Que en Aragón se come de maravilla es algo sabido por todos. Su localización y su clima hacen que la gastronomía de esta tierra se base en platos consistentes y que, aunque apetecen todo el año, lucen muy bien ahora, en invierno. El plan perfecto, vaya, para una escapada navideña.
Hablamos de platos de origen humilde como las migas, que antaño permitían afrontar una fría jornada laboral con menos pesar; o la borraja, que sorprende por su exquisitez siendo un producto tan asequible.
Aragón con gusto nació en forma de festival gastronómico, pero con el paso del tiempo ha ido creciendo hasta convertirse en sello de calidad y marca de referencia en sus tres provincias.
En su web podemos encontrar todo un listado de establecimientos gastronómicos que, además de ofrecer menús a precios especiales el fin de semana del festival (finales de noviembre), cuentan durante todo el año con el sello oficial de Aragón con gusto.
Sin duda, un buen punto de partida para planificar un viaje gastronómico a Aragón y preparar con antelación una ruta gastronómica por las zonas que queramos visitar.
Huesca
La provincia de Huesca es el paraíso para los amantes de la naturaleza, la montaña y el vino.
El festival de Somontano es de sobra conocido por ser uno de los grandes eventos enoturísticos del país. Se celebra cada año el primer fin de semana de agosto y es una gran ocasión para degustar sus vinos con Denominación de Origen y acompañarlos con las tapas que ofrecen en muchos bares y restaurantes de la zona.
Pero Huesca es mucho más que Somontano y esconde rincones de ensueño en los que poder despertar rodeados de nieve, como Tramacastilla de Tena, en el Alto Gallego, un pueblecito de 180 habitantes en el corazón del Pirineo aragonés, junto al embalse de Búbal.
Si nos hospedamos en el hotel El Privilegio de Tena, además de descansar en plena naturaleza, podremos disfrutar al levantarnos de su tradicional desayuno a base de huevos trufados, patatas, jamón, pimiento y longaniza de Graus. Sin duda, una gran forma de empezar el día.
En el mismo municipio podemos encontrar la empresa familiar Partcharan, donde elaboran de forma totalmente artesanal licor de endrinas recogidas y seleccionadas a mano al llegar las primeras heladas.
Solicitándolo con antelación podemos asistir a catas privadas de pacharán y, si tenemos la suerte de ir en primavera, nos pueden organizar una cata al aire libre rodeados de endrinos en flor, una experiencia única.
Huesca capital cuenta nada menos que con dos restaurantes con Estrella Michelin. Lillas Pastia es un restaurante que encontramos en pleno centro, en un edificio modernista donde el chef Carmelo Bosque propone una cocina basada en productos autóctonos. Está especializado en trufa y ofrece un menú degustación por 50€ bodega incluida, y un menú degustación trufa a 85 € con maridaje por 33 euros más.
Por su parte, Tatau es el restaurante de Tonino Valiente. Sorprende y deja huella, como los tatuajes que abundan en su local, nos dicen. Un gastrobar con cocina abierta, un menú degustación de 100€ (sin maridaje) y unos platillos espectaculares donde se fusiona de forma muy acertada la cocina tradicional y la modernidad que rebosa por todas partes.
Zaragoza
Zaragoza ciudad suele ser un sitio de paso para muchas personas. Un punto intermedio en el que parar a comer a mitad del viaje, pero realmente es un lugar donde poder pasar perfectamente un par de días y disfrutar con calma de su patrimonio histórico y su oferta gastronómica.
Si queremos sentarnos en un restaurante clásico con unas bonitas vistas al río Ebro y al Pilar, en el restaurante River Hall podremos degustar una carta con un precio medio de 45€, un menú degustación de 50€ y un menú ejecutivo de 30€, ambos con bebida incluida, desde una bonita sala acristalada con vistas panorámicas de la ciudad.
Pero en Zaragoza lo suyo es ir de tapas por El Tubo, una zona de bares y callejuelas que dan nombre al lugar. Un laberinto donde disfrutar de platillos riquísimos a precio muy accesible acompañados de una caña o un vino.
Encontramos locales cómo Casa Lac, fundado en 1825. Es el bar con licencia más antiguo del país y allí podemos comer exquisitos platos de la mano del chef Ricardo Gil.
Hay muchos más: Meli del Tubo, donde tenemos que probar su tapa estrella “cave ovum”; Uasabi, con una increíble fusión de comida local y oriental; o La Ternasca, donde los amantes del ternasco podrán encontrar este producto tan típico de la tierra en forma de decenas de tapas diferentes.
Cuando estemos llenos, es de visita obligada pasar por la Confitería Fantoba, un establecimiento con siglos de historia y de gran valor arquitectónico. Sus dulces artesanales son una maravilla. Allí podemos encontrar de todo, incluidas, por supuesto, las famosas Frutas de Aragón.
Para los amantes del café aconsejamos visitar la cafetería del hotel Sauce, con un café de especialidad buenísimo y unas mermeladas caseras de lo más originales.
Teruel
Teruel no solo existe sino que es un lugar muy recomendable. La provincia de Teruel es el primer productor de trufa negra de Europa.
En el mercadillo de Sarrión, los miércoles y viernes en temporada de trufa podemos comprar directamente los mejores ejemplares. A principios de diciembre se celebra la Jornada Gastronómica de la Trufa, un buen momento para visitar el lugar y para probar algún menú degustación a base de trufa, como el que ofrecen en el restaurante Melanosporum, en Mora de Rubielos, por 45€.
El jamón de Teruel es otro de sus productos más conocidos con Denominación de Origen. Y la mejor manera de conocerlo es visitar Aire Sano Experience, un espacio multisensorial donde vivir una experiencia de lo más divertida con toda la familia.
Además de una visita guiada para conocer de primera mano todo el proceso de producción del jamón, podemos comer en su espacio gastronómico y probar sus productos libres de antibióticos. Está situado en La Puebla de Valverde, muy cerca de Teruel, ciudad donde podemos pasar un día y visitar todos sus rincones.
Aunque los amantes de Teruel y la fuente del Torico son los sitios más conocidos, la ciudad tiene rincones históricos encantadores. A su gente no le importa el frío, y en los bares organizan muchísimas actividades gastronómicas como la ruta del perolico.
El perolico es una especie de sopa castellana servida en un recipiente tradicional que da nombre al plato. La ruta consiste en ir de bar en bar pidiendo un perolico y una caña por solo 2,5 €.
Si queremos sentarnos en un buen restaurante y maridar la cena con unos vinos exquisitos, el gran sommelier Raúl Igual será el anfitrión perfecto en el restaurante Yain. Con un menú degustación de 45€ y otro de 70€, disfrutaremos sin lugar a dudas de buena comida y buenos vinos en un entorno silencioso y relajado.
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