Fue la casualidad la que hizo que un sencillo vestido negro fuera más transparente de lo que muchos esperaban. Aquella Nochevieja de hace 10 años nacía un mito: "el vestido de la Pedroche". Cristina, que además de guapa, de tonta no tiene un pelo, dijo... "¿Qué se está hablando de mis bragas? Pues me las quito". Y los 'jefazos' de Atresmedia, que también son muy listos, le dejaron hacer. Era la primera vez que otra cadena hacía ruido en una noche dominada históricamente por TVE.
Al año siguiente, Pedroche pasó de un vestido prestado a uno hecho a medida y que enseñaba más que tapaba. Junto con el desnudo llegaba la discusión. ¿Era la elección de Cristina Pedroche, la de generar expectación solo apoyándose en su imagen, machista o feminista? La única certeza que atesoro sobre este tema es que la decisión de jugar a enseñar más o menos es de la comunicadora. Ella optó por subirse a ese carro y apoyar el desarrollo de su carrera en una noche del año y un vestido. Algo que por otro lado me parece peligrosísimo. Aunque claro, luego me pongo a pensar y cuántas presentadoras de televisión soñarían con estar en el candelero durante, por lo menos, diez años gracias a un super 'modelazo' que las mejores firmas del país diseñan para ti según tus ideas y deseos. Ya he avisado, sobre este tema debato yo conmigo misma.
Otra de las palabras que va unida al "vestido de la Pedroche" es la de "cosificación". Esta idea la tengo bastante clara: no. Me parece el mismo uso del cuerpo que podría hacer una modelo sobre la pasarela o en una sesión de fotos o un deportista en el terreno de juego o en su Instagram. ¿O acaso las instantáneas de Ronaldo o Sergio Ramos marcando músculo trabajadísimo es cosificación (o lo que supuestamente es peor "auto-cosificación")?
Estamos viviendo en una época donde la moral es un arma de doble filo que nunca sabes por qué lado corta más. Nunca acierto si es mejor "empoderarte" enseñando tus fantásticas curvas de gimnasio o si sólo deberían ser protagonistas de los hitos de máxima audiencia de la televisión mujeres con gafas y un traje de chaqueta espantoso. No, en serio. ¡Qué lío! Ya no sé lo que supuestamente está bien y lo que no, y en cierto modo por eso admiro mucho a Cristina. Porque ha decidido que a ella de algún modo todo le entra por un oído y le sale por el otro. Ha conseguido ser la impensable líder de audiencia de una noche que parecía imposible de conquistar para las cadenas privadas. Además se está divirtiendo de lo lindo, dice que este año el vestido lleva pilas y está vivo, a saber qué habrá ahí...
Puede que en unos años decida cerrar el círculo saliendo a dar las uvas con un esmoquin tan clásico y normal como el de su compañero (¿alguien sabe quién es?). O puede que vuelva a ponerse aquel 'Charo Ruiz' que se transparentaba más de lo que estábamos acostumbrados y terminó por revolucionar la televisión de este país y crear una imagen de honor en el escaparate de nuestra cultura pop. Haga lo que haga, por el momento, el primer comentario del 2024 seguirá siendo "¿Qué te ha parecido el vestido de la Pedroche?". Y eso, queridos 'ropers', es algo que consigue poca gente en esta vida. Qué te encumbren a la categoría de mito poniendo el 'la' delante de tu apellido.
Si es o no un acto de feminismo, pues qué quieres que te diga, llegados a este punto me importa muy poco. Ella está jugando una muy buena partida con las cartas que le han dado. Y no todos pueden decir lo mismo. Y para terminar dime, ¿dónde vas a ver las campanadas? Porque si la contestación es una duda, la partida también ha sido brillante para Antena 3, que nunca soñó con que un vestido fuera a ser tan importante para su estrategia de cadena… y luego que si me invento lo de que #LaRopaHabla.
¿Quieres recibir gratis todos los jueves en tu correo los mejores contenidos de belleza, moda y estilo de vida? Apúntate a nuestra Newsletter.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios