Anitta Ruiz Consultora de moda | #LAROPAHABLA
OPINIÓN

En la sesión de investidura: ni ellas con palabra de honor; ni ellos con pantalón corto o camisetas sin mangas. Parece fácil

MADRID, 31/10/2023.- Ministros, diputados y senadores socialistas aplauden al término del acto de la jura de la Constitución de la Princesa de Asturias en el Congreso.
MADRID, 31/10/2023.- Ministros, diputados y senadores socialistas aplauden al término del acto de la jura de la Constitución de la Princesa de Asturias en el Congreso.
Chema Moya / EFE
MADRID, 31/10/2023.- Ministros, diputados y senadores socialistas aplauden al término del acto de la jura de la Constitución de la Princesa de Asturias en el Congreso.

Parece ser que vamos a tener gobierno y eso significa sesión de Investidura. Mientras unos y otros estén pensando en amnistía sí o amnistía no, mis ojos se fijarán en otras cosas porque sí, porque una vez más lo que se pongan sus señorías nos va a decir casi más que lo que cuenten. 

El proyecto #LaRopaHabla nació hace casi cuatro años cuando un diputado subió al estrado de la Cámara Baja con una sudadera amarilla. El color, sin saber yo quién era, me lo situó en un espectro político: el diputado era independentista, se trababa de Albert Botran.

El diputado de la CUP, Albert Botrán, y la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados. El Pleno debate hoy el proyecto de Ley Orgánica por el que se modifica la Ley de Educación, la LOMLOE, también conocida coloquialmente como 'Ley Celaá', así como las múltiples enmiendas 'vivas' de la mayoría de grupos parlamentarios, que esperan incluirlas en el texto. 19 NOVIEMBRE 2020;ISABEL CELAÁ;CONGRESO DE LOS DIPUTADOS;POLÍTICA;GOBIERNO;EDUCACIÓN;MINISTERIO DE EDUCACIÓN;PABLO IGLESIAS;LEGISLACIÓN POOL. David Castro/El Periódico de Cataluña (Foto de ARCHIVO) 19/11/2020
El diputado de la CUP, Albert Botrán, y la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados. (Foto de ARCHIVO)19/11/2020
POOL. David Castro

 El amarillo es el tono que ha marcado el deseo de secesión de España de parte de la sociedad catalana. Un lazo ya le debió de parecer poco, porque la prenda se veía bien, pero que muy bien. Era de esas con capucha grande. Fea, me atrevería a decir, de esa que solo te pondrías para ir a hacer deporte. Detrás de este diputado los ugieres que limpiaban el atril concienzudamente (estábamos en época de covid) y cambiaban el vaso de agua, iban perfectamente uniformados con camisa, corbata y chaqueta. Os podéis imaginar mi sorpresa. Estaba ya acostumbrada a mangas de camisa y chaquetas con camisetas. Pero esto me pareció un paso más en desprestigiar el Congreso de los Diputados. Me podéis llamar exagerada pero sigo pensando que vestir adecuadamente es un síntoma de respeto. A la gente que te rodea y, cuando hablamos de política, también a la institución.

Las modas evolucionan, los estilos también. Ya se montó un lío increíble cuando Pablo Iglesias, el original, apareció en la Carrera de San Jerónimo llevando una boina, más representativa de la clase obrera, que el preceptivo sombrero. Y esto fue a principios del siglo XX. Es decir, que las discusiones sobre lo que es propio o no en una asamblea tienen siglos de antigüedad. En otra ocasión podríamos hablar de las togas pretextas romanas y todo lo que significaban.

Pablo Iglesias, fundador del Partido Socialista Obrero Español, con boina
Pablo Iglesias, fundador del Partido Socialista Obrero Español, con boina
D.R.

Cuando José Bono llamó la atención a Miguel Sebastián por no llevar corbata, allá por 2011, se planteó por primera vez si habría que dejar por escrito cómo se debía vestir en la Cámara. Y por primera vez se creó un código de vestimenta para todos aquellos que accediesen al Congreso. Diputados o no. 

Qué prendas no llevar

Se prohibieron los pantalones cortos, las camisetas sin mangas y de tirantes para ellos y los escotes palabra de honor para ellas. El resto queda difuso bajo el concepto de "guardar el decoro". España era de los pocos países que no tenía escrito un código de vestimenta pero sí que es cierto que los Parlamentos que sí lo recogen en los últimos años están empezando a cambiar y evolucionar. En Inglaterra ya se puede ir sin corbata. En EEUU hace solo unas semanas aseguraron que cada uno puede ir vestido como quiera, con el consiguiente enfado de muchos miembros que se mofaron diciendo que empezarían a ir a trabajar en bañador y chancletas. En Nueva Zelanda permiten, desde hace apenas un año, las vestimentas tradicionales de los maoríes. Allí consideraban la corbata un símbolo colonialista. Lo mismo que pasó en Francia, que la izquierda de Melenchon la describió como una soga opresora de las clases superiores y dejaron de portarla. Ya saben la carga histórica y semiótica de una prenda que no por pequeña es menos conflictiva.

Jean-Luc Mélenchon, en un mitin.
Jean-Luc Mélenchon, en un mitin.
EFE

El problema de todo esto es que perdemos el mensaje principal de cualquier Parlamento o Asamblea, que en ningún caso debería ser la ropa. Por eso la uniformidad es importante y el traje, en su versión masculina o femenina, permite igualar por arriba y por abajo a todo el mundo, creando una especie de lienzo en blanco donde es más fácil oír sin distracciones.

¿Qué pasará la semana que viene en Madrid? Todavía no lo tengo claro, pero sí sé que estaremos aquí para contarlo.

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