Subaru Trezia, un milagro en cuanto a espacio

  • Subaru cuenta con una amplia experiencia en el ámbito de la denominada 'badge engeenering', es decir, en el cambio de logotipo entre dos modelos.
  • Ahora los japoneses recurren de nuevo a esta práctica con el Trezia, que no es otra cosa que un Toyota Verso-S con el logotipo de Subaru.
Subaru Trezia.
Subaru Trezia.
Subaru Trezia.

Ya en el año 1981 la casa nipona se copió a sí misma al fabricar el primer Justy sobre la base del Subaru Rex. Camuflada como segunda generación lo que teníamos ante nosotros era un Suzuki Swift, mientras que en el caso de la tercera generación se trataba de un Suzuki Ignis con otro logotipo, lo que convirtió al Justy en un pequeño SUV. Con la cuarta generación los japoneses regresaron al formato típico de un utilitario, aunque esta vez sobre la base del Daihatsu Sirion.

Si observamos el nuevo Trezia descubrimos que bajo la carcasa de este minimonovolumen de 3,99 metros de longitud lo que se esconde es un Toyota Verso-S. Sin embargo, esto no nos sorprende ya que recientemente ambos grupos automovilísticos habían anunciado una colaboración más estrecha y, además, Toyota ha aumentado su participación en Subaru hasta alcanzar el 16,5%. Siguiendo esta línea aún veremos más modelos conjuntos, entre ellos el superderportivo FT-86 que también comercializará Subaru.

Milagro del espacio

Parece que la cooperación con Toyota ha dado sus frutos, ya que Subaru cuenta ahora entre sus filas con un verdadero milagro del espacio. Pese a sus escasos cuatro metros de longitud, incluso los pasajeros de mayor envergadura podrán sentirse a gusto tanto en la parte delantera como en la trasera y el maletero también ofrece espacio suficiente para el equipaje. En su configuración normal, el compartimento de carga tiene una capacidad de 429 litros. Si abatimos el respaldo del banco trasero, esta cifra aumenta hasta los 1.388 litros.

Esta gran oferta de espacio, sumada a la posición elevada de sus asientos y a una excelente visibilidad de 360º, satisfará todas las necesidades de la clientela, compuesta en gran medida por familias jóvenes y personas mayores. Sin embargo, será mejor que no le exijan mucho al interior. Aunque el salpicadero está bien organizado y la consola central es ordenada, en conjunto este japonés resulta un poco insulso y provoca pocas emociones. La mezcla de materiales que combina diferentes tipos de plásticos duros tampoco logra crear un ambiente acogedor, si bien sus acabados son buenos.

Pequeñas deficiencias

El funcionamiento de la dirección asistida electrónica bien podría mejorar un poco, ya que en su posición intermedia resulta sumamente imprecisa y ofrece al conductor poco control sobre la ejecución. El chasis también es susceptible de crítica, dado que resulta relativamente rígido, lo que le resta confort, y además tiende a rebotar al pasar por encima de las juntas transversales de la carretera. En cambio permite trazar las curvas a una velocidad relativamente alta sin que el ESP tenga que acudir en nuestra ayuda.

No sólo la carrocería procede de Toyota, sino que también en el apartado de la motorización Subaru se sirve de su colega. Así, el Trezia dispone de los mismos dos motores que el Verso-S. La mayoría de los compradores se decantarán por el modelo de gasolina, un cuatro cilindros de 1,3 litros de cilindrada que no seduce por su potencia, sino por su bajo consumo.

Problemas con las pendientes

Sobre todo al subir pendientes el modelo de gasolina debe luchar arduamente con un peso en vacío de 1,1 toneladas, algo que se debe menos a sus 99 CV de potencia que a su escaso par motor. Este motor tan sólo genera 125 Nm y, además, no lo hace hasta haber alcanzado las 4.000 vueltas. El Trezia carece de un empuje sólido y si uno quiere ir relativamente rápido es necesario cambiar con frecuencia sus seis marchas y pisar a fondo el acelerador, lo que naturalmente aumenta el consumo. Medido según el ciclo UE su consumo es de 5,5 litros.

El modelo diésel resulta mucho más cómodo y agradable de conducir. Éste tan sólo desarrolla 90 CV a partir de 1,4 litros de cilindrada, pero es capaz de lanzar 205 Nm al cigüeñal a 1.800 vueltas. Esto permite al Trezia ser bastante rápido y marcar un tiempo de aceleración de 12,1 segundos, lo que le permite sacarle un segundo ventaja a la versión de gasolina. Su velocidad máxima es de 175 km/h, también un poco más alta.

Junto con el cambio manual de seis velocidades, Subaru ofrece de forma opcional para su diésel un cambio automático llamado MultiMode, por supuesto también de Toyota. En comparación con otros cambios, por ejemplo el del Smart, el Trezia logra sacarle un gran partido y trajín de los cambios de marcha se mantiene dentro de unos límites aceptables.

El sistema de arranque y parada no merece la pena

La renuncia al sistema de parada automática aumenta el consumo aunque únicamente de forma marginal hasta los 4,4 litros. Sin él, su motor diésel consume 4,3 litros a los 100 kilómetros. Además, el sistema de arranque y parada no está disponible para ambos motores, ya que no lograría reducir todavía más un consumo ya de por sí bastante bajo. Según los cálculos de Subaru, este sistema sólo permitiría registrar un ahorro de 80 euros cada 10.000 kilómetros. Por contra, su montaje elevaría aún más el precio de un Trezia que no se puede considerar realmente barato.

A España no tiene prevista de momento su llegada el Verso-S, por el que Toyota pide en Alemania unos 1.000 euros menos de lo que cuesta el Subaru (unos 16.000 euros). Habrá que esperar para recibir los precios y equipamientos oficiales en nuestro país.

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