Teresa Viejo Periodista y escritora
OPINIÓN

I.A. basado en hechos reales... o no

Aitana Lopez
Aitana López, la modelo que no existe
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Aitana Lopez

Hace unos días en una reunión de amigos uno de ellos empezó a compartir sus descubrimientos en ChatGPT como si hubiese descubierto el Santo Grial. Poco después, el resto, que andaba en pre-parvulario de Inteligencia Artificial -me incluyo-, empezó a conjeturar los cambios que harían si en lugar de contar con trabajadores/as dispersos/as dispusieran de un personal muy motivado una vez les convencieran de la necesidad de entrenarse en el Chat.

Cuando quien toma decisiones en una empresa descubre que la IA sustituye muchas de las tareas que realizan los miembros de su equipo, no puede evitar pensar en el dinero que se ahorraría. El entusiasmo va in crescendo hasta que descubre que lo que él hace también podría ser llevado a cabo por alguna de las funciones, aún no suficientemente conocidas, de la IA. Y ahí su ilusión cae en picado.

Trato de alimentar mi curiosidad hacia una herramienta que ha dinamitado el modo en que las personas creamos, ya que juzgarla de forma negativa sería dejarme dominar a priori por el miedo a ella. Veamos cómo nos ayuda antes de criticarla. Ahora bien, no existe avance sin ética ni tecnología sin humanismo. Como no puede haber progreso sostenible sin asegurarse de no dejar a nadie atrás. Hace unos años otro buen amigo experto en tecnología, Ángel Bonet, me dijo que la inteligencia artificial nos haría más humanos porque nos dejaría tiempo para cultivar nuestra naturaleza esencial. Tengo mis dudas.

Ahora bien, no existe avance sin ética ni tecnología sin humanismo. Como no puede haber progreso sostenible sin asegurarse de no dejar a nadie atrás

Las mujeres seguimos abordando proyectos por necesidad, no tanto por placer, y me pregunto qué sucedería si la IA se ocupara de parte de esas responsabilidades… ¿disfrutaríamos más del tiempo libre o empezaríamos una nueva tarea ya que esa absorción de las antiguas por la tecnología no se corresponde con un beneficio económico? Sí, esto va de dinero. Recuerdo un estudio del Observatorio del Emprendimiento que situaba la tasa de emprendimiento femenino en Europa en torno al 6,3% mientras que en Senegal era del 37%. ¿Perdón? ¿Acaso las mujeres africanas tenían mayor facilidad para iniciar un negocio y sacarlo adelante? Tan simple como que el emprendimiento allí es pura supervivencia. O plantan semillas, aran la tierra y venden el excedente ellas mismas, o sus hijos mueren de inanición. El informe explicaba también que a medida que aumenta el nivel de desarrollo, los negocios femeninos disminuyen y crece la brecha de género. Me temo que el entusiasmado de mis amigos con el ChatGPT, en realidad lo motivaba la idea de ver a quién de su equipo podrían quitarse de encima si implantaban la inteligencia artificial. ¿Adivinas por dónde empezarían?

¿Acaso las mujeres africanas tenían mayor facilidad para iniciar un negocio y sacarlo adelante? Es pura supervivencia. O plantan semillas, aran la tierra y venden el excedente ellas mismas, o sus hijos mueren de inanición

La I.A. nunca nos superará

ChapGPT es un juguete perverso que aprende de ti porque, en realidad, se trata de un modelo de lenguaje que conecta puntos: cuanto más sofisticados e inteligentes sean los puntos, más brillante es. Pero nunca te superará, salvo que seas tan iluso o ilusa como para confundir la ficción de un chat con tu realidad. O salvo que tu realidad sea tan triste, tan gris y anodina, que prefieras engancharte a tu ficción. 

En las redes hay cientos de perfiles falsos. Uno de ellos corresponde a Aitana López, una modelo creada por IA que viste sexy y lleva el pelo rosa. Su imagen es tan de mentira como un manga, aunque algo más realista. Si quieres ver una comedia te invito a que leas los comentarios que la dedican: "Me quitas la respiración. Más maravillosa imposible. Los ojos más bonitos que visto" (que están pintados, merluzo, me entran ganas de responder). "Eres puro fuego" (aterriza figura, la tipa está más fría que el entrecot de mi congelador). Solo he leído uno inteligente: "Se les olvidó dibujar el pezón, diseñadores". Lo firma una mujer, claro. 

Teresa Viejo
Periodista y escritora

Mi nombre es Teresa Viejo y soy una contadora de historias, que estudia los efectos de la curiosidad en el comportamiento humano. Gracias al periodismo he observado la vida desde ángulos muy variados, pero tras muchos años entre focos sé que la mejor luz la emitimos las personas, por eso te descubriré a mujeres inspiradoras a quienes les ha “salvado” su curiosidad. ¿Cómo? Ya lo verás. También dirijo programas y escribo libros, la mayoría novelas de misterio, menos el último que se lo he dedicado a nuestra principal competencia –“La niña que todo lo quería saber. La curiosidad: claves para una vida más inteligente y feliz”-. También conduzco “La Observadora” en RNE y practico la Comunicación No Violenta y la Indagación Apreciativa. ¡Ah! Ser Embajadora de UNICEF me llena de orgullo. Como vivo en modo aprendizaje, casi nunca miro hacia atrás. Bueno, un día sí… un día me puse a contar las entrevistas que había realizado y al llegar a las diez mil, paré abrumada. Preguntar es más revolucionario que afirmar y ahora enseño a las personas a hacerlo. Y a liderar activando su curiosidad. Tú también puedes, créeme. ¿Te he contado que mi bebida favorita es el té?

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