El invierno se puede hacer largo en la Península. Pero para ponerle remedio siempre podemos escaparnos a Canarias. En apenas tres horas nos ponemos en cualquiera de sus islas. La Palma es una de las más bellas y no la más visitada. Con su clima templado, sus paisajes únicos, su abundante vegetación y sus aguas cristalinas, La Palma es un lugar perfecto para alegrarnos el invierno.
Tercera isla más pequeña del archipiélago canario, es Reserva Mundial de la Biosfera. Por su origen volcánico, las playas de La Palma tienen una belleza singular. Entre la costa acantilada se pueden encontrar pequeñas calas de arena fina y negra que, bañadas por el Atlántico, destacan por su limpieza y gran variedad de fauna marina.
Puerto Naos, Puerto de Tazacorte, Charco Verde o la de los Cancajos, son sólo algunas de las playas que merece la pena descubrir en La Palma. La del Puerto de Tazacorte está considerada como una de las mejores de la isla. Situada en una zona urbana y con bandera azul, es un lugar perfecto para tomar el baño una vez pasado el verano, pero además, también es un enclave ideal para practicar deportes acuáticos como el kayak.
Charco Verde es la cala más recomendable si se viaja en familia ya que cuenta con accesos adaptados para carritos de bebé y servicios de socorrismo. Por su parte, las playas de Cancajos, en Breña Baja, son un lugar perfecto para practicar buceo o disfrutar de un bautismo, ya que destacan por su gran vida submarina. Si lo que se quiere es desaparecer, la playa de Nogales es un lugar más apropiado. Nogales tiene todo lo que ofrece La Palma: montañas, arena volcánica y el contacto directo con el Atlántico.
Tazacorte, Charco Verde, Nogales o la de los Cancajos son playas imprescindibles
Pero además de las numerosas calas, en 'La Isla Corazón' también se puede disfrutar de piscinas naturales. Las de Charco Azul son unas de las más importantes ya que están consideradas como las mejores de España y además, son un lugar perfecto para tomar el baño durante todo el año.
Los contrastes son uno de los principales encantos de esta isla mágica. La abundante vegetación del parque nacional de la Caldera de Taburiente es algo que merece, sin duda, la pena contemplar. La naturaleza volcánica del terreno y el tiempo han sido los encargados de dar forma a esta enorme caldera de 2.000 metros cuadrados que se presenta atravesada por riachuelos y enmarcada por un espectacular monte escarpado de ocho kilómetros de diámetro.
Uno de los cielos más limpios del planeta
También el cielo. La Palma cuenta con uno de los cielos más limpios del mundo. En el término municipal de Villa Garafia, y justo al lado del parque de Taburiente se ubica el Observatorio del Roque de los Muchachos, a 2.396 metros de altitud, que alberga en su interior una de las baterías de telescopios más completas del mundo dedicado a la observación nocturna y a la física solar.
Cerca de este observatorio está el mirador que recibe el mismo nombre. Este es un lugar único en el mundo en el que la poca contaminación y la altura permiten observar de noche un gran espectáculo estelar y de día, la física solar. Además, desde este mirador se pueden observar las vistas del parque de Taburiente.
El Roque de los Muchachos es un lugar excepcional para pasear por el 'techo' del parque, pero también es un enclave perfecto para que los amantes de la fotografía den rienda suelta a su imaginación y disfruten fotografiando un paisaje inigualable y para muchos, difícil de olvidar.
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