Ángel Schlesser y María Lafuente ponen el broche final a la semana de la moda madrileña con colecciones que señalan en una misma dirección la del mimo por lo artesanal y la reivindicación de los oficios, ejes clave para la moda de autor española que materializan en piezas hechas a mano.
"La colección es un homenaje al oficio o la forma de trabajar artesanalmente, y también a las grandes firmas de moda que ya no están, de Amaya Arzuaga a Jesús del Pozo", ha explicado a EFE el diseñador Alfonso Pérez, director creativo en la firma Angel Schlesser, que este lunes ha presentado la colección 'La presencia de la ausencia'.
Con la intención de reivindicar "lo hecho en España de forma real", la firma presenta un patronaje cuidado a través de grandes volúmenes y tejidos que aparecen mezclados sobre la pasarela, del 'cashmere' al cuero o imponentes prendas, como el vestido de más de cuatro metros hilvanado en el taller oriental de la artesana Estrella Pozo.
En una propuesta de 42 estilismos, Pérez también ha reflejado el sello de la casa Schlesser a través de trajes de silueta femenina y patrones limpios y rectos. "Están las piezas icónicas de la casa, pero también se plantea una evolución adelante, que es lo que se debe hacer para llegar a nuevos públicos", ha indicado.
Si en pasadas colecciones la firma lo jugaba todo al blanco y negro, en esta presentación ha apostado por el color, presente desde el inicio del desfile con la pieza roja de piel y cashmere que daba apertura al desfile y al resto de estilismos, portados por supermodelos como Madelaine Hjort, emblema en los 90.
El último desfile de la jornada y también de esta 79 edición de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid lo ha realizado la diseñadora leonesa María Lafuente, una de las creadoras más veteranas en la pasarela madrileña. "Cerrar la pasarela significa muchísimo para mí por todo lo que conlleva".
La puesta en pasarela de María Lafuente
Lafuente, que ha presentado la colección 'Atman', fue además una de las pioneras en introducir la sostenibilidad en sus propuestas, trabajando desde hace varias ediciones con elementos como neumáticos reciclados. "La sostenibilidad es una necesidad dentro de la moda y el mundo textil, hay que buscar nuevas soluciones".
Tonos neutrales como beiges o blancos evolucionan al negro y convergen con una paleta de rosas, buganvillas, rojos u granates, resultado del tinte natural de cochinillas de Canarias empleado para teñir la lana utilizada en el desfile, recurriendo a esta técnica de coloración textil milenaria.
Para la diseñadora, la sostenibilidad va de la mano con la innovación, pero también con la tradición: "Hay que apostar por todas las posibilidades que tenemos, y muchas son tradicionales", dice sobre las piezas que tejen de forma artesanal en la asociación de mujeres artesanas de León.
Prendas deconstruidas, como es sello en la creadora, aparecen en pasarela copadas por piezas de cerámica y siluetas de flores colocadas en forma de apliques sobre piezas intervenidas con pinturas realizadas a mano sobre los textiles sobre prendas elaboradas siguiendo la técnica del ‘moulage’ (cosido directamente sobre maniquí).
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