Cirugía refractiva para prescindir de gafas y lentillas de una vez por todas

  • Unos procedimientos se centran en moldear la córnea y otros en implantar una lente dentro del ojo.
  • Debe ser el oftalmólogo el que decida la mejor técnica en cada caso.
Lentillas
Una mujer colocándose una lentilla.
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Las gafas o las lentillas puede ser un engorro para muchas personas que no ven ni gota si no las llevan, aparte de un gasto, sobre todo si son de mucha graduación. 

No obstante, la cirugía refractiva nos permite prescindir tanto de unas como de otras, o bien mejorar nuestra visión y corregir estas patologías en gran parte.

En concreto, se conocen como defectos de refracción del ojo a la miopía o mala visión de lejos, a la hipermetropía o mala visión de cerca, así como al astigmatismo o la presbicia; de ahí que se llame ‘cirugía refractiva’.

La doctora Yolanda Iribarne, jefa de la unidad Cirugía Refractiva del Hospital Quirónsalud Barcelona  señala que existen distintas técnicas quirúrgicas para ajustar la capacidad de enfoque del ojo. 

Unos procedimientos se centran en moldear la córnea (estructura redonda y transparente en la parte delantera del ojo), como si se esculpiera la graduación de la gafa en ella. Otros se centran en implantar una lente dentro del ojo, que es la mejor solución en el caso de padecer presbicia (incapacidad de enfocar objetos de cerca que se produce a partir de los 40-45 años).

Según la Academia Americana de Oftalmología (AAO, por sus siglas en inglés) la cirugía refractiva puede ser una buena opción si:

  • Se quiere disminuir la dependencia de las gafas o las lentes de contacto.
  • Está libre de enfermedades de los ojos.
  • Acepta los riesgos inherentes y posibles efectos secundarios del procedimiento.
  • Entiende que usted podría necesitar gafas o lentes de contacto después del procedimiento para lograr una visión mejor.
  • Tiene un error refractivo apropiado.

La cirugía refractiva más frecuente

Se trata del procedimiento LASIK (del inglés Laser-Assisted in Situ Keratomileusis), que emplea un rayo láser Excímer. “La cirugía utiliza un láser para moldear la córnea de forma que se mejora la forma en que el ojo enfoca los rayos de luz hacia la retina en la parte posterior del ojo”, explica la AAO.

En el caso de las personas miopes, “el láser aplana la córnea para que el poder de enfoque del ojo se localice en la retina”, explica la doctora Iribarne, al mismo tiempo que precisa que en las personas con hipermetropía ocurre todo lo contrario, “el láser moldea la córnea para hacerla más curva para aumentar el poder de enfoque del ojo”. 

“En el astigmatismo un eje de la córnea es más curvo que el otro, así que el láser modifica la curvatura de la córnea de forma selectiva, para que sea homogénea y simétrica. El resultado es que las imágenes se enfocan claramente en la retina, en lugar de ser distorsionadas por la dispersión de la luz causada por una córnea de forma irregular, permitiendo al paciente realizar una vida normal sin gafas para visión lejana”, añade la oftalmóloga.

Eso sí, la especialista remarca que debe ser el oftalmólogo el que decidirá si la mejor técnica en su caso es aplicar el láser Excímer antes mencionado (indicado en aquellos casos en los que las graduaciones no sean muy elevadas y exista una exploración ocular favorable para hacer la cirugía en la córnea); o bien si es mejor implantar una lente intraocular (en el caso de graduaciones muy elevadas, córneas con algún tipo de alteración, o si ya existe presbicia).

Riesgos y complicaciones

No obstante, desde la AAO se advierte de que el procedimiento LASIK, como cualquier cirugía, tiene riesgos y complicaciones potenciales que deben considerarse cuidadosamente. “Es posible que haya infección e inflamación, igual que en cualquier otro procedimiento quirúrgico, que pueden curarse con medicamentos”, precisa.

“Existe una baja probabilidad de que la visión no sea tan buena como antes de la cirugía, aún con el uso de gafas o lentillas”, subraya la entidad científica.

Raramente una segunda cirugía (llamada de ‘seguimiento’ o ‘mejora’) puede ser necesaria para lograr la corrección de la visión deseada. “Esto es más probable en personas que hayan tenido miopía, hipermetropía, o un astigmatismo muy elevado antes del procedimiento LASIK, y cuya visión original haya necesitado una corrección más intensa”, indica AAO.

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