''¿Pero quién 'la viste'?'' ''¿Por qué va siempre de señora?'' ''¿Quién elige su ropa?'' Estas son algunas de las frases que leo en mi Instagram cada vez que comparto alguna foto de la Princesa heredera Leonor. Y claro, yo no hago más que llevarme las manos en la cabeza. Entre otras cosas porque presupongo que una niña con 19 años y una excelente formación, tendrá algo que decir en lo que se pone. Yo no tengo hijos pero mis amigas sí, algunos ya adolescentes, y sé la guerra que tienen con ellos prácticamente cada mañana cuando se enfrentan al armario.
Spoiler, ellas pierden siempre, y eso que lo peor que puede pasar es que escandalicen a su abuela en la boda de un familiar lejano. Extrapolamos esto a alguien que va a posar ante cientos de fotógrafos y que va a ser analizada al milímetro por millones de personas en todas las latitudes. Me quiero imaginar que tendrá la necesidad de sentirse segura y cómoda para cumplir con todas sus obligaciones. ¿Qué es lo que pasa? Que su estilo en nada se parece a lo que estamos acostumbrados en adolescentes modernísimos que ahora pululan por diferentes redes sociales. Leonor no es moderna y no creo que sea una imposición, sino una elección consciente basada en su cargo, situación y proyección de futuro.
Su estilo en nada se parece a lo que estamos acostumbrados en adolescentes modernísimos que ahora pululan por diferentes redes sociales
Por poner un ejemplo de lo que estoy diciendo, su primer viaje en solitario a Portugal. La princesa llevaba un traje de chaqueta rojo España, zapatos de tacón bajo y un bolso (del que nos hemos enamorado muchas). Subo la foto y vuelve la cantinela. ''Va algo señora, ¿no?'' Hombre, va a ser recibida en Lisboa por el Presidente de la República (un señor que tiene casi 80 años) con honores de Jefa de Estado. No sé, no la veo yo con una blazer 'oversize' desestructurado que va a pasar de moda en seis meses. Porque precisamente aquí radica un poco la cuestión. Todas estas imágenes pasarán a los futuros libros de historia de nuestro país y desde la Casa Real, Leonor incluida, creo son muy conscientes de la importancia de que las fotos no se ''queden viejas'' en semanas. La atemporalidad es una gran aliada del futuro.
Segundo ejemplo, la reunión con sus compañeros del colegio galés en el Palacio de la Zarzuela. Leonor volvió a apostar por un vestido largo de flores, de los que debe tener a pares en el armario. Creo que es un estilo que ya va tan pegado a ella que es imposible que se lo hayan impuesto. Podría elegir pantalones 'palazzo', vestidos más ajustados, monos u otras muchísimas opciones. Pero ella apuesta por las flores, los escotes moderados y los colores poco llamativos.
Comodidad, seguridad y corrección. Puede no gustarte, que no sea tu estilo o que pienses que tu hija de la misma edad te lo tiraría a la cara si hipotéticamente se lo sugirieses. Todo es posible, pero no determinante para criticar a una joven que está demostrando que está creciendo a marchas forzadas y que está prestando atención a lo que verdaderamente importa: su formación para ocupar, esperemos que en muchos años, el puesto que el destino le ha puesto en su camino. Por cierto, que en lo que parece que (casi) todos nos hemos puesto de acuerdo, es lo espectacular que está en uniforme.
Hasta ahora, la hemos visto con el del Ejército de Tierra, eligiendo siempre la versión de pantalón (la uniformidad le permitiría una opción con falda y zapato de salón por la que cada vez optan menos las mujeres). A partir de finales de agosto ingresará en Marín, en la Escuela Naval. Entonces será el uniforme de Marina el que veremos en los actos en los que participe. Es blanco, precioso, y estoy segura de que va a estar bien guapa, aunque una vez más eso sea lo menos importante.
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