, con formación, experiencia, talento y motivación. En realidad, deberían ser capaces de verlo desde un prisma positivo, ya que son personas valiosas y con un talento que aporta a las empresas la experiencia, la adaptabilidad y el conocimiento de los procesos. Cuentan con una serie de recursos que proporcionan respuestas más eficientes, adecuadas y de calidad ante cualquier situación que se les presenta", explica. 

Existe un tremendo machismo en el cine

La propia Ana Belén confesaba a Jordi Évole cómo ha afectado el paso del tiempo a su carrera. "Yo antes compaginaba el teatro y el cine, pero hacía más cine y excepcionalmente, hacía teatro. Hacía teatro a lo mejor cada cuatro años o cada cinco. Noté que, de repente, los personajes que me ofrecían cinematográficos eran poquísimos y tenía mucho tiempo para hacer teatro, de hecho, hace muchos años que hago teatro, sobre todo". Por su parte, María Galiana, con motivo de su participación en una obra teatral en Tenerife, no dudó en asegurar que "cualquier persona mayor no tiene nada que hacer en el cine español, sobre todo si es mujer. Existe un tremendo machismo en el cine. Cuando aparece un viejo en una película, es casi siempre un hombre y no una mujer", dijo la actriz sin tapujos. A continuación, puso de ejemplo que Julieta Serrano aparece en una única escena en Dolor y gloria. "Gracias a Dios, le dieron el Goya. Ya era hora, después de tanto oficio" añadió.

La psiquiatra y psicoterapeuta Ana Isabel Sanz señala que el malestar experimentado por ese rechazo e infravaloración sutiles o manifiestas acaba produciendo manifestaciones que abarcan desde patologías psicosomáticas a cuadros de ansiedad franca, que en ocasiones implican auténticas fobias al lugar de trabajo. "La situación mental de temor, hipervigilancia y autocastigo redundan en el empeoramiento del rendimiento laboral, lo cual aumenta la tensión con los jefes y compañeros. El estrés mantenido acaba cronificando ciertos síntomas, aumentando las bajas y haciendo frecuentes complicaciones con cuadros depresivos que no tienen buen pronóstico, porque no se aborda la causa original, que es la discriminación por la edad", asegura.

Jane Fonda en 'Grace and Frankie'
Jane Fonda en 'Grace and Frankie'
Suzanne Tenner/NETFLIX

Por ello, de forma simplista, se sigue recurriendo al apartamiento del puesto laboral a través de las bajas que, a causa de las franjas de edad de las que hablamos, desembocan en jubilaciones anticipadas (con el consiguiente perjuicio económico), despidos o incapacitaciones laborales permanentes, castradoras para el que las recibe (sigue teniendo posibilidades de rendir en otras condiciones más favorables) y una fabulosa carga social en términos económicos.

"El deterioro progresivo de la salud en estos contextos suele ser un proceso prolongado. El trabajador o trabajadora sometido a esta descalificación sutil, antes de 'tirar la toalla', trata de corregir sus supuestos déficits trabajando más y más. Puede calmar su angustia con alcohol o fármacos tranquilizantes, automedicándose o accediendo a ellos por prescripción del médico, que sólo puede 'poner tiritas farmacológicas' a una herida que escapa de su posibilidad de acción. Lógicamente, esta forma de abordar ese malestar no conduce a ninguna salida", explica.

Lo que ocurre en el cine no deja de ser un reflejo de lo que pasa fuera de la pantalla: las mujeres siguen teniendo que ocultar el paso del tiempo, y al hacerlo, se enfrentan al mismo tiempo a quienes les echan en cara intentrar hacerlo. Se critica a quienes envejecen, pero también a quienes al intentar ocultarlo, no consiguen resultados naturales. En Como ser una mujer del renacimiento, Jill Burke, catedrática de Culturas visuales y materiales del Renacimiento en la Universidad de Edimburgo, señala ya cómo Ovidio, en el tercer libro de El arte de amar, dejaba bien claro no estar en contra del maquillaje, sino de usarlo de forma que no parezca natural. "Esta idea se repite una y otra vez en las fuentes del Renacimiento; no es de extrañar que sea la cultura que acuñó el concepto de 'sprezzatura'", escribe.

Este término, empleado por primera vez por Castiglione en El cortesano. "Para poseer 'sprezzatura' es necesario ser capaz de hacer algo de forma brillante sin que parezca que subyazca el menor esfuerzo, parecer la clase de persona que se levanta de la cama bien vestida, perfectamente arreglada y elegante. Se puede expresar esta cualidad en una amplia variedad de campos, desde el buceo y el fútbol hasta la decoración del hogar y el maquillaje: la característica común es que un 'aspecto natural' puede requerir mucho tiempo y una gran cantidad de trabajo minucioso", dice la autora. Las palabras, que encajan a la perfección en la actualidad, datan de 1528, por lo que como podemos ver, lamentablemente, las cosas no han cambiado tanto…

¿Quieres recibir gratis todos los jueves en tu correo los mejores contenidos de belleza, moda y estilo de vida? Apúntate a nuestra Newsletter.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento