Teresa Viejo Periodista y escritora
OPINIÓN

Entre amigas

Imagen de dos amigas unidas
Imagen de dos amigas unidas
Pexels
Imagen de dos amigas unidas

Hace años leí a la antropóloga Dolors Comas d’Argemir hablar por primera vez del "trabajo por amor" y ya entonces pensé que, si quienes lo ejercen pidieran remuneración por él, no habría manera de pagarlo.

El trabajo por amor no se limita a las tareas domésticas -en realidad veo poco amor en pasar el aspirador-, sino a un exquisito cuidado que nos lleva a velar por los padres cuando se vuelven nuestros hijos, a mantener al hijo con firmeza o a acompañar a la pareja si se quiebra ante la enfermedad o cualquier dificultad. Ese acompañamiento que convierte la existencia de quienes amamos en un espacio seguro. A veces al trabajo por amor le envuelve cierto desdén y se enjuicia con ligereza, sin embargo, quienes lo practican honestamente desde el corazón, tienden a dejar a un lado su ego y gravitan como electrones en torno a ese núcleo que son los suyos, y lo hacen sin reproches, con un cariño infinito que no siempre se prueba en esta vida. De hecho, hay quienes discurren por ella con una carencia de afecto que me apena mucho.

Nuria González y Teresa Viejo
Nuria González y Teresa Viejo
Cortesía

Ella no. Ella ha dado y ha recibido amor hasta el final, donde quedó un "te quiero mucho" colgado en el aire que repitieron ambos casi a la vez. Espero que no le moleste que lo cuente, pero cómo no hacerlo si he sido testigo de esa conexión tantas veces. Ha fallecido el marido de mi amiga Nuria. La prensa alimenta sus páginas rosas con la muerte de Fernando Fernández-Tapias, para mí es el adiós a un amigo cuya mujer ha desarrollado a su lado un trabajo por amor concienzudo. No sé si yo hubiera podido hacerlo con esa abnegación.

El adiós a un amigo cuya mujer ha desarrollado a su lado un trabajo por amor concienzudo

La curiosidad domestica nuestra mentalidad y nos abre a entender experiencias distintas a las propias, lejos del cliché y el juicio, y con altas dosis de empatía. Lo digo porque lo fácil sería sugerir a una mujer enamorada que no abandone su carrera por muchas que sean las demandas afectivas de su familia, sin embargo, existen decisiones humanas impulsadas por el cariño que se nos escapan y Nuria quiso dejar a un lado su carrera y amar a tiempo completo, primero a su pareja.

Nuria González y Teresa Viejo
Nuria González y Teresa Viejo
Cortesía

y después a sus hijos, dedicándose a ellos con orgullo. Suerte que su forma de velar por el otro la disfrutamos también sus amigas, porque cuántas veces no le ha tocado sostenernos en alguna decepción sentimental o tirar de nosotras en mil y un planes. Sus "Anda, que me tienes olvidada", me alegran la vida. Ya es hora de que se lo diga.

Qué difícil escribir sin que los recuerdos disparen la emoción; entre ellos se cuela un señor de los de antes, de los de siempre, que te susurra por Julio Iglesias y suelta frases lapidarias para pensar un buen rato, que te empuja a disfrutar junto a él porque Fernando era tan generoso que no concebía placer sin compartirlo con los demás. Su legado es una vida vivida a lo ancho y dos hijos menores, cuya luz resulta cegadora. El trabajo por amor tiene su recompensa.

Hoy quería escribirle a esa mujer que transita por el duelo de perder a su marido, junto a la que avanzo desde hace treinta años y con la que llegaré a la vejez, porque hay amistades que se convierten en una suerte de hermandad. La nuestra es así.

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Teresa Viejo
Periodista y escritora

Mi nombre es Teresa Viejo y soy una contadora de historias, que estudia los efectos de la curiosidad en el comportamiento humano. Gracias al periodismo he observado la vida desde ángulos muy variados, pero tras muchos años entre focos sé que la mejor luz la emitimos las personas, por eso te descubriré a mujeres inspiradoras a quienes les ha “salvado” su curiosidad. ¿Cómo? Ya lo verás. También dirijo programas y escribo libros, la mayoría novelas de misterio, menos el último que se lo he dedicado a nuestra principal competencia –“La niña que todo lo quería saber. La curiosidad: claves para una vida más inteligente y feliz”-. También conduzco “La Observadora” en RNE y practico la Comunicación No Violenta y la Indagación Apreciativa. ¡Ah! Ser Embajadora de UNICEF me llena de orgullo. Como vivo en modo aprendizaje, casi nunca miro hacia atrás. Bueno, un día sí… un día me puse a contar las entrevistas que había realizado y al llegar a las diez mil, paré abrumada. Preguntar es más revolucionario que afirmar y ahora enseño a las personas a hacerlo. Y a liderar activando su curiosidad. Tú también puedes, créeme. ¿Te he contado que mi bebida favorita es el té?

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