Teresa Viejo Periodista y escritora
OPINIÓN

¿Eres una persona 'geox' o 'gore tex'?

Teresa Viejo
La no escucha trasciende a la mala educación
Teresa Viejo
Teresa Viejo

Durante un evento sobre liderazgo femenino, Vanessa Prats, CEO de Procter&Gamble España, me confesó que en España nos hablamos poco. En realidad, no se refería a que charlemos poco entre nosotras sino a que apenas nos esforzamos en comprender a la otra persona y entender sus razones. Hablar lo hacemos por los codos, otra cosa es que prestemos atención sin caer en el apriorismo o el juicio previo, lo que acarrea innumerables problemas en nuestras relaciones.

Esto me ha recordado a los cruceros sorprendidos por la pandemia en marzo de 2020 y cómo se explicaban las reacciones de las distintas nacionalidades que viajaban en ellos: los alemanes bebían como si no hubiese un mañana, los franceses se colaban en las filas del comedor y acaparaban comida y los españoles se pasaban el día criticando y peleándose entre sí. Es decir, sin escucharnos.

La no escucha trasciende a la mala educación porque trasluce bien un ego inflado, bien creencias limitantes y sesgos cognitivos que ayudan poco a la convivencia constructiva.

Uno de los puntos en los que siempre incido en las formaciones es que hablar no es comunicarnos. En la comunicación tiene que existir una vocación de comprensión que nos invita a desplegar la curiosidad hacia la otra persona, una curiosidad genuina por entender por qué se expresa como lo hace y cuál ha sido su proceso para pensar lo que argumenta. Sin curiosidad no nos abrimos al otro, sin preguntas no somos permeables a las nuevas ideas que nos ayudan a crecer y aprender algo distinto a lo que ya sabemos. Sin embargo, no cualquier persona está dispuesta a aceptar que aquello que oye posee tanto interés como para cambiar su forma de pensar, y lo normal es que, si le suena distinto a lo suyo, lo rechace. 

Sin curiosidad no nos abrimos al otro, sin preguntas no somos permeables a las nuevas ideas que nos ayudan a crecer y aprender algo distinto a lo que ya sabemos

A veces, como sentenciaba Vanessa, no escucha, tan solo fija la mirada en un punto, asiente de forma mecánica, y repasa la agenda mentalmente mientras la otra persona realiza su exposición. En ocasiones diríase que presta atención, pero solo está esperando a que el interlocutor tome aliento para soltar “Sí, está muy bien lo que dices, pero yo pienso que…”.

¿Te cuento una maldad de la que no me siento muy orgullosa? Yo misma he actuado como una no escuchadora consciente cuando me veo envuelta en una de esas conversaciones interminables al teléfono que puedo abandonar sobre un mueble, en modo manos libres, mientras la otra persona construye su perorata convencida de que capto cada uno de sus detalles. Al cabo de unos minutos suelto un “Ah, sí, claro… tienes razón” y vuelvo a desprenderme del móvil. 

Dirás que hay personas pelmas que solo se escuchan a sí mismas y resulta complicado atenderles, pero en su descarga deberíamos de meditar si no lo somos también nosotras. Si no estaremos acostumbradas a elaborar larguísimas parrafadas donde contamos lo mismo varias veces hasta dormir al más despierto.

Geox o goretex
Hablar no es comunicarse
Pexels

¿Eres permeable o impermeable?

No quisiera ser una persona gore-tex. Los gore-tex son impermeables a otras ideas, tienen una mermada empatía y les suele resbalar lo que no les atañe directamente. Se ungen el traje de “eso no va conmigo” y creen que con sonreír al otro contribuyen a una amigable relación. 

Las personas 'geox', en cambio, transpiran lo que les permite identificar los puntos de encuentro con los demás, valoran las propuestas del otro -en especial esas que no se les hubiesen ocurrido a ellos o ellas-, y tienden a ser compasivas cuando detectan un conflicto. Las personas geox resultan confiables porque no miran por encima del hombro, se interesan por ti, son curiosas y empáticas, su presencia es cálida, sus pisadas mullidas, a su alrededor corre el aire… son terapéuticas.

Yo tengo claro el tejido del que deseo cubrirme este verano… ¿y tú?

Teresa Viejo
Periodista y escritora

Mi nombre es Teresa Viejo y soy una contadora de historias, que estudia los efectos de la curiosidad en el comportamiento humano. Gracias al periodismo he observado la vida desde ángulos muy variados, pero tras muchos años entre focos sé que la mejor luz la emitimos las personas, por eso te descubriré a mujeres inspiradoras a quienes les ha “salvado” su curiosidad. ¿Cómo? Ya lo verás. También dirijo programas y escribo libros, la mayoría novelas de misterio, menos el último que se lo he dedicado a nuestra principal competencia –“La niña que todo lo quería saber. La curiosidad: claves para una vida más inteligente y feliz”-. También conduzco “La Observadora” en RNE y practico la Comunicación No Violenta y la Indagación Apreciativa. ¡Ah! Ser Embajadora de UNICEF me llena de orgullo. Como vivo en modo aprendizaje, casi nunca miro hacia atrás. Bueno, un día sí… un día me puse a contar las entrevistas que había realizado y al llegar a las diez mil, paré abrumada. Preguntar es más revolucionario que afirmar y ahora enseño a las personas a hacerlo. Y a liderar activando su curiosidad. Tú también puedes, créeme. ¿Te he contado que mi bebida favorita es el té?

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