Oda a las madres (im)perfectas de la historia

La reina Isabel II de Inglaterra junto a su marido el Duque de Edimburgo y sus dos hijos más mayores, el príncipe Carlos y la princesa Ana de Inglaterra, en una imagen familiar de la década de los 60.
La reina Isabel II de Inglaterra junto a su marido el Duque de Edimburgo y sus dos hijos más mayores, el príncipe Carlos y la princesa Ana de Inglaterra, en una imagen familiar de la década de los 60.
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La reina Isabel II de Inglaterra junto a su marido el Duque de Edimburgo y sus dos hijos más mayores, el príncipe Carlos y la princesa Ana de Inglaterra, en una imagen familiar de la década de los 60.

Controladoras, frías, trabajadoras, cariñosas… Hay tantos adjetivos como madres, y hoy queremos hablar de las mujeres que cambiaron la forma de entender la maternidad mucho antes que Rigoberta Bandini… Aunque con menos ritmo, claro

En ‘Lo hago como madremente puedo’, Andrea Ros habla de la importancia de que sean las madres las que narren sus experiencias con sus luces, sombras y tabús. En la actualidad hay un boom de libros escritos por matriarcas que narran sus propias vivencias, al igual que películas como ‘Cinco lobitos’ o ‘La hija oscura’, que hablan sin filtros acerca de las difíciles relaciones que en ocasiones tienen madres e hijas y que hasta hace bien poco, habían sido silenciadas en aras de la ‘disneyficación’ de la experiencia materna. 

En ‘Yo no renuncio. Mi historia de no conciliación’, Laura Baena, fundadora del Club de Malasmadres, invita a revisar los relatos sociales que se crean en torno a la maternidad en los medios de comunicación, en la literatura, en la publicidad o en el arte, cuestionando el ideal de madre, que refleja una mujer plena y entregada que encuentra la felicidad a través de sus hijos. “Es la construcción social de estas creencias las que ejercen presión sobre las propias mujeres y acaban provocando malestar, estrés o agotamiento. Las cifras constatan que la renuncia al tiempo personal es lo que menos se esperaban las mujeres al convertirse en madres, según un estudio de Las Invisibles. Un dato que refleja la necesidad de desmitificar la maternidad y los mensajes de entrega absoluta al ser madre”, señala. Por eso hoy queremos rendir homenaje a las grandes madres de la historia, y que lo son por diferentes motivos: por luchadoras, por pasotas, por activistas… Porque no hay una fórmula para ser buena madre, sino infinitas formas de serlo.

Laura Baena, fundadora del Club MalasMadres
Laura Baena, fundadora del Club MalasMadres
DIPUTACIÓN DE MÁLAGA

Melinda Gates: working mum

Aunque muchos la conocen como “la ex mujer de Bill Gates, la revista ‘Forbes’ la ha encumbrado como "la mujer más poderosa en el mundo de la filantropía", hablamos de Melinda Gates.

Cuando entró a trabajar a Microsoft en 1987, era la única mujer y la más joven del grupo de personas contratadas con ella. Desarrolló diversos productos multimedia y en 1996 dejó la empresa para centrarse en la filantropía. De la mano de la Fundación William H. Gates, Bill y ella lucharon por combatir enfermedades infecciosas en países en desarrollo, y en el año 2000 unieron la Fundación Biblioteca Gates y la anterior para dar vida a la Fundación Bill y Melinda Gates, donde ambos han seguido volcando sus esfuerzos incluso después de su mediático divorcio.

Melinda Gates se ha aliado también con Bill y con el inversor Warren Buffett para animar a los multimillonarios del mundo a focalizar su riqueza en fines benéficos a través de Giving Pledge, y por supuesto no podemos olvidar su firme defensa de los derechos de mujeres y niñas.

Bill Gates y Melinda Gates acuden juntos a un evento,
Bill Gates y Melinda Gates acuden juntos a un evento,
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“La primera vez que me enfrenté a las preguntas y los retos de ser mujer trabajadora y madre, aún tenía que madurar. Por aquel entonces mi modelo personal —y no creo que fuera un modelo muy consciente— era que, cuando las parejas tenían hijos, los hombres trabajaban y las mujeres se quedaban en casa. Con franqueza, creo que es fantástico si las mujeres se quieren quedar en casa, pero debería ser una elección, no algo que hacemos porque pensamos que no tenemos más opción. No me arrepiento de mi decisión. Volvería a hacerlo. Sin embargo, en aquel momento simplemente di por hecho que eso era lo que las mujeres hacían. De hecho, la primera vez que me preguntaron si era feminista no supe qué decir porque no me consideraba feminista. No creo que entonces supiera qué era ser feminista”, escribe en sus memorias ‘No hay vuelta atrás’. “Visto desde ahora, me doy cuenta de que durante aquellos primeros años me enfrenté a una pregunta transcendental: «¿Quieres hacer carrera o ser madre y ama de casa?». Y mi respuesta fue: «¡Sí!». Primero la carrera, luego madre y ama de casa, luego una mezcla de las dos, luego de nuevo la carrera. 

Tuve la oportunidad de tener dos carreras y la familia de mis sueños, porque estábamos en la posición privilegiada de no necesitar mi sueldo. También había otro motivo cuyo significado no comprendí del todo durante años: contaba con el beneficio de una pastillita que me permitía programar y espaciar mis embarazos”, confiesa.

Maya Angelou: el complicado vínculo materno-filial

El motivo por el que hoy queremos hablar de la poetisa, que falleció en 2014, es la forma en la que se ha enfrentado a la maternidad a causa de su complicada relación con su madre, así como por la manera en la que habla de la experiencia maternal. “Pienso en mí como madre y en algunos hombres como madres. Mi hijo es la madre de su hijo. No creo que tengas que ser una mujer para ser madre”, le explicaba a Diane Sawyer en ABC News. Su obra biográfica ‘Mamá y yo y mamá’ es una historia de reconciliación materno-filial. Angelou fue criada por sus abuelos, que la enviaron a los 13 años junto a sus hermanos de nuevo junto a su madre, aunque para entonces, era incapaz de referirse a ella como tal. En su lugar, la llamaba ‘lady’. 

Maya Angelou, en una imagen de 1993.
Maya Angelou, en una imagen de 1993.
Courtesy, William J. Clinton Presidential Library

Se quedó embarazada a los 17 años, y su madre le dijo unas palabras que la marcaron: “nosotras-tú y yo-y esta familia vamos a tener un bebé maravilloso”. A los 21 tenía dos trabajos para mantener a su familia, y recuerda con emoción cómo su madre la miró y le dijo lo orgullosa que estaba de ella. “Me dijo que era la mujer más maravillosa que jamás había conocido: están por supuesto Eleanor Roosevelt, Mary McLeod Bethune y mi madre, pero estás en esa categoría”, asegura que le dijo su madre. Lo que no habíamos comentado aún es que a los ocho años, la pareja de su madre abusó de ella. Cuando sus tíos se enteraron, lo mataron, y ella se pasó los siguientes cinco años de su vida en silencio, con miedo a hablar. Hoy su voz es un recurso fundamental dentro del feminismo y sus relatos son una oda a la maternidad diferente.

Ruth Bader Ginsburg: el peso de la ley

Ruth Bader Ginsburg.
Ruth Bader Ginsburg.
CINEMANIA

Para hablar de la jueza, fallecida en 2020, volvemos a recordar las palabras de Laura Baena y cómo en su libro habla de por qué tantas mujeres han de renunciar a su trabajo al ser madres. En el primer trimestre de 2021, el 85 % de las personas que dejaron su empleo de manera temporal para cuidar de sus hijas o hijos fueron mujeres.

Ruth Bader Ginsburg jamás pudo obtener un trabajo en el sector privado, por lo que forjó una brillante carrera en el mundo de la ley. Asegura que fueron tres los motivos por los que fue discriminada: ser judía, ser mujer y ser madre. Perdió su trabajo como taquígrafa cuando se quedó embarazada de su hija, y a lo largo de su carrera experimentó y denunció las dificultades a las que se enfrentan las madres trabajadoras

Joan Williams, profesora de derecho y directora del centro WorkLife Law de la Universidad de California, explicaba a ‘npr’ lo mucho que la jueza ha ayudado a las madres. “Lo primero que hizo en los casos que llevó durante los años 70 fue exponer la forma en la que los programas del gobierno estaban tratando a los padres de forma diferente que a las mujeres. Por ejemplo, las pensiones en caso de fallecimiento de la pareja eran únicamente aplicables a las mujeres. 

Si te quedabas embarazada en la Air Force, te expulsaban, pero por descontado, si la mujer de un miembro de las fuerzas se quedaba embarazada, a él no le echaban. Ella estableció el principio de que no se puede tratar a las madres de forma diferente que a los padres”, explica. La propia Ruth, en el festival de Sundance de 2018, contó entre risas cómo los profesores la llamaban constantemente para exigirle que acudiera al colegio para escuchar las últimas trastadas de su hijo. “Le dije que el niño tenía dos padres, y que por favor, alternara las llamadas”.

Sheryl Sandberg: el arte de rectificar

Pocas cosas son más loables que el que una personalidad pública admita haberse equivocado, y eso es lo que hizo Sharyl Sandberg. Cuando publicó ‘Mujeres, trabajo y fuerza de voluntad’, no comprendió el aluvión de críticas recibida. Desafortunadamente, tuvo que ocurrir una desgracia, la muerte de su marido, para que la mano derecha de Mark Zuckerberg comprendiera a quienes le echaban en cara que en su libro no hablara de las "dificultades que enfrentan las mujeres cuando tienen una pareja que no las apoya o ninguna pareja". Desde entonces, se esfuerza en señalar la situación a la que tantas madres solteras se ven expuestas. 

Economista y directora ejecutiva estadounidense de 48 años. Actualmente es la directora operativa de Facebook.
Economista, actualmente es la directora operativa de Facebook.
Youtube

“La pobreza es una de las secuelas ocultas y devastadoras de la pérdida para las mujeres. Para cuando tienen sesenta y cinco años, aproximadamente una de cada cinco viudas en los Estados Unidos vive en la pobreza. Las parejas que conviven y muchas parejas del mismo sexo que pierden parejas son particularmente vulnerables, ya que a menudo no se les otorgan los mismos derechos de supervivencia que tienen las parejas heterosexuales casadas”. 

Antes de haber “adquirido un entendimiento más profundo de lo que significa ser madre” tras la tragedia, en su libro se lamentaba de que muchas mujeres no aspiraran tan alto como ella. “Esas mujeres todavía no tienen pareja y ya están encontrando un equilibrio entre su vida personal y profesional, equilibrio para unas responsabilidades que ni siquiera tienen aún”, escribía. “Antes no lo comprendía. No era capaz de entender lo complicado que es ser exitosa en el trabajo cuando estás abrumada por lo que ocurre en el hogar”, admite ahora. También es consciente de que su situación económica privilegiada hace que se encuentre en una posición acomodada desde la que lucha para cambiar las cosas. “Desde los años 70, el número de madres solteras en Estados Unidos se ha duplicado. Hoy, casi el 30 % de las familias son lideradas por un único padre, y el 84 % de ellas son lideradas por una madre soltera… Nuestras actitudes y nuestras políticas no reflejan ese cambio”, advierte.

Diana de Gales: la fuerza del cariño

Un documental de Channel 5 llamado ‘Diana: A Mother's Love’ explica cómo la princesa Diana transformó la forma en la que la realeza se enfrenta a la maternidad. La obra expone cómo hasta su llegada, rara vez veíamos a los royals ejercer como padres. 

La princesa Diana de Gales (d) asiste con sus dos hijos, el príncipe Guillermo (c) y el príncipe Enrique (i), a los actos de celebración del 50 aniversario del conocido como VJ Day, día en que se conmemora la victoria sobre Japón, en Londres, Reino Unido.
La princesa Diana de Gales con sus dos hijos, el príncipe Guillermo  y el príncipe Enrique en los actos de celebración del 50 aniversario del conocido como VJ Day, día en que se conmemora la victoria sobre Japón, en Londres, Reino Unido.
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La reina Isabel II siempre mantuvo una relación más distante con sus hijos, que pasaron gran parte de su infancia con sus cuidadoras, una dinámica que Diana cambió de forma radical. Ella llevaba a sus hijos al colegio, participaba en los eventos escolares y no ocultó jamás las muestras de cariño en público. “Le encantaba achucharnos. Como era tan bajito, no podía escapar, porque me retenía hasta que quería… Puedo escuchar su risa en mi cabeza, esa que dejaba escapar cuando en su rostro solo podías apreciar felicidad”, explica el príncipe Harry. Por su parte Guillermo ha señalado que su madre adoraba la privacidad y anteponía ser madre a su papel como princesa.

La Reina Isabel II: Una maternidad a ojos del mundo

Frívola, ausente y controladora. Esos son algunos de los adjetivos que más se repiten a la hora de definir la figura de la reina Isabel II como madre. Desde el comienzo, su andadura en la maternidad fue poco cálida, pues no posó con su bebé Carlos en brazos, sino que el mundo tuvo que recibir un escueto comunicado anunciando el nacimiento. 

La reina Isabel II de Inglaterra junto a su marido el Duque de Edimburgo y sus dos hijos más mayores, el príncipe Carlos y la princesa Ana de Inglaterra, en una imagen familiar de la década de los 60.
La reina Isabel II de Inglaterra junto a su marido el Duque de Edimburgo y sus dos hijos más mayores, el príncipe Carlos y la princesa Ana de Inglaterra, en una imagen familiar de la década de los 60.
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Su reinado siempre ha sido su máxima en la vida, y es por todos conocido el papel controlador que ha tenido en la vida sentimental de su hijo, aunque no podemos olvidar que si la conciliación es complicada para los ciudadanos de a pie, su papel tampoco hubo de ser fácil. “¿Que si hubiera sido una madre diferente si hubiera podido? Como un amigo cercano dijo, la reina siempre tuvo miedo a ser madre, porque nadie le había enseñado a serlo. Pero a medida que fue adaptándose y fue teniendo más hijos, el miedo se fue yendo”, explica el historiador Robert Lacey a ‘Town & Country’.

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