La cuarta jornada de la Semana de Madrid nos ha traído uno de los desfiles más esperados, con Isabel Sanchís presentando su colección Primavera/Verano 24 sobre la pasarela. La diseñadora, natural de España, acudía junto a su hija, Paula, a esta 78º edición de la MBFWM con una propuesta sorprendente.
Con unos minutos de retraso (como viene siendo habitual en este tipo de eventos), Sanchís exponía el tema principal de su colección: las plumas, que no dejaban de volar en la gran pantalla de Ifema. Con un 'front row' que contaba con la presencia de la presentadora Raquel Sánchez Silva (muy popular últimamente por la serie documental Las últimas horas de Mario Biondo de Netflix) y la modelo Helen Lindes, daba comienzo uno de los desfiles más espectaculares de las diseñadoras.
El tema de Sebastian y Mia, canción de la película La la land, se convertía en la banda sonora del desfile, por el que poco a poco comenzaron a aparecer varias de las modelos españolas más importantes del momento, como Lorena Durán o Pino Montesdeoca, que lucía su larga cabellera encanecida con diseños que no buscaban esconderlas, sino que las destacaban.
Con intención de enamorar, Isabel y Paula han acercado al público diseños especiales con efectos artesanales que ponen en relieve el romanticismo de la temporada estival sirviéndose de colores que evocan el atardecer y el renacimiento de la naturaleza en la primavera.
Al igual que en otras colecciones pasadas, todos los diseños giran en torno a un elemento central, la pluma, muy presente en gran parte de la colección siendo utilizada en sedas estampadas, pintados manuales y nuevas técnicas aplicadas en cuerpos y vestidos. Su delicadeza se combina con vestidos de gasa drapeados y plisados que crean siluetas con movimiento, llenas de vitalidad y llevando lo sofisticado a un nuevo punto de modernidad.
En los looks integra a su vez nuevas técnicas y volúmenes mientras experimenta con crines (consiguiendo varios de los estilismos más impactantes de toda la colección), plásticos reciclados y nuevos acabados manuales. En cuanto a los colores, ambas diseñadoras han introducido tanto el color naranja para plumas, símbolo de optimismo, como los tonos limas, los cuales se relacionan con las emociones y la naturaleza, sin olvidar el negro por su elegancia y sensualidad y el oro metalizado que aporta como siempre un toque de sofisticación propio de la costura.
El resultado visual es un conjunto de sensaciones que nos transportan a las puestas de sol más románticas del verano gracias a los tonos más ocres, mientras que los vestidos de crin sin nada debajo conseguían crear piezas de efecto desnudo con un diseño tan bien trabajado que conseguía que a la modelo no se le viese nada más de lo debido.
Por otro lado, también han desfilado por la pasarela varios looks que han confundido un poco al público, con trajes y abrigos que más que parecer que sean de la colección Primavera/Verano, daban la sensación de que estaban enfocados a esta temporada.
Ambos en un tono beige oscuro, fueron de los primeros diseños que caminaron bajo el escrutinio tanto de la prensa como de los invitados y aquellos que consiguieron hacerse con las entradas. Los trajes, por su parte, también los podíamos encontrar en los colores rojo y rosa y aparecían con plumas pintadas sobre la tela en tonos naranjas o diversas decoraciones, mientras que el abrigo de paño presentaba un diseño 'oversize' atemporal.
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