¿El poder de una camiseta?

Hace unos meses presumía en esta columna de que Madrid tenía entretiempo. Me desdigo. 

Una pena no poder estrenar todas las prendas de las colecciones 'crucero' de casas como Dior, Chanel, Vuitton, Ferretti… Estas líneas se crearon exclusivamente para las clientas con elevado poder adquisitivo que en pleno invierno se marchaban de crucero y no querían lucir los modelitos del verano anterior (cómo se te ocurre). Ahora las firmas las mantienen, para primavera y otoño, y es lo que podríamos llamar 'ropa de entretiempo'. Pero claro, con 40ºC en abril pues ni entretiempo caro ni barato, una rebequita por si está muy alto el aire acondicionado en el cine y andando.

Esta ola de calor nos ha pillado desprevenidos a pesar de que estábamos avisados, casi casi con el cambio de armario sin hacer. Así que no es raro combinar pantalones de invierno con camisetas de verano y subirse a unas cuñas que dejan los dedos al aire sin saber muy bien si es apropiado para el mes de abril.

Lo es, es apropiado, y todo vale. Nadie nos va a juzgar, que no estamos para tirar primeras piedras en materia de moda. ¿Quién nos iba a decir que nuestras políticas harían campaña en camiseta?¿O que esas camisetas llevarían mensajes como 'La culpa es de Ada Colau', o 'La jefa' como la que le vimos a Isabel Díaz Ayuso en las Rozas (Madrid) recientemente? ¿Os imagináis a Isabel Tocino, Esperanza Aguirre, Rosa Conde o Soraya Sáenz de Santamaría en pleno mitin con una camiseta de su grupo de música preferido? Impensable. Ahora las llevarían porque como dice nuestra columnista Anitta Ruiz: La ropa habla. 

Twitter/@Joaquin_Eandi_

Y es que justo ahora más que nunca todo canal es poco para comunicar cercanía, para decir que somos iguales, que nos gusta ir a los bares y vestir 'casual' aunque seamos candidatas a presidir un gobierno. Nada es suficiente para decir que todas nos parecemos a la hora de vestir, aunque también sabemos todas que el hábito no siempre hace al monje.