Lugano, Suiza con aroma italiano

  • Lungolago, a orillas del lago, es como la media luna de Río de Janeiro, con el Monte Salvatore, su 'Pan de Azúcar', al fondo.
  • En el interior de la ciudad, la Piazza della Reforma es el corazón de Lugano.
  • Villa Favorita es la primera atracción que los turistas divisan desde los numerosos barcos que recorren el lago de Lugano.
La ciudad, asomada al Lago de Ceresio.
La ciudad, asomada al Lago de Ceresio.
EP/JCG
La ciudad, asomada al Lago de Ceresio.

La pequeña Suiza recibe las influencias de Francia, Alemania e Italia, países con los que tiene frontera. Así que puede hablarse no de una Suiza sino de al menos tres suizas. Lugano, la capital financiera del cantón de Tesino, desprende por todos sus poros un aroma italiano. A orillas de su famoso lago de Lugano, también llamado de Ceresio, la ciudad disfruta de un gran potencial económico, con más de 70 instituciones bancarias diferentes, y de una excepcional calidad de vida.

El lago es el icono de Lugano. Recorriendo toda la bahía hasta Paradiso, se encuentra Lungolago. Se trata de un largo paseo salpicado de embarcaderos, tilos con excelentes sombras para caminar y una vía urbana de tres kilómetros y medio. Los luganeses comparan esta media luna con la de Río de Janeiro, sobre todo si se divisa por la noche desde el mirador del Monte Brè (925 m.) con una fantástica vista de todo Lugano y el Monte Salvatore, el "Pan de Azúcar" de la ciudad con sus 912 metros de altura.

En el interior de la ciudad, la Piazza della Reforma es el corazón de Lugano y el escenario del famoso festival de jazz que se celebra todos los veranos. En esta histórica plaza destaca su Ayuntamiento neoclásico y algunas de las viejas casas de pescadores convertidas hoy en restaurantes y trattorias. Sus dos monumentos más antiguos son la austera Catedral de San Lorenzo, de 1517, y la Iglesia de Santa María de los Ángeles, con una joya excepcional: "La pasión y crucifixión de Cristo", obra del discípulo de Leonardo da Vinci, Bernardini Luini, que es el fresco renacentista más grande que se puede disfrutar hoy en Suiza.

Via Nassa es la calle peatonal de las firmas de lujo en joyas, relojes y ropa. Un paraíso para el "shopping" de alta gama, para quien se lo pueda permitir en francos suizos o en euros (se admiten ambas monedas). En dirección contraria, hacia el Monte Brè y tras dejar la estatua dedicada a Guillermo Tell, el paseo nos lleva al Parco Civico, otro símbolo de la ciudad con sus 60.000 metros cuadrados de jardines repletos de magnolias y camelias, donde la protagonista es también la palmera.

Unidos al parque están el Lido con sus piscinas y la playa de arena fina que luce todo su esplendor en los meses cálidos y Castagnola, el elegante barrio de las familias más pudientes donde brilla Villa Favorita, la antigua residencia y museo de la colección de los Barones Thyssen.

Villa Favorita suele ser la primera atracción que los turistas divisan desde los numerosos barcos que recorren el lago de Lugano. Siguiendo su orilla izquierda vale la pena acercarse hasta la pequeña villa de pescadores de Gandria. En este pueblo, la belleza de sus casas caídas en picado hacia el agua recuerda al encanto mediterráneo de Italia.

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