Los peligros para la salud de los cigarrillos electrónicos

Una mujer fuma un cigarrillo electrónico.
Una mujer fuma un cigarrillo electrónico.
EFE
Una mujer fuma un cigarrillo electrónico.

Los cigarrillos electrónicos se han convertido en un recurso muy utilizado por quienes no quieren dejar de fumar, pero desean seguir haciéndolo de una manera más saludable. Sin embargo, aunque hasta el momento se consideraba que los cigarrillos electrónicos no tenían ningún impacto nocivo para la salud, Sanidad ha desmentido esto recientemente.

Las razones por las que se ha difundido el mito de que los cigarrillos electrónicos son más saludables es porque se cree que sus componentes son menos tóxicos, además de que se puede reducir la cantidad de nicotina de manera opcional. Estos cigarrillos, según señala el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, contienen líquidos con concentraciones de nicotina que pueden ser de 3, 6, 12 o 18 mg. No obstante, los consumidores de cigarrillos electrónicos pueden utilizar hasta 20 mg que es "el máximo legal permitido", indica Sanidad.

Lo ideal es que estas concentraciones de nicotina disminuyan progresivamente. Pero, estamos hablando de una sustancia que genera dependencia y que, aunque no se consuma a través de un cigarrillo convencional, sigue siendo perjudicial. Por esta razón, desde el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social se ha lanzado una campaña orientada a la población más joven para sensibilizar e informar sobre el peligro del uso de los cigarrillos electrónicos. Según Sanidad "[...] los vaporizadores, cigarrillos electrónicos, tabaco calentado y las pipas de agua también producen adicción y son perjudiciales para la salud".

Los cigarrillos electrónicos pueden aumentar la dependencia

Al poder regular la cantidad de concentración de nicotina, los cigarrillos electrónicos lejos de reducir la dependencia, la aumentan. Esto es algo que Sanidad ha dejado claro en un artículo publicado el 13 de agosto de este año, Productos de tabaco y relacionados: Portal Europeo EU-CEG. En él se especifica que la dosis de nicotina que pueden regularse hasta llegar a 20 mg "[...] puede favorecer la progresión en el consumo hacia concentraciones de nicotina cada vez más altas, a medida que aumenta su dependencia". De hecho, como señala más adelante "los cigarrillos electrónicos [...] pueden actuar en el mantenimiento de la dependencia a la nicotina".

Asimismo, añadirles determinados aromas a los cigarrillos electrónicos aumenta la dependencia. Esto sucede, sobre todo, con el mentol. Sanidad informa que "Este componente tiene una prórroga temporal hasta el 2020" pues cuando se aprobó la ley de los Productos Derivados del Tabaco (TPD) el uso del mentol suponía "[...] más del 10% de las ventas de cigarrillos".

Contienen ingredientes tóxicos

Otro de los aspectos de los cigarrillos electrónicos que ha hecho que Sanidad haya empezado a alertar a la población más joven de sus riesgos, es que contienen ingredientes tóxicos. Según el Ministerio de Sanidad algunos de estos componentes son el glicerol y el propilen glicol que "[...] al ser consumidos oralmente son inocuos". No obstante, en el caso de los cigarrillos electrónicos estos ingredientes se inhalan.

Con todo, para la elaboración de estos cigarrillos se suelen utilizar "[...] metales pesados como el hierro y titanio usados para colorar o gomas y humectantes para dar forma al producto". En estos casos, estos excipientes son igualmente tóxicos se sometan o no a la combustión.

Parece ser que los cigarrillos electrónicos no tienen tantas diferencias con respecto a los convencionales. Por esta razón, es necesario concienciar de los peligros que implica consumirlos pues, lejos de lo que se pensaba, no son tan saludables como parecen.

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