Entrevista

Elísabet Benavent: "No podemos volcar sobre las apps de citas todas nuestras esperanzas vitales"

Hablamos con la escritora justo cuando publica su nueva novela, 'Esnob'.  Eílsabet puede presumir de ser una de las pocas autoras que ha logrado que decir "fenómeno editorial" no sea una exageración. 
Elísabet Benavent
Elísabet Benavent
Ana la Pizarro
Elísabet Benavent

Minutos antes de irse de vacaciones, y precisamente el día de cumple 40 años, Elísabet Benavent habla con nosotras para disfrutar de un merecido descanso. El motivo de la charla es su última novela, 'Esnob', en la que por primera vez, el protagonista es un hombre. "Alejo es un joven chapado a la antigua, clásico en el vestir y de lo más rancio a la hora de ligar. Un hombre seguro de su dorado futuro: será un exitoso tiburón en los negocios, tendrá poder y dinero, se casará con una bonita mujer y, por supuesto, formará una familia modélica. Y un romántico que atesora todos los clichés del viejo Hollywood", describe la ficha editorial del libro.

El fenómeno Benavent se puede cuantificar en cifras. Con más de 4.500.000 ejemplares vendidos, su obra ha triunfado también en el panorama audiovisual c on casos como el de la serie 'Valeria', la película 'Fuimos canciones' y en 2023, la miniserie 'Un cuento perfecto'. Sin embargo, la autora es tan humilde como elocuente. Si algo no es, es una esnob. Prometemos quitarle poco tiempo antes de que sople las velas y abra esa primera cervecita que anuncia el comienzo de las vacaciones.

Cuando dices que tus novelas no tienen más pretensión que entretener pienso… ¡Ni que entretener fuera fácil!

Me tomo mi trabajo muy en serio, aunque creo que la vida no hay que tomársela tan en serio. Para mí el entretenimiento es vital, porque le quita fuego a nuestras preocupaciones y es una vía de escape.

El trabajo de la ficción no tiene que ser realista del todo, porque tiene que estar hecho para soñar

¿Cómo has logrado que Alejo no esté atravesado por cierta rabia, la que a veces llevamos de mochila si algunos hombres nos han hecho más de una jugarreta?

Porque no les guardo rencor. Cada uno lo hacemos como podemos y sabemos, y hay una referencia cultural y social de la que hay que aprender sobre la marcha. El trabajo de escritor, al final, es el de meterse en la piel del personaje y documentarse. Echaba mano de mis amigos para ver si era verosímil, pero no necesariamente realista. El trabajo de la ficción no tiene que ser realista del todo, porque tiene que estar hecho para soñar.

Elísabet Benavent
Elísabet Benavent
Ana la Pizarro

Hay un momento en el que Alejo llama la atención a sus amigos por haber hablado de forma machista. ¿Hay esperanza?

Hay hombres así, y es algo que me da mucha fe. Además, creo que es algo que hay que mostrar. Tengo compañeros y amigos a los que he visto en plena conversación frenar a sus interlocutores con frases como "¡Vaya flipada te has pegado!", "Me siento incómodo cuando dices eso"... 

Dolly Alderton dice que para preparar su novela, cuyo protagonista es también por primera vez un chico, habló con muchos hombres. Todos coincidieron en que tienen poco soporte emocional entre ellos. De hecho, Alejo tiene una relación muy superficial con sus amigos. ¿Tienen los hombres un problema de intimidad con su círculo?

Según de qué generación se hable, porque se les ha educado en cierto individualismo que les hace quizás pensar que una amistad íntima les puede hacer sentir vulnerables. 

Les ha afectado mucho frases como "los hombres no lloran", porque estas pinceladas de la masculinidad tóxica no les permite sentirse vulnerables, algo que puede menguar su intimidad en sus relaciones. Pero habrá relaciones de amistad superficiales entre algunos hombres, como también existirán entre algunas mujeres. Es más una cuestión de personas.

¿En algún momento te has sorprendido cerrando el ordenador y pensando un poco desde la voz masculina?

No me he descubierto en esa situación, pero es cierto que te metes mucho en el tono de voz de los personajes durante la escritura. Fue un proceso muy intenso, porque tuve mil problemas: me adelantaron la fecha de entrega, me rompí el codo… Tuve que estar adentrísimo y al salir, era como quitarse un traje. Pero es algo que me pasa con todas las novelas y con todos los personajes. No he notado, en definitiva, diferencia al ponerme en la voz de un hombre, y de hecho, no creo que a ellos les cueste hacerlo tampoco cuando escriben desde la voz de una mujer…

Comentas que el proceso ha sido intenso y que te adelantaron la fecha de entrega. ¿Cómo te fuerzas para estar inspirada? ¿Consigues crear una especie de horario de oficina?

Lo importante es obligarse a estar delante del ordenador. No hay que buscar a las musas. No me pongo horario, que para algo soy autónoma, por lo que lo ajusto a mis necesidades del día. Hay algunos días en los que estoy siete horas escribiendo del tirón, porque se me está dando genial, y otros llevo dos horas y apago el ordenador, porque estoy perdiendo el tiempo y me voy a enfadar. Cuando va bien, me tengo que recordar que soy humana, y que necesito ir al baño, beber agua… Porque puedo estar siete horas sentada.

Nuestra generación comenzó con las citas de toda la vida y ahora, quienes no tienen pareja recurren a las 'dating apps'. A mí lo que me da miedo de estas apps es que hay algunos a los que me daría miedo darles una herramienta tan poderosa.

La aplicación no es el problema, es cómo se usa. Es posible que haya quien coja una aplicación como quien coge un álbum de cromos y se ponga a coleccionar, pero también estarán los que vean en estas apps herramientas para conocer gente. Habrá quienes quieran conocer a alguien, y si la cosa no va bien, decide que se pueden hacer amigos, por ejemplo. 

La cuestión es cómo se usen las apps y lo que se espera de ellas. No podemos volcar sobre las apps todas nuestras esperanzas vitales, porque hay mucho fuera de nuestros móviles. Yo defiendo que el amor tiene muchas caras. De hecho, el amor hacia los amigos es esencial. Si tienes ese amor, es imposible sentirse sola.

Si coges una fórmula que te ha funcionado y la repites, estarás trazando el camino más corto para el fracaso

Dices que el trabajo del escritor es ponerse en lo incómodo para que cada libro suponga un reto, pero cuando tu vida depende de números… ¿Cómo se atreve una a salir de la zona de confort, con lo cómoda que es?

Si coges una fórmula que te ha funcionado y la repites, estarás trazando el camino más corto para el fracaso. Estás echando gasolina a un fuego que crecerá mucho y rápido, pero luego se agotará y no tendrás herramientas para aprender a contar de otro modo. La obligación de cada uno es seguir aprendiendo y ponerse en lo complicado. No es buscar la incomodidad por buscarla, sino aprender, meterse en lugares diferentes y salir de ahí satisfecho por haberlo hecho. 

Portada Esnob (edición especial limitada en tapa dura)
Portada Esnob (edición especial limitada en tapa dura)
Cortesía

¿Cuándo consigues dejar de leer la obra y enviarla?

La fecha de entrega lo pone fácil. Yo cierro la fecha antes de cerrar la novela, algo que puede ser una espada de Damocles que está siempre sobre tu cabeza, pero es un límite que no puedes traspasar. Para mí es importante que no se mueva la fecha, porque marca el momento de no "puedo darle más vueltas". Además, tengo una editora en la que confío ciegamente. Llevo diez años con ella y cuando paro de corregirlo, es porque sé que irá a manos de quienes lo van analizar con ojo crítico, no para alimentarme el ego.

Escribir es un trabajo, y cuando se profesionaliza, te olvidas de la pasión que sientes

¿Alguna vez te relees a ti misma?

Cuando pierdo el hilo de lo que escribo, cojo de la estantería algún libro en el que haya disfrutado y leo un capítulo concreto. Así me reencuentro con las ganas e ilusión, porque escribir es un trabajo, y cuando se profesionaliza, te olvidas de la pasión que sientes. Al hacer esto, lo puedes ver desde fuera para poder así volver a esa casilla de salida. A veces por ejemplo cojo un capítulo de 'Valeria' o de 'Un cuento perfecto', pero no pensando "mira qué bien escribo", sino para recordar la ilusión que tenía.  

A Moderna de Pueblo, al releer 'Los capullos no regalan flores', se dio cuenta de que lo que ella consideraba empoderador y liberador era en muchos casos machista. 

Me ha pasado con 'Valeria', pero parte del encanto de los libros es que están escritos cuando están escritos. Cambiaría cosas, porque abusa de ciertos estereotipos y de algunos modelos de amor tóxicos, pero en su momento yo lo veía de esa forma. No puedo darle la espalda a la persona que fui.

Cuando entregas el manuscrito de un libro, adjuntas el 'briefing' del siguiente en el mismo correo electrónico. ¡Olé tú!

Es que estoy mal de la cabeza. El motor es el miedo. Me aterra quedarme sin ideas, y de esta forma, tengo la tranquilidad de saber que no me voy a enfrentar a la página en blanco. Ya me he puesto con la siguiente novela, y aunque me voy de vacaciones, voy a viajar con el ordenador. Pero se trata de trabajar con un ritmo agradable en el que no me importe el horario. Cuando escribes cuando te apetece, es cuando te reencuentras.

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