“Construir un Rover, enviarlo a la Luna y vender los derechos de la película”. Ese era el plan perfecto de la empresa tecnológica iRobot para hacerse ricos en los inicios de su trayectoria. Entonces tal vez no se hubieran creído que serían internacionalmente famosos por aspirar los hogares de medio mundo.
La empresa detrás de la híper conocida Roomba cumple 30 años. En los años 90 su modelo de negocio giraba en torno a la robótica espacial, sin embargo, como ellos mismos admiten, “ese modelo de negocio falló. Y no sería nuestro último modelo comercial fallido. Ni por asomo”.
“Incluso hoy, con un ecosistema mucho más grande de mentes brillantes que resuelven los problemas tecnológicos difíciles, lograr que un robot funcione con éxito todavía significa obtener la combinación perfecta de ingeniería mecánica, eléctrica y de software, conectividad y ciencia de datos en forma de robot”, afirma Ángulo de Colin, presidente, CEO y Fundador de iRobot.
En sus inicios, cuenta, todo era mucho más difícil, ya que la industria de los robots no estaba en la situación que está hoy en día. Entre sus primero pinitos, además de los viajes a la Luna, había robots de investigación para universidades, juguetes robóticos, nano-robots que limpiasen los vasos sanguíneos, soluciones smart home, robots quita-minas o robots guía para museos.
Todas estas ideas les llevaron a lo que son hoy en día y les ayudaron a conseguir un negocio que sí funcionara. De Colin cuenta que, por ejemplo, la propuesta de negocio relacionada con los juguetes les enseño “a producir a escala”, el proyecto de limpieza de suelos industriales les enseñó “cómo limpiar suelos” y el modelo comercial que pretendía desarrollar robots de detección de minas terrestres les enseñó “a navegar y cubrir grandes espacios”.
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