Jenny Odell: "El tiempo de las mujeres se valora menos que el de los hombres"

Con motivo del lanzamiento de '¡Reconquista tu tiempo!', hablamos con la autora sobre cómo escapar del síndrome "no me da la vida" y acerca de por qué la gestión temporal es aun más complicada para las mujeres.
Jenny Odell
Jenny Odell
Chani Bockwinkel
Jenny Odell

Con 'Cómo no hacer nada', Jenny Odell se opuso radicalmente a aplaudir el voraginoso trajín al que una sociedad anclada en las exigencias a las que la obsesión por la productividad nos somete. Siempre ligada a una actitud combativa, se opone ahora al reloj corporativo al que muchos de nosotros nos adaptamos y que lejos de perseguir el bienestar de las personas, defiende el de las empresas. 

Por ello, la autora plantea generar un nuevo concepto del tiempo, ese que siempre sentimos que escasea. Vivimos atrapados en el síndrome "no me da la vida" e inmersos en un ataque de nervios sostenido que se alimenta de la cultura del sobre trabajo y de la fugacidad temporal. '¡Reconquista tu tiempo!' navega entre la autoayuda y el manifiesto político y analiza cómo hemos llegado al punto en que este bien tan preciado se ha convertido en dinero. Hablamos con la autora con motivo del lanzamiento de su nuevo libro.

Estar ocupado es un símbolo de estatus

¿Cómo está afectando nuestras vidas decir constantemente "no tengo tiempo"? ¿Por qué nos hemos acostumbrado a estar siempre al límite?

Creo que este dicho, si bien suena cuantitativo, en última instancia tiene que ver con el control: expresa la frustración no sólo de no tener suficiente tiempo, sino de no tener el poder de controlar tu experiencia y la atención dentro del tiempo del que dispones. Por ejemplo,  alguien puede en teoría tener mucho tiempo, pero siempre ha de estar de alguna forma de guardia, por lo que podría ser interrumpido en cualquier momento por su jefe. Al mismo tiempo, en un contexto diferente, decir que no tienes tiempo puede ser una expresión de lo ocupado que estás, algo que en los Estados Unidos, es un símbolo de estatus.

Eso es algo que trato de desmenuzar en mi libro: la diferencia entre alguien que realmente no tiene control sobre su tiempo y quien aunque podría tenerlo, por varias razones (cultura de logro, perfeccionismo o sentimiento de competencia) ocupa su agenda de forma compulsiva. En cualquier caso, el hecho de que decir "no tengo tiempo" se haya vuelto tan común contribuye a un sentimiento general de escasez: la idea de que si dedico a alguien parte del tiempo, termino por tener menos. En mi opinión, esto se opone a la solidaridad y a la acción colectiva que serían necesarias para brindar a todos una experiencia del tiempo más liberada.

Es bastante habitual tener jefes que se creen dueños de nuestro tiempo. Ante el miedo a perder nuestros empleos, nos hemos convertido en esclavos de la empresa. ¿Hay alguna manera de detener a esos jefes roba-tiempo?

Tradicionalmente, los trabajadores han podido hacer retroceder esta noción a través de acciones laborales. Aquí, en el Área de la Bahía de San Francisco, tras pasar por los peores momentos de la pandemia, algunas empresas de tecnología comenzaron a insistir en que los trabajadores fueran a la oficina.

Está en la naturaleza del capitalismo que los empleadores siempre intenten sacar más tiempo y más trabajo de sus empleados

Muchas personas necesitan hora y media o más para llegar para llegar, por lo que eso significa pedirle a alguien 3 horas adicionales no remuneradas todos los días. Muchos de estos trabajadores habían experimentado lo que era trabajar desde casa: ver crecer a sus hijos pequeños, tener tiempo para estar afuera, etc. Hubo muchas quejas al respecto. Pero también estaba claro que para poder rechazar esta demanda, tendrían que crear un sindicato o al menos, actuar como tal. Está en la naturaleza del capitalismo que los empleadores siempre intenten sacar más tiempo y más trabajo de sus empleados.

Jenny Odell
Jenny Odell
Ryan Meyer

¿Crees que el tiempo tiene género?

En la medida en que el tiempo es simplemente cambio, no creo que pueda tener un género. Sin embargo, la valoración y la experiencia del tiempo ciertamente pueden tenerlo. El tiempo de las mujeres se valora menos, como demuestra la brecha salarial. 

El tiempo de las mujeres se valora menos culturalmente

Su tiempo se valora menos culturalmente: se espera que las mujeres realicen tareas intensas tanto en casa como en la oficina, y los estudios han demostrado que se las castiga más por decir que no a tales tareas. A menudo se considera que las mujeres son las que han de encargarse de todo en el hogar y, durante la pandemia, un gran número de mujeres abandonaron la fuerza laboral para poder cuidar a sus hijos en casa.

¿La retórica de la "girl boss" alienta a las mujeres a aspirar a utilizar su tiempo con una finalidad capitalista?

Así lo creo, y lo malo es que entorpece las acciones colectivas. May, la administradora de un grupo de Facebook para madres trabajadoras a quien entrevisté para el libro, me dijo que sospechaba de la autoayuda del tipo "girl boss" por este motivo. Dijo que podría ser más útil para ella reunir a otras seis mamás y pedirle a una de ellas que prepare la cena para todas los demás una noche de la semana. Si estas siete mujeres estuvieran tratando de ser unas "jefas", entonces algo así sería jamás posible. 

Los vínculos con los demás no tienen sentido en una cuadrícula

Muchos libros de autoayuda sobre gestión del tiempo, del tipo de los que criticaba May, contienen cuadrículas para que puedas mantener un inventario de cómo empleas tu tiempo. Si bien eso puede ser útil en ciertas situaciones, hay muchas cosas que no pueden quedar contenidas en la cuadrícula, específicamente, tus vínculos con otras personas.

Las cuadrículas tienen mucho que ver con el tiempo y con las cosas que se pueden hacer para ser más eficientes, pero no sirven para gestionar las cuestiones estructurales que son las que podrían motivar la escasez de tiempo.

 ¿Crees que las mujeres tenemos una forma de asimilar el tiempo diferente, que nos afecta y presiona aún más?

Un 'zeitgeber' es quien crea un ritmo al que te tienes que adaptar Cualquier mujer que haya tenido que lidiar con un recién nacido conoce íntimamente este sentimiento: el bebé tiene un horario biológico en torno al cual ella, como cuidadora, debe organizar su vida. Más adelante, el horario escolar, las actividades extracurriculares y las necesidades continuas de salud de un niño forman a ese 'zeitgeber'.

Se espera que las mujeres se alineen con las temporalidades de los demás, tanto dentro de la familia como en el trabajo

En una familia tradicional, otro 'zeitgeber' podría ser el trabajo del marido, en torno al cual también se espera que la esposa moldee su propio tiempo y actividades. Debido a lo que mencioné anteriormente, a la creencia cultural de que el tiempo de las mujeres es menos valioso, se espera que las mujeres se alineen con las temporalidades de los demás, tanto dentro de la familia, como en el trabajo.

¿Cómo nos puede afectar el hecho de que incluso cuando llegamos a casa, a veces veamos nuestro tiempo libre como tiempo de trabajo, porque tenemos que pensar en las tareas domésticas?

Creo que esto refleja otra faceta de cómo se valora menos el tiempo de las mujeres: hay mucho trabajo que nunca ha sido realmente visto como tal. Por ejemplo, en el libro cito a los autores de un libro sobre gestión del tiempo de los años 80, donde intentan demostrar que tienes más tiempo del que crees. 

Suponiendo una semana laboral de 40 horas, valoran el tiempo que conllevan los desplazamientos, comer, vestirse, desvestirse y dormir, y concluyen que disponemos del 22 por ciento del año "para hacer lo que queramos". En ninguna parte de sus cálculos se ve nada sobre la crianza de los hijos, el cuidado de los mayores, las tareas domésticas o cualquiera de las otras actividades típicamente asociadas con las mujeres.

Cuando te sientas durante diez minutos sólo para relajarte, no es muy relajante

Tampoco tienen en cuenta las variaciones psicológicas en el tiempo: un minuto no es simplemente un minuto, sino que puede parecer muy diferente según las circunstancias. Por ejemplo, May, la mujer que entrevisté, dijo que cada vez que llegaba a casa del trabajo, se encontraba con la presión que genera saber que tiene que hacer infinidad de cosas aún. "Cuando te sientas durante diez minutos sólo para relajarte, no es muy relajante".

A veces somos "personas Excel" pero… ¿No es cierto que eso nos puede ayudar a ser más productivas o a alcanzar determinadas metas?

Por supuesto. Una de las comparaciones que hago en el libro es entre el cálculo del tiempo y el lenguaje. Adherirse a una determinada forma de medir y pensar sobre el tiempo puede ser similar a hablar un idioma, y lo cierto es que se pueden hablar varios idiomas. El tiempo del reloj industrial occidental es un idioma propio, pero también conocemos otros: el tiempo ecológico de las estaciones, el tiempo biológico de la enfermedad, la curación y los ritmos circadianos y el tiempo histórico tanto de la memoria personal, como de los movimientos sociales. Cuando comencé a investigar para este libro, pensaba en el tiempo del reloj industrial occidental como "una especie de tiempo invasora".

Portada de '¡Reconquista tu tiempo!'
Portada de '¡Reconquista tu tiempo!'
Cortesía

Se desarrolló en un contexto determinado para lograr ciertos objetivos (específicamente: comprar, medir y vender el trabajo de otros) y luego se extendió por todo el mundo y se convirtió en el lenguaje universal por defecto. El peligro que he tratado de resaltar en mi libro es el que encierra ese momento en el que este lenguaje se vuelve tan dominante que no sólo te suscribes totalmente a él, sino que lo internalizas como lo que realmente es el tiempo.

Esto, a su vez, podría volverte insensible a otros lenguajes del tiempo. Cualquiera que hable varios idiomas conoce la experiencia de cambiar de uno a otro según sea necesario, para diferentes situaciones. Lo ideal sería ser una "persona que trabaja con hojas de cálculo" sólo cuando fuera necesario y luego dejarlo de lado para dedicarse a otra cosa. Pero eso puede resultar difícil cuando se vive en una cultura como la actual.

En una entrevista, dijiste: "En situaciones del pasado, sentí que necesitaba proteger más mi tiempo para poder hacer las cosas que quería. Aunque lo que deseaba era abrazar la conexión, para conseguirlo tendía que hacer algo bastante parecido a regalar mi tiempo". Cuéntame sobre esta interesante paradoja.

Es parte de la mentalidad de la hoja de cálculo, pues esperas un "retorno de la inversión" por tu tiempo. Puedes realizar estos cálculos realmente detallados sobre si vale la pena dedicar tiempo a algo sin siquiera cuestionar realmente tu sistema de valor. Dentro de esta forma de pensar, esperamos que nuestros "beneficios" tengan que ver con el éxito profesional, la aptitud física y otras cosas que reflejan en gran medida una cultura que valora el poder individual y los resultados cuantitativos. Recientemente comencé a trabajar como voluntaria durante 3 horas todos los domingos por la mañana en un proyecto de restauración de plantas nativas en unas colinas cercanas a donde vivo.

Pasé de sentir que estaba "regalando algo" a sentir que estaba recibiendo un regalo que borra la forma de pensar en el tiempo como una transacción

Desde una perspectiva orientada a la eficiencia, no tiene sentido renunciar a tres horas de mi fin de semana por algo en lo que no tengo nada que mostrar. Pero aquí vale la pena mencionar dos cosas. Primero, este voluntariado ha sido una de las experiencias más significativas de toda mi vida, de una manera que simplemente no se puede cuantificar ni hacer legible dentro de la cuadrícula. En segundo lugar, estas tres horas parecen un tipo de horas muy diferente: son casi como días enteros pasados en otro planeta. Muy rápidamente pasé de sentir que estaba "regalando algo" a sentir que estaba recibiendo un regalo indescriptible que borra  la forma de pensar en el tiempo como una transacción.

Parte de nuestra ansiedad por el tiempo proviene de no poder afrontar el límite más importante de nuestro tiempo: la mortalidad

Estamos obsesionados con saber qué estamos obteniendo de cada cosa que hacemos. ¿No nos hace no disfrutar de las cosas tener esta visión restrictiva del retorno de la inversión de tiempo?  

Sí, y creo que eso refleja lo que dije anteriormente. En este sentido, realmente recomiendo el gran libro de Oliver Burkeman, '4.000 semanas'. Como demuestra el título, parte de nuestra ansiedad por el tiempo proviene simplemente de no poder afrontar el límite más importante de nuestro tiempo, que es la mortalidad.

Pero cuando te alejas y miras tu vida desde esa perspectiva, entendiendo y aceptando que hay algunas cosas que nunca harás, puede ayudarte a guiar tus decisiones sobre en qué quieres invertir tiempo.  

Si reflexionamos sobre las experiencias más significativas de nuestras vidas, normalmente no se trata de obtener algo, sino de sentirnos conmovidos por algo.

Los errores pueden, irónicamente, ser una buena forma de usar el tiempo

En un sentido similar, trato de pensar menos en acumular cosas para mí o tratar de parecer exitosa, y más en salir al mundo y tener encuentros que puedan cambiarme. Y debido a que sólo aprendemos cometiendo errores, desde esta perspectiva, los errores pueden, irónicamente, ser una buena forma de usar el tiempo. 

No estoy orgullosa de esto, pero como periodista freelance, me sorprendo a mí misma diciendo en voz alta "el tiempo es dinero" demasiadas veces. ¿Hay alguna manera de cambiar esta idea?

En primer lugar, te recomendaría que fueras más amable contigo misma. En un nivel básico, decir "el tiempo es oro" a veces es simplemente reconocer algo que es cierto: que el tiempo es esencial. A veces es realmente importante hacer lo correcto en el momento adecuado, y eso ha sido así durante toda la historia de la humanidad, mucho antes del capitalismo industrial. Pero, por supuesto, a veces decir "el tiempo es dinero", en su sentido más literal, puede reforzar un lenguaje del tiempo con el que no siempre se quiere vivir. 

 Yo también soy una periodista freelance. Aunque en última instancia tengo plazos por cumplir, a menudo pienso en mi proceso de trabajo menos desde la métrica de "tengo que entregar X palabras por día" y más como una fruta que madura, donde podemos ser lentas al principio y rápidas al final.

Se espera que las personas que se encuentran en el extremo inferior de las jerarquías se ajusten a las temporalidades de aquellos con más poder

¿Quién cronometra a quién?

Las personas que están en el poder, ya sea económica o socialmente, suelen ser las que cronometran a los demás. En el sentido más sencillo, el empleador será quien controle el tiempo. Pero, como he mencionado, normalmente se espera que las personas que se encuentran en el extremo inferior de las jerarquías de clase, género y raza se ajusten a las temporalidades de aquellos con más poder. Esta dinámica es visible en la historia de la propia gestión del tiempo.

El taylorismo, el sistema de dividir las tareas en subtareas para hacer que todo el sistema funcione más rápido, se desarrolló para que los propietarios de fábricas obtuvieran más valor de sus trabajadores. El legado de estos sistemas se puede ver incluso hoy en el software de seguimiento de empleados para trabajadores remotos, los sistemas de sensores telemáticos en los camiones de reparto y la tecnología utilizada en los escáneres de los almacenes de Amazon.

¿Hay tiempo para el auto cuidado en plena  Emergencia Climática?

Esa pregunta surge del título de una charla que di durante la pandemia. Estoy de acuerdo con la panelista que cité, Minna Salami, en que no hay respuesta, porque la formulación de la pregunta es incorrecta. Como ella  expresó, si consideramos el auto cuidado como "robar pequeños momentos en los que podemos priorizarnos a nosotras mismas", enfrentándolos a la justicia climática, en realidad sólo estamos fortaleciendo el lenguaje del enfoque lineal. El tiempo del reloj es parte de lo que nos llevó a este lío en primer lugar.

Reimaginar el tiempo es en sí mismo una forma de auto cuidado

Una parte importante de la justicia climática es aprender a ver el tiempo de manera diferente, fuera de la red capitalista industrial que históricamente está tan ligada al colonialismo y a una postura extractiva hacia la Tierra. Salami sugiere que no sólo no tiene sentido juntar estas dos cosas, sino que reimaginar el tiempo es en sí misma una forma de auto cuidado. 

Mi experiencia con el proyecto de restauración de plantas nativas lo confirma. Cuando me inscribí, sentí que estaba dedicando mi tiempo a un proyecto local de resiliencia climática, pero pronto quedó claro que era una de las formas de cuidado personal más efectivas que podía imaginar.

Por cierto, ¿podemos alentar a las mujeres a luchar por sí mismas y cosechar las recompensas estructurales de hacerlo?

Creo que una de las cosas principales es alentar a las mujeres a superar la mentalidad competitiva y hablar entre ellas sobre sus experiencias, encontrando patrones comunes que puedan conducir a demandas colectivas. El primer paso puede ser desde pensar que tienes problemas personales con el tiempo y el dinero, hasta darte cuenta de que es el efecto de algo que está afectando a otros de manera similar. Creo que uno de los principales obstáculos para la acción colectiva es la falta de tiempo y energía entre individuos exhaustos que simplemente, están tratando de salir adelante con sus vidas.

Las mujeres han de unirse y mitigar el riesgo individual

Pero también he observado lo alentador que es para las personas conversar y compartir experiencias. Esta conexión en sí misma puede ser una fuente importante de energía y propósito. La otra cosa es comprender, a través de la historia, cuán profundamente arraigado está este desequilibrio de poder en nuestra sociedad. Esto significa reconocer que las cosas estarán en tu contra y que te puedes encontrar con mucha resistencia, otra razón por la que es importante que las mujeres se unan y mitiguen el riesgo individual. Mirar la historia también nos brinda muchos ejemplos de personas que lucharon y obtuvieron cosas que hoy muchos de nosotros damos por sentado. Eso también puede ser una fuente de energía.

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